El Heraldo
Largas filas se observaron desde primera hora en el municipio de Palmar de Varela. Luis Felipe de la Hoz
Política

Lentitud en sistema biométrico, la queja de los votantes en municipios

En Palmar de Varela, las personas esperaron hasta dos horas para poder cumplir el proceso de identificación.  En Piojó hubo guardia para evitar la llegada de foráneos.

La jornada electoral de este domingo fue tranquila en materia de orden público, según las autoridades; sin embargo, para los electores fue traumática por la lentitud en el sistema de identificación biométrica que dispuso la Registraduría en los puestos de votación de Palmar de Varela y de Santo Tomás.

En estas poblaciones de la zona Oriental del Atlántico, los electores no esperaban este primer filtro, considerado por muchos como un obstáculo, debido a que el desconocimiento que se tenía de él hizo que la llegada a las mesas fuera lenta. Mientras que otros consideran que este procedimiento es justo y necesario para garantizar la transparencia en el proceso.

Apenas dieron apertura de las elecciones, la gente hizo filas en las afueras de estos puestos de votación, pero una vez adentro también tuvieron que hacerla para poner la huella en los controles.

Pedro Pablo Carrillo, habitante de Palmar de Varela, 59 años, asegura que este sistema biométrico los tomó por sorpresa: “Demoré más de una hora para poder ingresar y luego otra fila donde autentican las cédulas, mucha gente no va a alcanzar a votar, se van perder muchos votos” .

Por su parte, Julio Taibel –quien ejerce el derecho al voto en el municipio de Santo Tomás– cree que debe haber un mecanismo que agilice el proceso.

Otras personas, como María De la Hoz, aseguran que es lo mejor que pudieron hacer las autoridades: “Estas elecciones son de mucha importancia porque estamos eligiendo a nuestros mandatarios locales, por ello es mejor prevenir cualquier tipo de fraude con estos controles”.

Gilberto no sabe leer ni escribir, pero hizo parte de los jurados en Palmar. Luis Felipe de la Hoz

Nunca es tarde para aprender

Gilberto Manuel Camargo tiene 45 años no sabe leer ni escribir, pero eso no fue impedimento para desempeñarse como jurado de votación en la Institución Educativa Técnica Comercial de Palmar de Varela.

Cuando se enteró que había sido elegido como jurado de votación sintió mucho miedo y por ello acudió a un amigo para que le redactara una carta y explicara su situación ante la Registraduría, pero esta se negó argumentando que era tarde.

Gilberto venció el miedo y madrugó a cumplir con su deber le comentó al resto de compañeros cuál era su situación y le asignaron la función de vigilar que los votantes depositaran su voto en la urna correspondiente.

El cree que nunca es tarde para aprender, por eso está decidido a que sus hijos le enseñen a leer y escribir pues por esta razón no usa celular y en su trabajo se desenvuelve porque todo lo aprende de memoria. 

En Piojó se registraron algunas alteraciones en el orden público. Luis Felipe de la Hoz

En Piojó

En “vela” así dice encontrarse un gran número de habitantes del municipio de Piojó, quienes relatan que en la noche del sábado no durmieron, para evitar que personas de otros municipios y de departamentos cercanos ingresaran a su población a votar.

Esa alerta permitió que durante la jornada electoral la comunidad se ubicará en las zonas de ingreso del municipio para no permitir que quienes llegaron en buses provenientes de Lomita Arena (Bolívar) y de poblaciones como Repelón  y Luruaco en Atlántico llegaran a votar por uno de los candidatos o a candidatas a la Alcaldía de Piojó.

“Esto es un pueblo pequeño que el Alcalde sale elegido con 1.200 votos máximo, pero como meten gente de afuera llega a más de 3.000, esto no puede seguir así, las autoridades tienen que hacer algo” afirma Juan Carlos Rojas, habitante de esta población de la zona costera del Atlántico. Según el último censo, Piojo tiene 5.140 habitantes.

Los ánimos se caldearon y fue necesaria la intervención de la Policía y el Ejército. Asi como  usar gases lacrimógenos para poder apaciguar los ánimos.

Jennyfer Charry, otra habitante de Piojó asegura que la trashumancia en esta población se viene presentando desde hace tiempo: “Este año fueron inscritas casi 300 cédulas de gente que no es de aquí y que vienen a elegir a nuestros alcaldes”.

Charry también indica que sería pertinente que, en las próximas elecciones, las autoridades hagan una mayor vigilancia pues siempre hay disturbios: “Aquí hay candidatos que compran votos hasta por 300 mil pesos”.

Por su parte, el alcalde Wilmer Jiménez aseguró que la alteración de orden público se presentó porque el municipio no permite que el trasteo electoral histórico de ciudadanos que viven en el departamento de Bolívar venga a votar en el municipio.

El mandatario municipal  explicó que varias personas se fueron a los golpes, pero afortunadamente la Policía y el Ejército actuaron a tiempo.

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