La vida de los niños se sigue apagando en las vías de la región Caribe
El año pasado fallecieron 107 niños en la Costa, de los cuales 28 casos se registraron en Magdalena y 19 en Córdoba.
En el monumento a Los Ángeles, una escultura levantada en Fundación, Magdalena, en homenaje a los 33 niños que murieron calcinados dentro de un bus de servicio público en un trágico y doloroso hecho ocurrido en 2014, se conocieron el pasado 18 de mayo una serie de cifras que revelan los riesgos que afrontan los menores de edad en las vías de Colombia: en la última década han muerto 2.957 niños en las carreteras del país.
De los menores en mención, al menos el 73 % de ellos perdieron su vida en completo estado de indefensión, es decir, como peatones, usuarios de bicicleta o usuarios de moto.
En más detalle, según información entregada por la Liga Contra la Violencia Vial, el 39 % fallecieron como peatones (1.144 niños), el 10 % a bordo de en una bicicleta (285 niños), 24 % en una moto (700 niños), 23 % en un vehículo de 4 o más ruedas (693 niños), mientras que del otro 4 % (13 niños) no se tiene mayor información.
La región Caribe no escapa de esta penosa realidad y, en la última semana, un nuevo fatal accidente de tránsito se encargó de enlutar al departamento de Magdalena. En esta ocasión, el pasado domingo 15 de mayo, una niña identificada como Oriana Barajas, de 12 años de edad, murió luego de ser arrollada por una camioneta Ford Explorer. Al momento de los hechos, la menor se encontraba jugando junto a su hermano en jurisdicción del barrio Villa del Río, en el perímetro urbano de Santa Marta.
La historia es infortunadamente constante. A principio de mes, dos menores perdieron la vida al ser víctimas de un accidente de tránsito en el área rural de Aracataca, Magdalena. Otro resultó herido en el mismo hecho. Todos eran muchachos que se movilizaban —a bordo de una moto— hacia la IED Jhon F Kennedy del municipio, cuando un vehículo de carga pesada los atropelló.
“Como víctimas de la violencia vial queremos que las autoridades se tomen la protección de los niños como algo serio. Muchos de nuestros dirigentes son papás. No podemos esperar a perder a un hijo para reaccionar y preguntar qué se puede hacer para que esto no vuelva a suceder. Necesitamos acciones claras y contundentes para mejorar la seguridad vial en nuestros municipios y departamento de Colombia. Antes de ocurrir un siniestro ya han pasado incidentes que nos avisan o nos tratan de prevenir. Necesitamos tener conductos o canales claros donde uno como papá pueda acercarse para informar o denunciar incidentes previos, para evitar que ocurra una crónica ya anunciada”, explicó Hedilberto Antonio Pabón Zanabria, padre de Antonio Pabón de 7 años que murió en la tragedia en Fundación en 2014.
El riesgo que afrontan los menores de edad en las vías de la región Caribe es más grave de lo que se piensa. Tan solo en lo corrido del año han fallecido 28 niños y niñas en las carreteras de la Costa, de los cuales seis casos corresponden a Bolívar, cinco a La Guajira, cuatro a Cesar, cuatro a Córdoba, cuatro a Sucre, cuatro a Magdalena y uno a Atlántico, de acuerdo con la información que maneja la Liga Contra la Violencia Vial. Dentro de este registro hay al menos tres menores entre los 0 y cuatro años.
En la mayoría de estos siniestros viales, según las autoridades, los adultos expusieron a graves riesgos a los menores y estos últimos carecían de los elementos de protección necesarios.
“En algunas ocasiones voy a los colegios y hago encuestas con los niños. En uno de los colegios que visité, en una región del país, les pregunté quiénes llegaban en motocicleta. Muchísimos me levantaron la mano y eran alumnos de grados sexto, séptimo y octavo. Al consultarles quiénes venían con casco, me bajaron la mano la mitad, pero lo que inquietó es que ninguno tenía licencia de conducción”", dijo en su momento el director de la Agencia de Seguridad Vial, Luis Lota.
“Hay falta de consciencia en los adultos en materia de seguridad vial”, agregó.
Mary Bottagisio, directora de la Liga Contra la Violencia Vial, explicó que cada tres días mueren dos niños en las vías del país, sobre todo en zonas rurales de los distintos departamentos. Lo anterior ocurre –en líneas generales– ante la falta de un transporte escolar seguro para los menores de edad estudiantes, el exceso de velocidad y el uso de las motos como vehículos para movilizar, la mayoría de veces infringiendo la norma sobrecupo, a jóvenes por las distintas troncales.
En este sentido, las organizaciones que velan por el cumplimiento de las normas de tránsito revelaron que el 2021 fue uno de los años más trágicos en las carreteras del país. Tan solo en la costa murieron 107 menores de edad, siendo Magdalena (28) y Córdoba (19) los departamentos que encabezaron el preocupante departamento. Le siguieron Cesar (17), Bolívar (16), La Guajira (12), Atlántico (9) y Sucre (6). 17 de estos niños estaban entre los 0 y cuatro años, mientras que el rango de edad de 15 a 17 abarcó el grueso de decesos.
“Un problema no resuelto en la región Caribe es la movilidad de los más pobres, la ausencia de transporte público, los asentamientos en la periferia de ciudades, las troncales que parten los municipios , la oferta de transporte en moto y el uso de la motocicleta está matando a los niños del Caribe. Pero volteamos la mirada y simplemente decimos que esa es nuestra realidad, que es lo que nos toca y tristemente creemos que es así, que tenemos que morirnos por movernos. Vamos a esperar a tomar acciones solo cuando en cada hogar haya un luto por una vida apagada. Mientras sigamos naturalizando la muerte en las vías, vidas se seguirán apagando”, señaló Bottagisio en diálogo con EL HERALDO.
“Muchos de nuestros municipios están partidos por una vía primaria, o por una troncal que los niños deben sortear, vías que se convierten en la plaza del pueblo, pero donde nadie baja velocidades. Y las plazas de los pueblos, también las hemos convertidos en los parqueaderos de motos. Pero queremos seguir responsabilizando a los niños y a los padres. Ahora queremos que los niños eduquen a los padres, cuando ni siquiera somos capaces de protegerlos, es el mundo al revés. Un padre no sube a la moto porque quiere sino porque le toca”, analizó la directiva.
Según la organización, en lo corrido del año el panorama es aún más desalentador que en 2021 ya que las muertes de niños entre los 0 y 14 años en las vías aumentaron en un 17 % con respecto al mismo periodo (enero a marzo) en 2021.
“La velocidad es un factor de base que multiplica todos los otros factores de riesgo en la ocurrencia de siniestros viales. Desde la academia trabajamos como movimiento social para que la seguridad vial sea entendida como un todo y que el sistema seguro es una medida costo eficiente para los gobiernos para mantener a raya las muertes derivadas por los mal llamados accidentes de tránsito”, concluyó el vocero del movimiento ciudadano Conduce a 50 vive al 100 y profesor de la Universidad de Los Andes, el ingeniero Juan Pablo Bocarejo.
