Junior se reconcilia con su afición
El hincha rojiblanco gozó y vibró con la actuación de su equipo, en el triunfo ante Equidad. La fiesta empezó en la tribuna, siguió en el campo y concluyó nuevamente en las gradas.
“¡Atención, atención… atención, atención… Teófilo Gutiérrez es el nuevo goleador!”, “¡Junior del alma! ¡Junior del alma!”, “¡Oeee, oeee oeee oeee, Teooo, Teooo!”, “¡Oeee oeee, oeee oaaa… eso les pasa por meterse con papá!”, “¡Vamos Junior!”.
Lo del pasado domingo en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez fue una fiesta completa. Junior ganó, goleó, gustó, gozó y se reconcilió con su exigente afición, esa misma que no lo defraudó, acompañándolo en masa, en el debut liguero ante La Equidad.
Fue una tarde-noche redonda, sin reparos. La fiesta se inició en las tribunas, siguió en el campo y concluyó nuevamente en las gradas. “Así es que da gusto salir del estadio”, decía un hincha rojiblanco emocionado, con una sonrisa de oreja a oreja, mientras subía las escaleras que lo conducían a la salida del ‘Coloso de la Ciudadela’.
A las 2:30 p.m. se abrieron las puertas del ‘Metro’. Desde tempranas horas la afición comenzó a llegar al estadio, con el ánimo por las nubes. La expectativa por ver al equipo de Teo, Chará y compañía era grande, lo que presagiaba un estadio a reventar, vestido de rojiblanco, como finalmente sucedió.
Las horas previas al compromiso fueron un goce completo. Con el apoyo de la animación, la afición currambera coreó uno a uno los nombres de los jugadores, haciendo énfasis, obviamente, en los dos nuevo referentes del equipo: Teófilo Gutiérrez y Yimmi Chará.
Uno de los puntos más altos se vivió cuando Carlos ‘el Pibe’ Valderrama apareció en la pista atlética del ‘Metro’. “¡Vamos Junior!”, gritó el eterno ‘10’, generando el éxtasis colectivo de las más de 30.000 almas que se reunieron el domingo en el máximo escenario futbolero de los barranquilleros. “Vamos mi gente, hay que apoyar al equipo, vamos a acompañarlo”, agregó emocionado el samario, que se tomó fotos y firmó autógrafos con varios de los hinchas rojiblancos que tuvieron la posibilidad de tenerlo cerca en la tribuna de occidental.
La ‘Juniormanía’, en ese punto de la tarde, crecía como la espuma. El homenaje que le brindó el Junior al arquero Sebastián Viera por sus 500 partidos profesionales fue otro de los momentos más célebres del día. La afición aplaudió a su capitán, que recibió de manos del presidente Antonio Char una placa y una camiseta del Junior con el número 500 en su espalda.
El juego empezó y a partir de ahí todo fue alegría, apoyo, emoción, disfrute, júbilo. Cada gol rojiblanco fue cantado con el alma. Escalante prendió la fiesta, Chará la continuó y Teo la cerró, colocándole la cereza al pastel con su tanto de tiro penal. La afición se regodeó entre los “oleee” y los cánticos habituales que identifican al hincha tiburón.
Hasta hubo tiempo para el toque romántico. El gerente de mercadeo del equipo rojiblanco, Juan Salvador Bárcena, se unió a la fiesta rojiblanca proponiéndole matrimonio a su pareja en el entretiempo del juego, generando un tímido aplauso de los asistentes.
Junior ganó como le gusta al hincha barranquillero, jugando bien, anotando goles, mostrando una identidad de juego y dejando en el aire la sensación de que aún puede dar mucho más, porque esto apenas comienza. Solo el tiempo dirá si la ‘Juniormanía’ perdurará —eso lo determinarán los resultados—, pero por lo pronto, la actuación ante La Equidad, en la primera jornada de la Liga, deja margen para la ilusión.
