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Carlos Bacca y Sebastián Viera, el miércoles pasado antes del partido entre Junior y Nacional. Cortesía Junior
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“La jerarquía de Bacca enriquece a Junior”: Sebastián Viera

El charrúa, que mañana completará 600 partidos en ‘el Tiburón’, habló con EL HERALDO de esa cifra histórica, de su futuro y del retorno del goleador.

No ve nada malo. Sebastián Viera, a sus 39 años de edad, y con 12 calendarios en el arco de Junior, tiene la experiencia y la autoridad suficientes para considerar y pronosticar que el regreso de Carlos Bacca al equipo rojiblanco es y será totalmente positivo.  

Viera ha notado a Bacca “bien, con mucha alegría y con muchas ganas de triunfar, de ayudar y liderar”.

“La verdad, me pone muy contento verlo así”, apuntó el cancerbero, que en el partido contra Santa Fe, mañana, a partir de las 6:10 p.m. en el Metropolitano, completará 600 partidos como guardameta tiburón.
El capitán del equipo habló ayer con EL HERALDO de la cifra histórica de juegos que redondeará, de lo que planea sobre su retiro a futuro y del retorno del goleador porteño.

 

P.

En diciembre va a completar 12 años consecutivos como arquero de Junior y el sábado redondea 600 partidos en el equipo rojiblanco. El día que se retire se va a ver raro el arco tiburón, ¿no?

R.

No sé, eso lo podrán notar ustedes. Yo, seguramente, me voy a sentir raro después de llevar tanto tiempo y tantos partidos en Junior. Será muy extraño para mí no estar presente en un partido. Para ustedes también porque, queriéndome o no queriéndome, desde hace 12 años, ha estado el mismo en el arco de Junior. He estado muy pocas veces por fuera.

P.

¿Cuántas veces fue suplente en Junior?

R.

Suplente por decisión técnica, una sola vez, y entré en el segundo tiempo porque se lesionó Chunga (Lanús 1, Junior 0, en Copa Sudamericana, el 17 de julio de 2018). Creo que dos o tres veces más, como mucho, por descanso. Son 12 años estando de titular.

P.

Esa vez que Julio Comesaña puso a José Luis Chunga fue su único parpadeo en la lucha por la permanencia en la titular a lo largo de todos estos años en Junior…

R.

Esa vez empezó una temporada, Julio decidió eso, lo hablamos. Chunga iba a empezar jugando, el profe Julio me lo dijo durante la pretemporada. De todas maneras, me preparé y en el primer partido (Lanús-Junior, en Buenos Aires), Chunga tuvo esa desgracia de salir (lesionado, en el minuto 69). Después no la solté más. Eso me sirvió para salir de una zona de confort que tenía, para verme también del otro lado, para crecer como persona, para crecer también como líder. Empecé a sentir cosas que sienten mis compañeros cuando no juegan. Me sirvió para crecer en todos los sentidos. Cuando entré de nuevo, trate de aprovechar como nunca, y ganamos la octava, la novena, la Superliga, llegamos a la final de la Sudamericana, fue bueno para todos.

P.

¿Hasta dónde llegará? Ya esta pregunta se la hemos hecho varias veces. Antes parecía tener claro un ‘hasta aquí’. Con el paso de los años fue extendiendo el límite. ¿Hoy en día qué piensa? ¿Está lejos o cerca el retiro? ¿Tiene fecha?

R.

Si me lo hubieras preguntado a los 30 años, seguramente te hubiera dicho que a los 39 ya estaría retirado. Ya estoy en 39, ha pasado tan rápido el tiempo. Me siento muy bien, tengo muchísimas ganas, me siento igual que siempre, de verdad. Gracias a Dios las lesiones me han respetado. También veo las estadísticas, y en los últimos cuatro o cinco años he jugado la máxima cantidad de partidos, más que cuando recién llegué en 2011. Si vemos el tema de rendimiento y de partidos jugados, juego más ahora que antes. Tengo contrato hasta diciembre de 2023 y lo pienso cumplir, lo quiero cumplir. Después de ahí, no sé. No sé cómo me sentiré el año que viene, puede que diga: ya basta. Como podría decir: tengo cuerda y quiero seguir. Cuando me vaya a retirar, lo anuncio seis meses antes.

P.

¿Qué les dice a los que comentan en redes sociales: ‘Viera, retírate, ya está bueno’?

R.

Eso siempre surge cuando el club no anda bien. Y no dicen ‘retírate’, dicen ‘lárgate, vete para otro lado’. Cuando uno tiene la edad que uno tiene y no anda bien, lo achacan a la edad, pero puede ser por otras razones. Pero es normal, como cuando ando bien y me dicen: ‘no te retires nunca’. Son más esos mensajes que los otros. Yo siempre recibo muchos mensajes positivos. Lo qué pasa es que siempre resuenan los mensajes negativos, los cuales yo, sinceramente, a esta altura de mi vida, no les presto tanta atención. Sé cuando ando bien, cuando ando mal, lo que debo corregir, lo que debo seguir haciendo, no me guío por un mensaje en las redes sociales, sí por mi trabajo día a día, por la autocrítica que me hago y por lo que soy.

P.

Y cara a cara, seguramente, muchísima más gente le demuestra admiración y los mensajes son positivos…

R.

No sólo eso. Por la redes sociales es una cosa, es una vida que no existe, es ficticio, yo salgo todos los días de mi casa y encuentro cariño y admiración en todos lados. Niño, adultos, ancianas, mujeres, hombres… esa es la satisfacción que a mí me da. No me quedo con lo de las redes sociales. Me demuestran mucho cariño y admiración día a día cuando me ven, con eso me quedo.

P.

¿Cómo le gustaría que fuese su despedida del fútbol cuando se dé?

R.

Me gustaría que esté el estadio lleno, que sea una despedida de verdad, y nada, yo feliz con la gente que quiero. Seguramente voy a llorar.

P.

¿En un partido de competencia o en un partido despedida organizado con jugadores que compartieron con usted a lo largo de toda su carrera?

R.

Me gustaría despedirme de las dos formas, en Junior y organizar algo para cerrar con broche de oro la carrera tan larga que tenido. Hace 20 años estoy jugando fútbol profesional, no sé cuántos me quedan, pero me gustaría despedirme bien, una cosa para que después no tenga ganas de regresar.

P.

¿Vio la infografía que publicamos en EL HERALDO sobre los 600 partidos que completará en Junior?

R.

Claro, los amigos me la están mandando desde la mañana. Muy buena, de verdad, lo agradezco mucho. Es un reconocimiento a lo que he hecho acá en estos 12 años. Vi la foto con la que llegue a Barranquilla, y todavía tengo esa pinta (risas). Cuando me retire voy a hacer un museo en la casa y voy a colgar esa ropa porque con ella empezó todo (risas).

P.

¿Qué cambiaría de los 600 partidos?

R.

Si me pongo a ver el casete, no cambiaría nada porque lo que no hice bien, me ayudó a crecer. Aparte, si pudiera, cambiaría algunas derrotas que me dolieron demasiado a mí y a todos los junioristas, y que hubieran modificado la historia del club.

P.

¿Cómo le gustaría que fuese su partido 600, el Junior-Santa Fe de mañana?

R.

Ganando, jugando bien, que la gente se vaya contenta, que queden con un lindo recuerdo, que sea un día para guardar. Una linda tarde en la que se diga: se ganó jugando bien.

P.

¿Cree que en las divisiones menores de Junior puede estar su heredero?

R.

Los chicos vienen trabajando muy bien. Hay jóvenes con muy buenas condiciones, está (Sebastián) Araujo y (Jaime) Acosta. Son arqueros con futuro, esperemos que sí. Me gustaría que cuando yo me vaya, se quede un arquero de acá de la Costa, que la gente lo defienda y le tomé cariño, alguien que sepa lo que es el arco de Junior.

P.

¿Qué significa para usted José María Pazo, su actual entrenador de arqueros y otro histórico del arco rojiblanco?

R.

El profe es otro padre futbolístico. Aquí he tenido muy buena suerte, he tenido entrenadores muy buenos como Diego Rojas, en mis primeros 5 o 6 años. En la segunda etapa, con el profe Pazo.  Me conoce muy bien, conoce mis necesidades. Aprendo mucho de él, lo escucho mucho, para mí eso es fundamental, tener una persona como él al lado con la cual tengo la confianza de hablar de cualquier tema tanto futbolístico como personal. Me da tranquilidad y valoro mucho al profe Pazo.

P.

¿Cómo ha visto a Carlos Bacca?

R.

Bien, muy bien, con mucha alegría, con muchas ganas de triunfar, de hacer las cosas bien, de ayudar, de liderar. La verdad, me pone muy contento verlo así.

P.

¿Cree que Bacca puede aportar la cuota de jerarquía que le ha faltado al equipo en momentos cumbres en los últimos años?

R.

Carlos va a darle jerarquía al equipo, obviamente. Un jugador que ha ganado todo lo que ha ganado, que ha estado en tantas campañas en Europa, ya con el solo nombre, con estar parado en la cancha, le da jerarquía al equipo. Su jerarquía, obviamente, enriquece a Junior.

P.

¿Qué nota del Bacca actual que no tenía el del pasado y qué cosa ha perdido el de ahora que sí poseía el de antes?

R.

Yo lo veo igual, la verdad. Muy maduro, pensando mucho en el grupo, en mejorar el club, en mejorar todo, y esa es la idea, que uno quiera hacer crecer al equipo. Necesitamos no solamente de Bacca,  de más jugadores, como los hay ahora. Hay un grupo muy bueno, de buenos líderes. Entre todos nos ayudamos. Carlos se siente cómodo, se siente a gusto con este grupo. Esperemos que podamos redondear el título.

P.

¿Y físicamente también lo ve igual?

R.

Sí, Carlos es un jugador de mucha calidad, un ganador. Es difícil que pierda la calidad.

P.

¿Qué opinión tiene de Juan Cruz Real y qué rasgo particular lo hace diferente ante otros técnicos?

R.

El profe es joven, me gusta mucho su forma de ser, su manera de trabajar, de dirigir. Escucha mucho, se rodea bien, escucha a sus colaboradores y al grupo, después él toma sus decisiones por su personalidad. Es una persona fuerte y con conocimiento, muy dedicado, un técnico que lo ves con nosotros y después está viendo al Barranquilla. Está mirando el último partido del equipo y preparando el que viene. Le dedica 24 horas a Junior y dar lo mejor de sí.

P.

¿Por qué cree que otros técnicos le han tirado tantos dardos a Juan Cruz Real y a la nómina de jugadores de Junior?

R.

La verdad, no estoy muy pendiente de lo que han dicho, pero los demás técnicos, al resaltar tanto al Junior, quieren minimizar a su equipo para después valorar lo que puedan hacer o hicieron contra nosotros. Es más que todo por eso, es normal, creo.

P.

¿Llegó la hora de la décima estrella de Junior?

R.

Sí, la estamos buscando hace tiempo. Es necesaria ya para el hincha, para nosotros, para el club. Esperemos que a finales de noviembre estemos festejando, porque la estamos buscando, la necesitamos y la deseamos más que nadie.

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