
San Pelayo. Semejante a la situación del 2007 el río Sinú arremetió contra la población de San Pelayo y está arrasando con lo que encuentra a su paso. El torrente rebosó en el sitio conocido como El Caño, en el corregimiento La Madera. El único medio de transporte en la margen izquierda de San Pelayo son las canoas. Cerca de 4 mil familias afectadas es el censo de las autoridades de ese municipio. En Córdoba la cifra de damnificados es de aproximadamente 40 mil personas.
En San Pelayo están afectadas las poblaciones de La Madera, Carrillo (sector margen izquierda), Caño Viejo, Las Malvinas, El Bongo, Caño Viejo Bohórquez y La Majagua. En el perímetro urbano están inundados los barrios San José y San Rafael. El escenario del Festival Nacional del Porro, la tarima María Barilla, empezó a utilizarse como albergue de las familias afectadas.
También los colegios Santa Teresita y José Antonio Galán. En Montería el número de familias afectadas es de 3.500. El alcalde, Marcos Pineda, inspeccionó ayer el corregimiento Las Palomas, el más afectado con la salida del río Sinú. Los aportes del río a la represa de Urrá aunque han disminuido siguen siendo altos. Oscilan entre 1.200 y 1.300 metros cúbicos por segundo.
En Cereté la cifra de hogares anegados es de 950 mientras que en Tierralta los organismos de socorro reportan más de dos mil familias damnificadas. El río Sinú tiene 415 kilómetros desde el Nudo del Paramillo hasta la desembocadura en Boca de Tinajones, San Bernardo del Viento. En esa longitud la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y San Jorge (CVS) detectó 130 puntos críticos.
El director de la CAR, Elder Oyola, dijo que en medio de la creciente que inició hace tres días, se ha priorizado en 41 puntos críticos entre los municipios de Tierralta, Valencia, Montería, Cereté, Lorica y San Bernardo. Advirtió Oyola que el Sinú tiene capacidad máxima para 750 metros cúbicos por segundo y está recibiendo el doble. “Es prácticamente como si tuviésemos dos ríos en uno”, sostuvo el funcionario.
PASADO POR AGUA.
En el sitio El Caño, San Pelayo, la banda Once de Noviembre (la que hizo una célebre versión del famoso porro La butaca) se subió a una canoa para llegar hasta una finca en la vereda El Pantano y tocar un matrimonio pasado por agua. Los recién casados Yelitza Hernández y Francisco Fajardo, también se regresaron en canoa hasta la casa para atender los invitados.
De todas formas hubo fiesta inolvidable. Difícil que los contrayentes y sus invitados se olviden de esta fecha especial y de las circunstancias de celebrar la boda en canoas, sin abusar del alcohol por temor a caer al agua y morir. La banda tocó, en medio de las obvias limitaciones de espacio, como en sus mejores tiempos en la plaza. EG