Región Caribe

En video | “Ese ruido del río da miedo”: emergencia por erosión en Salamina

Por la arremetida del Magdalena a la altura de La Bonga, 150 metros del terraplén han desaparecido. Mañana hay reunión con Invías y Unidad de Riesgo para definir obras.

A Rodolfo Solano  Fontalvo se le puede considerar una especie de vigía del río Magdalena,  precisamente en el punto más crítico de la gran erosión que se presenta en el municipio ribereño de Salamina.

Sentado frente a las aguas que han arrancado 150 metros de la carretera entre  Salamina y El Piñón, asegura que desde el 2010 no veía una emergencia de una magnitud como la actual.
Solano, de 46 años, quien habla pausado y luce bigote poblado como charro de película mexicana, confiesa que por las noches siente miedo.     

“Yo estoy con mi idea de que aquí va a pasar algo, porque cuando esos carros pesados pasan a toda velocidad el terraplén se menea”, asegura.

Este padre de cuatro hijos, que vive en unión libre con Einadis Mosquera, es el encargado de vigilar la turbina que extrae el agua del río para regar los cultivos de palma aledaños.

“Anoche el río se llevó otro pedazo del terraplén, y arrancó matas de plátano en el sitio la Bonga”, añade, refiriéndose al aguacero de dos horas que se precipitó sobre la zona de la emergencia.

El equipo periodístico de EL HERALDO se desplazó hasta la zona declarada en calamidad pública, para constatar la creciente erosión que se registra en este punto de la ribera del Magdalena.

 

Alarma general

De avanzar la arremetida del río podría ocasionar  “la gran inundación”, como lo han asegurado el director de Invías, Juan Esteban Gil, y el presidente de la Asociación de Ganaderos del Norte, Asoganorte, Julián Saade.

Según el funcionario, el río está bajando muy crecido y en las zonas de curvas genera una erosión en las orillas.

“Estamos en una posibilidad de pérdida de vida”, alertó el funcionario al referirse al inminente desastre  de no actuarse “ya”.

A su turno, el vocero de los ganaderos prevé una catástrofe superior a la ocurrida en el sur del Atlántico en el 2010. Lo anterior, por el volumen de agua que Magdalena meterá en la zona, y por las pendientes que hay del río hacía el departamento del Magdalena.

Además de Salamina podrían terminar inundadas otras poblaciones aledañas como Pivijay, El Piñón y Cerro de San Antonio, así como sus respectivas veredas y corregimientos.

 

El alcalde José Díaz y el palmicultor Luis Guillermo Ossa miran el estudio de batimetría realizado en el sitio de la emergencia.

El miedo acosa

El miedo que siente  Solano parece recorrer a los  9.000 habitantes de Salamina. Allí no se habla de otra cosa que del boquete que se abriría, tal como ocurrió en el 2010 en el sur del Atlántico a la altura del Canal del Dique, y cuya arremetida fue igual o peor  en esta extensa área del Magdalena, como lo recuerda Luis Guillermo Ossa, administrador de una empresa palmera.

Ramón Cantillo Medina, 54 años, y su hija Mercedes, de 20 años, ambos salamineros, madrugaron el sábado a rescatar de sus cultivos lo que la intensa lluvia y el río arrasaron a su paso.

La jovencita, estudiante del programa de Atención a Primera Infancia en el municipio de Pivijay, recorrió en  motocicleta los sembrados de plátanos, el ají y papayas. Alcanzó a sacar de entre el agua que inundó la parcela varios productos. El terreno está ubicado a un costado de la vía que comunica con el municipio de El Piñón.

“Perdimos un trabajo de seis meses de siembra, los papayos ya estaban paríos, igual que los limones y el plátano. Ya empezábamosa a recoger y mire cómo quedamos, con los brazos cruzados”, dijo el hombre al borde del llanto.

Asegura que ha escuchado que una de las propuestas es construir una variante. “Creo que sería bueno porque por aquí pasan camiones cargados y eso hace daño”. 

 

A Ramón Cantillo y su hija Mercedes las lluvias y el río acabaron con sus cultivos.

Soluciones. Luis Guillermo Ossa Álvarez, productor agropecuario, asegura que la solución definitiva para afrontar la problemática que los afecta desde hace varios años es el draga el río Magdalena.

“Hace algunos años se presenta la misma crisis que logró frenarse porque instalaron pilotes”, anota.

De la situación actual dice que aunque los niveles se han mantenido en los últimos 15 días, hay que ejecutar las obras cuanto antes.

“Afortunadamente el alcalde (José Díaz Marchena) ha estado en Bogotá gestionando las obras y los recursos que necesitamos”, añade.

De acuerdo con los cálculos del mandatario local, de presentarse una tragedia de gran magnitud se afectarían 16.000 hectáreas  cultivadas con palma y las 220.000 de ganadería y agricultura.

“Serían además daños incalculables desde el punto de vista ambiental, porque recuperar esta zona requeriría de muchos años”. añade.

 

El alcalde José Díaz muestra el terreno que el río ha arrancado del terraplén.

Reunión en Bogotá.

Por eso, el alcalde Díaz Marchena viajó la semana pasada a Bogotá para entrevistarse con los representantes de Invías, la Unidad de Gestión de Riesgo y Cormagdalena con los que se volverá a sentar este martes en la sede del Concejo de Salamina para acordar soluciones urgentes.

“Hacemos un llamado al Gobierno Nacional porque este riesgo de que se abra un boquete se registra desde el año pasado. Hemos tocado puertas y ejecutado obras mínimas”, añadió.

Para Díaz, en Colombia a veces tiene que ocurrir la tragedia para que el Gobierno Nacional pueda dar una solución”.

Sin embargo, sostiene que en la reunión de la semana pasada con Invías, la Unidad de Gestión de Riesgo, Cormagdalena y productores de Salamina, encontró eco en el apoyo estatal.

“Existe toda la voluntad de Invías y la Unidad de Riesgo que enviaron técnicos a la zona, y de hecho están planteando cinco alternativas”.

 

Así se observa el terraplén desde el río Magdalena.

Entre las propuestas de las entidades del orden nacional están la construcción de una  variante, pero en su opinión, no sería definitiva porque el problema persistiría en el terraplén.

“Se habla de pilotaje, gaviones, espolones, pero  antes de ejecutar tenemos que tener suficiente información técnica”, añade.

El sábado la Alcaldía de Salamina contrató un estudio de batimetría que será la guía para los representantes de cada una de las entidades que asistan este martes al comité de riesgo que se celebrará en la sede del  Concejo.

“Vamos analizar las soluciones y definir los recursos que se requieren  y qué aporta cada uno”.

 

Rodolfo Solano Fontalvo, el vigía del río Magdalena a la altura de la Bonga. “Tengo miedo”, confiesa.

Salamina, al borde de una tragedia por efectos de la erosión

Por la arremetida del río Magdalena a la altura de La Bonga, 150 metros del terraplén han desaparecido en el municipio de Salamina. Mañana hay reunión con Invías y Unidad de Riesgo para definir obras.

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