El Heraldo
Acto de instalación de la legislatura 2018-2022 del Congreso de la República. Jhonny Hoyos
Política

Ley del montes | ¿Adiós al Bloque Costeño?

Nunca antes la Región Caribe había tenido tantos congresistas, pero tampoco nunca antes habían estado tan desprestigiados.

Hubo un tiempo en que los congresistas elegidos por la Región Caribe tenían peso específico en Bogotá. Tocaban y abrían puertas. Y no solo las de la Casa de Nariño -o las del Palacio de San Carlos, como se llamó la antigua residencia presidencial, que ocupó el edificio de la actual Cancillería en el tradicional barrio de La Candelaria- sino la de los distintos ministerios e institutos descentralizados. Los congresistas costeños tenían poder y lo ejercían. El llamado Bloque Costeño tenía voz de mando en Bogotá, porque elegía contralor General de la República y procurador General de la Nación, dos cargos tan apetecidos antes como hoy. En aquellos años no se podía ser contralor o procurador si no se tenía el visto bueno del Bloque Costeño. 

El poder del llamado Bloque Costeño tenía poco que ver con la cantidad de los senadores y representantes elegidos. Su influencia estaba determinada por el dominio de los temas y la unidad a la hora de asumir posturas en beneficio de la Región. 

Pero los tiempos cambiaron de manera drástica. El presente poco o nada tiene que ver con el pasado. El 20 de julio se posesionaron 30 senadores oriundos del Atlántico, Córdoba, Bolívar, César, Magdalena y Sucre, pero ello no significa que tendrán la capacidad de influencia que tuvieron quienes los antecedieron en sus cargos. De hecho, el único que alcanzó un cargo en la mesa directiva del Senado fue Eduardo Pulgar, elegido como primer vicepresidente.
De manera que el retiro del senador conservador Roberto Gerlein -quien este 20 de julio no volvió al Congreso, después de ocupar una curul por más de cinco décadas- es también la extinción del poder influyente del Bloque Costeño.

La ausencia definitiva de Gerlein en el Senado significa también el fin de aquella época en la que las voces y los votos de los congresistas de la Región Caribe definían la suerte del país en general y de la Costa en particular.

La mejor muestra de los nuevos tiempos y de la decadencia del poder del Bloque Costeño es que la “heredera política” de Gerlein, la ex representante a la Cámara Aída Merlano, está presa por comprar votos, entre otros delitos. A ella se le aplicará la figura de la “silla vacía”, lo que significa que el Partido Conservador perderá la curul que por tanto tiempo ocupó Roberto Gerlein, el último de los integrantes del poderosísimo Bloque Costeño.

El Bloque Costeño no servía única y exclusivamente para nombrar y desnombrar a sus recomendados en ministerios y organismos de control, como piensan de forma equivocada sus detractores. El Bloque Costeño defendía los intereses de la Región Caribe y también los del país. El propio Gerlein fue uno de los congresistas más eficaces y eficientes a la hora de hacerle control político al gobierno de Julio César Turbay a mediados de los 70, cuando el entonces presidente impuso el tristemente célebre “Estatuto de Seguridad”. Fue Gerlein quien denunció muchos de los desafueros y abusos de la Fuerza Pública en contra de los dirigentes de izquierda y los intelectuales de la época, entre ellos el poeta Luis Vidales. En los archivos del Senado puede escucharse su voz, junto a la del excanciller Alfredo Vásquez Carrizosa y a la del dirigente del Partido Comunista Gilberto Viera, denunciando al Gobierno por pretender instaurar en Colombia el llamado “delito de opinión”.

Gerlein hizo parte de la lista de “presidenciables” del Partido Conservador y de la Región Caribe durante los 80 y los 90, gracias a su destacada labor como congresista, la misma que después se vio opacada por escándalos, como sus agresiones verbales a varias de sus colegas en el Senado de la República, entre ellas Vivianne Morales y Piedad Córdoba.

Pero también hubo muchos proyectos regionales que salieron adelante por el trabajo mancomunado del Bloque Costeño, como ocurrió con la construcción de la represa de Urrá, gracias a la gestión del senador cordobés Salomón Náder, cuya voz en la Comisión Quinta del Senado era escuchada con mucha atención. Entre los últimos logros del Bloque Costeño se destacan la reglamentación de la Corporación Río Grande de la Magdalena (Cormagdalena) y la creación del Fondo Nacional de Regalías, que han significado mayores beneficios para la Región.

Y en lo que tiene que ver con los asuntos de mecánica política, la presidencia del Congreso para un costeño, por ejemplo, no se sometía a debate o discusión, al igual que los cargos de las mesas directivas de las distintas comisiones. Y esos logros se traducían posteriormente en iniciativas y proyectos que terminaban favoreciendo a la Región Caribe. No eran meros asuntos protocolarios u honoríficos. Un presidente del Senado o de la Cámara tiene la facultad discrecional de organizar buena parte de la agenda y ello le permite priorizar asuntos, decisión que “hunde” o “salva” muchas iniciativas. Igual ocurre en las distintas comisiones. ¿Cuál debería ser la agenda de los congresistas de la Región Caribe y qué papel desempeñarán durante el gobierno de Iván Duque?

Electricaribe, ¡solución definitiva ya!

La crisis de Electricaribe no puede ser eterna, como tampoco es eterna la paciencia de los usuarios de la empresa. Este Congreso que se posesionó el pasado 20 de julio debe ser el que -de la mano del Gobierno Nacional- ponga fin al suplicio de Electricaribe. No más pañitos de aguas tibias, como el anuncio del desembolso de 320 mil millones de pesos, realizado con grandilocuencia por el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, y que por cierto aún no se ha materializado. Ese dinero es poco para la crisis de la empresa. Con ello ni se mantienen redes y equipos, ni se pagan deudas con proveedores ni con generadores. Los pasivos pensionales -para solo citar un ejemplo- superan los 700.000 millones de pesos.

Cárdenas también anunció que el Gobierno saliente autorizará el levantamiento de la restricción del llamado tope regulatorio del 25% para que todas las empresas de energía del país puedan pujar por quedarse con la operación de Electricaribe, pero eso tampoco ha ocurrido. Mientras tanto, la intervención de Electricaribe -que permitió superar una crisis coyuntural, que tenía a punto de colapsar a la empresa- se alarga, sin que esté claro el nombre del nuevo operador. Los congresistas costeños deberán -todos- ponerse la camiseta de Electricaribe para encontrarle una salida a la encrucijada actual.

App del Río, ¡hágale pues presidente Duque!

Llegó Santos y se fue Santos, ocho años después, y la navegabilidad del Río Magdalena está igual o peor que antes. Prometió para meter y después de haber metido no cumplió lo prometido. Traducción: para ganar en la Región Caribe, Santos prometió que el Río Magdalena recuperaría su navegabilidad, pero al abandonar su cargo -ocho años después- dicha navegabilidad está hoy más enredada que antes. Pero Santos sacó una buena cantidad de votos en la Región Caribe por cuenta de esa promesa. Aunque Planeación Nacional autorizó el compromiso de vigencias futuras dentro del Presupuesto de Gastos de Inversión de Cormagdalena, el Ministerio de Hacienda aún no ha citado al Confis, lo que todavía tiene en vilo la suerte de la nueva APP del Río, que compromete la competitividad del puerto de Barranquilla. El asunto es tan simple como grave: si no hay Confis, no hay APP del Río y si no hay APP del Río el puerto de Barranquilla no es competitivo y si el puerto no es competitivo, la ciudad tampoco lo es.

Cómo está visto que a Santos la tarea le quedó grande -por falta de voluntad política o por falta de recursos, o por las dos- quien debe cumplir la misión es el presidente electo, Iván Duque, que deberá escuchar a los congresistas de la Costa para tomar cualquier decisión. Lo único cierto es que se requiere con urgencia encontrarle una salida a la postración del proyecto de recuperación de la navegabilidad del Río y cuanto antes mejor.

Relaciones con Duque, independientes y cordiales

El presidente electo Iván Duque ha dicho una y otra vez que no piensa caer en la tentación de “enmermelar” al Congreso de la República para sacar adelante sus proyectos. Y está bien que así sea. Las relaciones entre los tres poderes públicos deben ser independientes y cordiales. La separación de poderes es el principal soporte que tiene el sistema democrático. En Colombia se da por hecho que todo tiene un precio, incluyendo la independencia del Congreso. Esa es una de las razones que lleva al Gobierno a ofrecer puestos y contratos a los congresistas para que estos les aprueben sus iniciativas. Nada más sano para una democracia que un Poder Ejecutivo vigilado por los otros poderes. Si el Congreso colombiano está enmermelado es porque el Gobierno Nacional lo enmermeló. Punto. Si los congresistas costeños venden su conciencia y anteponen los intereses particulares por sobre los de toda la comunidad, entonces que sea la misma comunidad la que los castigue no reeligiéndolos. En asuntos puntuales como Electricaribe y la APP del Río, los habitantes de la Región Caribe lo único que esperamos es que los congresistas se pongan de nuestro lado como usuarios y directos beneficiarios.

Querer es poder: el buen ejemplo de Barranquilla

Si los congresistas costeños hacen bien su tarea, con absoluta autonomía y transparencia, los primeros en ganar son ellos. Así como los primeros que pierden cuando hablan de los “congresistas costeños como corruptos” son ellos. La nueva “bancada costeña” tiene el inmenso reto de limpiar la imagen que se tiene de ella, pero también el de sacar adelante iniciativas que beneficien a la Región. Barranquilla acaba de demostrarle a Colombia y al mundo que cuando se quiere se puede. La ceremonia inaugural de los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe superó todas las expectativas. Hoy todos nos sentimos más orgullosos de ser Caribe. La Administración Distrital, con Alejandro Char a la cabeza, asumió ese reto y demostró que la tarea no le quedó grande. De igual forma la “bancada costeña” debe asumir el reto de contribuir a que nuestra Región sea cada día mejor, mediante la superación de los actuales indicadores sociales y de desarrollo. En sus manos está y de ustedes depende.

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