Lo destacado de la “seguridad humana” y la política exterior
El cambio de doctrina en el interior de la fuerza pública. El restablecimiento de relaciones con Caracas, protagonista.
Analistas exponen sobre la importancia de entender que la propuesta del presidente Petro de la “seguridad humana” frente a la construcción de una paz total puede tener varias vicisitudes y varios bemoles que hay que tocar con especial cuidado.
César Niño, profesor de Conflicto y Relaciones Internacionales de la Universidad de La Salle, señala que el actual Gobierno “no puede meter en la misma agenda a todos los grupos armados y grupos criminales” porque su metodología, su enfoque y su naturaleza deben ser segmentados por su propia distinción.
“Es importante observar que en los últimos días, como vimos con el asesinato de siete policías en Huila, los grupos criminales, los grupos armados, están es buscando medir la capacidad de respuesta ante una hipótesis de confrontación directa entre estos grupos con el Estado”, dice Niño.
Destacó el académico que también resulta interesante observar la idea y la lógica de la protección de derechos humanos anunciada por Petro, tomando como ejemplo la prohibición de bombardeos sobre campamentos en los que se compruebe que hay menores de edad.
“Esta estrategia, no obstante, debe ir de la mano con el fortalecimiento de capacidades de inteligencia de las fuerzas de seguridad del Estado, precisamente para detectar este tipo de condiciones”, argumenta el experto.
Recordemos además que el nombramiento de una nueva cúpula de la fuerza pública provocó la salida de varios altos oficiales, lo que generó malestar en varios sectores.
Para el académico, otro de los enfoques en esta “seguridad humana” es el giro en la lógica de la guerra contra las drogas. Pues se combinan elementos de justicia social y justicia ambiental. “Se está cambiando la erradicación vía aérea con glifosato por una erradicación de cultivos con sustitución y erradicación manual y voluntaria. Esto va acompañado de una estrategia para mitigar cierto tipo de impactos en la salud pública y en el medio ambiente”.
Frente a la política exterior, Niño manifestó que el presidente Petro marca “una gran distancia” frente a lo que era la tradición de Colombia en varios aspectos: el primero de ellos tiene que ver con la política con Venezuela.
“El restablecimiento de relaciones diplomáticas pasa por uno de los mejores momentos en los que se reactivan las relaciones, pero habrá que ver un poco cuál va a ser la relación estratégica a profundidad que en este primer mes no se nota mucho todavía, sino seguramente lo veremos a partir del tercer mes de gobierno”, dijo el académico.
Recordemos que la semana pasada los embajadores Armando Benedetti, en Carcas, y Félix Plasencia (de Venezuela en Colombia) hicieron efectivas las entregas de credenciales para el reinicio de las relaciones.
Otro aspecto a tener en cuenta es la postura del gobierno Petro en la OEA, que también fue algo que estuvo en los reflectores y que seguirá presente, debido al silencio que hubo por el caso Nicaragua, algo que, según el experto, “se debe reconducir más hacia una lógica de coherencia en política exterior”.
