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Política

La Ley del ‘Montes’ | Elecciones 2018: ¿Giro a la izquierda o a la derecha?

Las candidaturas de centro serían las grandes damnificadas de la polarización política y electoral del país por cuenta de la negociación del Gobierno con las Farc.

El anuncio de los expresidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana en el sentido de que crearán una alianza con miras a las elecciones de 2018, tal como ocurrió en Octubre pasado durante el apoyo al No en el plebiscito para refrendar los acuerdos de La Habana entre el Gobierno y las Farc, movió los cimientos del país político y obligó a la inmediata reacción de quienes serán sus más fuertes opositores.

Al anuncio de los expresidentes se sumó horas después otro encuentro trascendental en materia electoral: el de los sectores de izquierda democrática, que asistieron al VI Congreso de la Unión Patriótica (UP) en Bogotá, en el que estuvieron presentes los precandidatos Piedad Córdoba, Claudia López, Clara López, Gustavo Petro, Carlos Caicedo, quienes –cada uno a su manera– plantearon la necesidad de crear una gran alianza que permita derrotar a aquellos que desde la orilla opuesta, se opusieron y oponen a la negociación entre el Gobierno y las Farc. 

Es decir, en la foto electoral de hoy en Colombia aparecen muy bien definidos dos grandes tendencias electorales, que podrían determinar la suerte de las elecciones regionales y presidenciales de 2018. 

En la foto electoral de hoy también aparecen el exvicepresidente Germán Vargas Lleras –favorito en las encuestas–, el exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia, Sergio Fajardo; el exjefe del equipo negociador del Gobierno en La Habana, Humberto De la Calle; el candidato del Polo Democrático, Jorge Enrique Robledo; el también precandidato del Partido Verde, Antonio Navarro; el exprocurador general, Alejandro Ordóñez; el exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos; el exministro de Defensa y exembajador en Washington, Juan Carlos Pinzón; y la exministra de Defensa, Marta Lucía Ramírez. Todos ellos tendrán que definir cómo quieren aparecer en la foto: si a la izquierda o a la derecha de los dos grandes bloques que ya se constituyeron.

De ellos, tanto Fajardo como De la Calle, han tenido escarceos con el bloque de la izquierda democrática. De hecho, Fajardo estuvo presente en el famoso ajiaco al que no invitaron a Petro, lo que produjo una fuerte reacción del exalcalde de Bogotá, mientras que en el VI congreso de la UP, la senadora y precandidata verde, Claudia López, aseguró que De la Calle tendría que ser parte de esa gran coalición electoral, aunque no sea militante de la izquierda, al igual que Fajardo.

El caso del senador y candidato presidencial del Polo, Jorge Enrique Robledo, es muy particular, pues es uno de los más representativos voceros de la izquierda colombiana, pero mantiene serias y profundas diferencias con la candidata Clara López, exministra de Trabajo de Juan Manuel Santos, quien está en la tarea de crear su propio movimiento político. 

En lo que tiene que ver con Ordóñez, Ramos, Pinzón y Ramírez, tampoco hay dudas de que en la fotografía electoral de 2018 aparecerán a la derecha, unos más que otros. Ordóñez, por ejemplo, estará en el extremo de la fotografía, mientras que Ramos, Pinzón y Ramírez, preferirán aparecer un poco más al centro. La figuración de Ramos dependerá de la decisión que tomará próximamente la Corte Suprema de Justicia sobre su libertad absoluta, decisión que llama la atención por su tardanza. Entre tanto, Pinzón tendrá que definir qué tanta distancia le quiere marcar a Santos en materia de paz.

Como la campaña presidencial arrancó antes de lo previsto, la polarización política también se anticipó, pues el duro y descarnado enfrentamiento entre Santos y Uribe terminó anticipando los tiempos electorales. La polarización terminará diluyendo las candidaturas de centro, que en algún momento deberán tomar partido, fundamentalmente en un tema crucial: la negociación de paz con las Farc. O la respaldan o no la respaldan. O aceptan o vuelven trizas él acuerdo de paz entre Santos y las Farc. De esta forma, la polarización político-electoral podría terminar “moliendo” las posturas tibias de los candidatos tibios.

Esta es la razón por la cual las alianzas político-electorales, que de forma tradicional se llevan a cabo en la segunda vuelta presidencial, no solo están a la orden del día en el país, sino que serán las que definan la suerte de los candidatos. Una buena alianza garantiza no sólo pasar a la segunda vuelta, sino que “pavimenta” la llegada a la Casa de Nariño. Y lo contrario: una mala alianza –o peor: quedarse por fuera de una de ellas– es tanto como un suicidio político. 

¿Cuáles podrían ser las alianzas más efectivas para las elecciones de 2018? ¿Quiénes ganan y quiénes pierden con las alianzas electorales? ¿Quién se quiere aliar con Santos?

 

Álvaro Uribe y Andrés Pastrana: el dúo dinámico

La unión de los ex presidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana fue el hecho político de la semana. Ya habían confirmado un binomio ganador en Octubre pasado cuando como promotores del No derrotaron al Sí del Gobierno, durante la refrendación del Acuerdo Final con las Farc. Uribe es el más radical opositor de Santos en la actualidad y figura en las encuestas como uno de los grandes electores de las presidenciales de 2018. Pastrana tiene excelentes relaciones internacionales, especialmente con Estados Unidos, y como jefe natural del Partido Conservador, su voz es escuchada y atendida por un buen número de parlamentarios. Pastrana es, además, el mejor ejemplo de que en Colombia los "muertos políticos" no existen. Cuando destapó el escándalo del proceso 8.000, más de medio país lo tildó de "mal perdedor" y lo señaló de atacar injustamente al presidente, Ernesto Samper. Fue tal la andanada en su contra que Pastrana debió salir del país, acosado por el chaparrón de críticas. Pero el tiempo le dio la razón y el 8.000 se convirtió en el mayor escándalo de corrupción en la historia reciente del país. Cuatro años más tarde de sus denuncias, Pastrana llegó a la Casa de Nariño, cuando años atrás nadie daba un peso por un triunfo suyo. Pese a sus diferencias profundas y fuertes del pasado reciente, relacionadas con la negociación de paz del Caguán con las Farc y de Santa Fe de Ralito con los grupos paramilitares, Uribe y Pastrana vuelven a unirse esta vez por el mismo objetivo: derrotar a Santos y a la alianza política que se conforme en torno a los acuerdos de La Habana.

Apuesta de Uribe y Pastrana por los “votos ciertos”

La alianza de Uribe con Pastrana -quienes ya integraron sus equipos de compromisarios que les permitirá materializar los puntos acordados- será la que aglutine a aquellas candidaturas con propósitos comunes, como la del procurador, Alejandro Ordóñez, la del ex presidente del Congreso, Luis Alfredo Ramos; y la de la ex ministra, Ramírez, quien -por lo pronto- recorre el país por su cuenta. En el caso del Centro Democrático, el Partido debe definir el mecanismo mediante el cual van a elegir su candidato presidencial, entre una nutrida baraja de la que hacen parte María del Rosario Guerra, Paloma Valencia, Carlos Holmes Trujillo, Iván Duque y Rafael Nieto Loaiza. También hace parte de dicha baraja, uno que no tiene rostro hasta ahora, pero que se conoce popularmente como "el que escoja Uribe", que tiene un amplio respaldo popular. Uribe y Pastrana deben emplearse a fondo para abrir el espectro electoral a nichos bien definidos, como es el caso del "sector social y sindical", que sigue las orientaciones del ex vicepresidente de Santos, Angelino Garzón, quien es muy cercano a Uribe de quien fue su ministro, al igual que de Pastrana. Lo propio sucede con sectores cristianos y víctimas del conflicto, que representen -en palabras de Uribe- "a toda la comunidad". El voto disciplinado de estos "electores de nichos" le permiten a la alianza "Uribepastranista" contar con una buena cantidad de "votos ciertos", o también llamados "votos fijos", mucho antes de empezar la partida.

La izquierda democrática: Despacito, despacito...

Despacito, despacito, como dice el éxito musical de moda, interpretado por Luis Fonsi, la izquierda democrática se ha unido con miras a las elecciones presidenciales de 2018. La idea, como lo planteó la presidenta de la Unión Patriótica, Aída Avella, es "hacer esfuerzos para llegar unidos con un solo candidato o candidata". Los partidos y movimientos de izquierda no tienen afán y quieren dar pasos seguros en la búsqueda de la unión que les permita ser protagonistas en las elecciones. Esta alianza de izquierda está contando con el arribo de los candidatos De la Calle y Fajardo. Así que -por estos días- la izquierda colombiana canta con suave voz: "Si sabes que ya llevo un rato mirándote / tengo que bailar contigo hoy / vi que tu mirada ya estaba llamándome / muéstrame el camino que yo voy / Tu eres el imán y yo soy el metal / me voy acercando y voy armando el plan / solo con pensarlo se acelera el pulso / Ya me está gustando más de lo normal / todos mis sentidos van pidiendo más / esto hay que tomarlo sin ningún apuro / Despacito / quiero respirar en tu cuello despacito / deja que te diga cosas al oído / para que te acuerdes si no estás conmigo / Despacito / quiero desnudarte a besos despacito / firmo en las paredes de tu laberinto / Y hacer de tu cuerpo todo un manuscrito...". Así es, despacito, despacito, se está armando la gran alianza de la izquierda colombiana. Punto.

Santos y Vargas Lleras, ¿juntos y revueltos?

La conformación de las alianzas electorales de derecha e izquierda están dejando por fuera de la foto, por ahora, a dos de los grandes de la política colombiana: Santos y Vargas Lleras. El primero se pasea sonriente por los campos Elíseos de París, pero no se atreve a ir a Valledupar porque lo chiflan, y el segundo es no sólo el "funcionario estrella" de los dos gobiernos de Santos, sino el primero en todas encuestas. El paupérrimo 12% de respaldo de Santos hace que ningún candidato se le quiera arrimar. Pero se ganó un lugar en la historia como el Presidente que firmó la paz con las Farc. Vargas Lleras mostró lealtad cuando declinó su aspiración presidencial en 2014, siendo favorito en las encuestas, y fue de todos sus funcionarios el de mejor gestión, cuando estuvo al frente de las únicas dos locomotoras que prendieron motores: Vivienda e Infraestructura. Pero Vargas Lleras tiene reparos a la negociación con las Farc y eso lo "condiciona" en sectores políticos afines al Gobierno, donde hay quienes -inclusive- proponen la exclusión de Cambio Radical de la Unidad Nacional, como ocurre con el senador Benedetti. La petición del senador, llevó al presidente de ese partido, Jorge Enrique Vélez, a responderle con varios tuits en su cuenta @jevelezg en los que indaga si Benedetti "funge como vocero del Gobierno nacional o es apenas un loquito más de esos desesperados por fortaleza de @German_Vargas y CR", entre otros trinos enviados por Vélez.

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