El Heraldo
Alexander Hernández el día que abandonaba la clínica donde fue atendido.
Región Caribe

¿Cómo se logra salir victorioso del virus?

Glemis Sanjuan, Alexander Hernández, Luis Carlos Huertas y Edgardo Montes narran los difíciles momentos que atravesaron en su lucha contra la COVID-19. Dicen que seguir con vida es un milagro.

Haberse escapado de las garras del coronavirus, la pandemia que ha matado a 310 mil personas en el mundo, se convirtió en toda una hazaña para cuatro costeños recuperados de la enfermedad: la barranquillera Glemis Sanjuan, el samario Luis Carlos Huertas, el vallenato Alexander Hernández y el cordobés Edgardo Montes (*).

En entrevista con EL HERALDO coincidieron en que además de los malestares propios de la afección, otro aspecto difícil de afrontar es el encierro y la soledad a la que son sometidos.

“Permanecer en una habitación sin ver a la familia, y que te pasen la comida por una ventana es doloroso y triste”, confesó Montes, de 49 años, a quien le cambiamos su identidad a petición propia.

Además de la incertidumbre de saber si el coronavirus terminaría con su vida, a Edgardo, empleado de la DIAN, le tocó afrontar amenazas de desadaptados que le anunciaron que iban a atacar a piedras su vivienda en Cereté.

Glemis Sanjuan afirma que también vivió momentos de mucha angustia, porque los síntomas son muy fuertes.

Esta barranquillera de 21 años, que vive sola en Medellín, contó que llegó al punto de arrastrarse en su apartamento, porque el dolor le quitó todas las fuerzas.

De los cuatro entrevistados a Glemis fue la que más duro le afectó el virus, porque las vías respiratorias también se le complicaron.

Lo mismo le ocurrió a Alexander Hernández, quien como Glemis tuvo que ser hospitalizado por trastornos pulmonares.

Igual tragedia vivió Huertas, quien en dos oportunidades dio positivo de COVID-19.

“Me aferré a Dios, a mi esposa, y a mis dos hijas”, confesó este ciudadano, quien sostiene que el 9 de mayo, cuando la prueba dio negativa, “volvió a nacer”; o como dice Glemis, que a ella la salvó “el chip del postivismo”, porque la acitud es clave en la recuperación.

Estos cuatro costeños dadanía para que se aísle en casa y solo salga a la calle a lo estrictamente necesario.

“Lo único que nos aleja del virus es estar encerrado cumpliendo todas las normas”, asegura Montes.

“Me tocaba arrastrarme a causa del dolor”, asegura la barranquillera Gleimis Sanjuan

Por Ana Gabriel Zúñiga

La barranquillera  Gleimis Sanjuan es una de las más de 3.587 personas que le han ganado la batalla a la COVID-19 en Colombia.

Luego de pasar por los síntomas más fuertes de la enfermedad, hoy da testimonio de superación ante la pandemia.

Esta joven de 21 años, quien reside sola en Medellín, contó que a finales de marzo comenzó a sentir intenso dolor en el cuerpo que le impedía caminar, además de náuseas, dolor de cabeza y constante fiebre. Por eso se decidió a realizarse la prueba a pesar de que, como ella misma lo contó en diálogo con EL HERALDO, no creía mucho en la enfermedad.

“Yo no era muy creyente de esto del coronavirus, pero si creyente en Dios. Cuando llené los datos y me hice la prueba, lo primero que hice fue encomendarme a Dios y confiar en que me iba a sanar y poner de mi parte para salir adelante”.

Cinco días después de la prueba recibió una llamada del Ministerio de Salud en la que le explicaban las precauciones que debía tener; sin embargo, en ese momento no le habían confirmado los resultados. Minutos después de la llamada, Gleimis recibió el correo en el que le manifestaron que era positivo de COVID-19. “Me puse el chip de positivismo y dije: no me interesa ninguna enfermedad y preparé mi mente para lo que venía, siempre con la mejor actitud. La actitud lo hace todo, si yo hubiera tenido mala actitud me hubiese muerto”, expresó Sanjuan.

Así mismo, contó que le tocó vivir momentos muy difíciles en soledad con el apoyo de su familia a la distancia. Perdió el olfato, el gusto, le tocaba arrastrarse prácticamente por el dolor y debía ser bañada por las personas encargadas del Ministerio de Salud quienes la asistían diariamente.

Durante todo el tiempo de la enfermedad mantuvo la temperatura corporal en 38 grados, y en dos ocasiones le aumentó a 41 y 43 grados generándole convulsiones, por lo que tuvo que ser trasladada a una clínica y ser conectada a ayuda respiratoria, puesto que la sensación en los pulmones era “horrible”.

“La sensación de los pulmones era horrible, es como si fueran una piedra de lo duro que se sentían y cuando respiraba sentía que se estaban estirando al punto de romperse”, dijo la joven.

De las dos ocasiones en las que estuvo internada, en cada una de ellas duró tres días en la clínica, ya que, como lo manifestó, ella no quería seguir internada y prefería estar en su casa sola sin tener contacto con otras personas que no fueran los funcionarios de Minsalud.  Contó que el único medicamento que le mandaron fue acetaminofén con sulfato de codeína para la fiebre, pero que lo que más le sirvió para curarse fue la alimentación como mecanismo de defensa además de la buena actitud que tuvo.

“Me empecé a adelgazar, en total bajé diez kilos porque dejé enlatados, embutidos, comida chatarra, es por eso hay que tener buena salud mental y física porque no te dan ganas de comer, pero si una ansiedad mental que hay que controlar”, explicó Gleimis. Días después de sentir mejora y de tener más movimiento en el cuerpo, a la joven le realizaron la segunda prueba y las muestras de radiografía en los pulmones, en estas no se le encontró rastro de coronavirus, y solo tenía pequeñas secuelas que debía seguir tratándose con las recomendaciones emitidas por el Ministerio de Salud.

Después de más de 20 días de pasar luchando contra el virus, hace tres días a Gleimis le fue realizado un último diagnóstico, que arrojó que está completamente sana. “Gracias a dios estoy más que sana y me siento más viva que nunca. Fue bastante duro, pero me puse el chip del positivismo y la actitud al 100% y creo que gracias a eso y a Dios logré salir de eso”.

“Querían atacar mi casa a piedra”, asegura cereteano recuperado

Por Óscar Cuello

Aunque los síntomas de COVID-19 en Edgardo Montes (*) fueron leves, lo más duro que le tocó afrontar fue por cuenta de desconocidos que lo amenazaban con lanzarle piedras a la casa.

Eso ocurrió el día que le practicaron la prueba en  Cereté, donde vive.

Él, con 49 años y empleados de la DIAN, tuvo que buscar el apoyo de la Junta de Acción Comunal y de vecinos muy cercanos para que evitaran una tragedia.

El último día de trabajo en su oficina en la DIAN en Montería, participó en un compartir por el cumpleaños de un compañero. En ese momento ni él ni sus amigos sabían que tenían coronavirus. Ellos suponen que el contagio pudo ser un ciudadano procedente de Cartagena que días atrás había llegado a pagar sus impuestos en la oficina de la capital de Córdoba. El 20 de marzo, la DIAN los mandó de teletrabajo y ya en casa empezaron los síntomas: fiebre alta y un intenso dolor de cabeza. Días después se enteró que a sus colegas los sometieron a la prueba y ahí empezó el aislamiento total en una habitación durante 14 días.

Me pasaban la comida por una ventana, me tomaba los medicamentos y me aferré a Dios, eso me salvó”, confiesa.

*Nombre cambiado a petición de la persona

“Con el COVID-19 sentí que el mundo se me venía encima”, dice Luis Carlos Huertas

Por Agustín Iguarán

Al fisioterapeuta samario Luis Carlos Huertas Torregroza, de 38 años, la vida le puso a prueba su coraje y voluntad de cambio. El 11 de abril pasado fue diagnosticado con coronavirus y sintió que que “el mundo se venía encima”. Tres días antes había ido a urgencia con fiebre y dolor de cabeza y el médico le dijo que sus síntomas eran los de la COVID-19 y que había que practicarle la prueba. “Cuando di positivo pensé en mi esposa y en mis dos hijas”, expresó.  Dice que fue un “milagro” el que ninguna se contagiara, lo que lo llenó de valor para su recuperación. “Entendí que en la vida no hay cosas que temer, sino cosas que comprender, pero el 28 de abril recibió un nuevo golpe tras volver a dar positivo. “Pensé otra vez que el mundo se me derrumbaba”, dijo.  Seis días después, en una nueva prueba, le anunciaron lo que tanto anhelaba: dio negativo. Pero a pesar de haber sanado, permaneció en aislamiento hasta el 9 de mayo. “Entendí que todo lo que me pasó me daba una posibilidad infinita de reinventarme. Hoy soy un hombre nuevo, gracias a Dios, una persona que volvió a vivir” A su regreso como fisoterapeuta en la Clínica La Milagrosa sus compañeros lo recibieron como un héroe.

Alexander Hernández, paciente de Valledupar: “La soledad y el aslamiento son muy duros”

Por Miguel Barrios

Con un llamado al autocuidado, Alexander Hernández se convierte en un testimonio viviente de la superación del coronavirus en Valledupar. Él es uno de los 46 pacientes que le han ganado la batalla a la enfermedad en el departamento del Cesar.  “Yo que viví esto les digo que es duro estar uno encerrado, que te coloquen medicamentos, que se te corte la respiración. A veces uno pierde las fuerzas, pero mientras uno confíe en Dios tiene fe que va a salir de esto”, dijo. Señaló que “es difícil la soledad y el distanciamiento, sin su familia, así que cuídense”. Sostuvo tras su recuperación que “ya sentí la voz de mi hija y de mi señora, eso es una medicina más. Con el favor de Dios vamos a salir muy pronto de esto y será una historia más que contarles a los nietos”. En medio de aplausos, Alexander salió de la clínica donde estuvo hospitalizado varios días tras resultar afectado con COVID-19. La prueba resultó positiva, y dentro de sus complicaciones tuvo afectado un pulmón. “Los médicos ya me decían que dependía de su complicación que se le presentó en el pulmón derecho, pensaban pasarlo a UCI y para mí fue bastante fuerte sin poder estar con él, sin poder ir a la clínica porque tenía que estar aislada y cuidar a nuestra hija”, señaló su esposa Esilda Garrido.

“A veces perdía la fe porque sentía que él no estaba respondiendo, pero Dios me sostuvo”, dijo. “Ahora estoy emocionada y feliz, después de tantos días de angustia ya llegó la felicidad”, puntualizó.

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