2.020 familias damnificadas por invierno en Córdoba, Cesar y Sucre
Desbordamiento de caños por lluvias y fuertes vientos mantienen en emergencia a varias poblaciones. En el Cesar, 700 familias indígenas fueron evacuadas por riesgo.
Al menos 2.020 familias han resultado afectadas en los departamentos de Cesar, Sucre y Córdoba por la ola invernal que azota este último trimestre del año.
En la subregión de la Mojana sucreña, los municipios más afectados son Guaranda y Sucre-Sucre, donde hay más de 1.500 damnificados por las inundaciones y fuertes vientos que destecharon viviendas tras las intensas lluvias de las últimas horas.
En Guaranda se desbordaron los caños Ventanilla, Mojana y Bejuco que dejaron damnificadas a 800 familias de los corregimientos de Puerto López, Gavaldá, Los Pavos, Chuira Grande y La Ceja.
La situación también es difícil en Sucre-Sucre, donde los caños Mojana y Aguas Prietas se salieron de su cauce y las aguas alcanzaron las viviendas de 700 familias en la zona rural. El número de afectados puede aumentar significativamente pues al cierre de esta edición la Defensa Civil estaba en pleno censo en otros corregimientos de los mencionados municipios.
José Nicolás Vega Lastre, coordinador de la Oficina de Gestión del Riesgo en Sucre, informó que el reporte fue enviado al Gobierno Nacional para las ayudas correspondientes.
La semana pasada unas 700 familias de Caimito y San Benito resultaron damnificadas por inundaciones a causa del desbordamiento de los ríos Cauca y San Jorge.
En la vía Santiago Apóstol-y la Villa es casi nulo el tráfico porque las lluvias han convertido el camino en un lodazal.
También en Córdoba
Un censo preliminar realizado por las autoridades reveló que alrededor de 450 familias damnificadas es el saldo que hasta el momento han arrojado las visitas técnicas que realizan las alcaldías para evaluar las afectaciones causadas por las recientes lluvias.
Los daños se concentran en cinco municipios: Momil, Purísima, en el Bajo Sinú; San Bernardo del Viento, en la zona Costanera; Planeta Rica y Puerto Libertador, en la subregión del Alto San Jorge.
El director de la Oficina de Gestión del Riesgo Departamental, Iván Tapia Morfil, sostuvo que las fuertes lluvias, que cayeron durante la madrugada del miércoles, generaron el desbordamiento del arroyo Bijao, en el municipio de Purísima, lo que hizo que las aguas se estancaran en casi una docena de barrios del casco urbano de esta localidad.
“Las aguas llegaron a alturas de hasta 70 centímetros, causando afectaciones en gran medida en la Institución Educativa Juan XXIII, donde irrumpió una corriente de agua que inundó salones y oficinas del plantel educativo”, sostuvo Tapia Morfil.
En Purísima, uno de los más afectados por el coletazo invernal, se estudia la declaratoria de la calamidad pública para proceder de la manera más eficaz ante la atención de la emergencia en los barrios La Candelaria, San Rafael, Nuevo Mileno, y Los Caracoles.
En Moñitos y el municipio de San Bernardo del Viento, los cultivadores reportaron más de 200 hectáreas de plátano fueron arrasadas por un vendaval que sacudió a Córdoba.
70 familias evacuadas
Las autoridades indígenas yukpas con apoyo de la Cruz Roja adelantan la evacuación de al menos 70 familias en riesgo de avalanchas y crecientes súbitas del río Maracas en la serranía del Perijá.
La semana pasada una avalancha dejó tres personas de esa comunidad muertas, además de arrasar con cultivos y animales. La cabildo gobernadora yukpa del resguardo Sokorpa, Esneda Saavedra, dijo que hasta ayer no habían recibido ayudas del departamento y la nación.
“El desastre se dio a tan solo 35 minutos de Becerril, por lo que no comprendemos cómo la Unidad de Gestión del Riesgo del departamento del Cesar aún no llega con ayuda, por lo que miembros de la comunidad La Estación, Rincón e Ipika, están siendo evacuados por las autoridades indígenas, con apoyo de Dusakawi – EPS Indígena, la Alcaldía de Becerril y acompañamiento de la Cruz Roja”, precisó.
En la zona, que reporta más de 70 familias damnificadas, la avalancha del río Maracas en Becerril, dejó la semana pasada tres personas muertas, dos adultos mayores y una niña de tres años.
