El Heraldo
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro; el delegado del equipo negociador del Gobierno de Colombia para los diálogos con el ELN, Frank Pearl; y el jefe de la delegación del ELN, Antonio García , en su encuentro de la semana pasada en Caracas. Maduro ofreció su apoyo al proceso. EFE
Política

“El ELN debe cesar los secuestros motu proprio”: analistas

“Diálogos, sujetos a la liberación de plagiados”, dicen. Desde 1978 un total de 6.789 personas han estado en su poder.

Antes de dos meses, tiempo en que se estima se instale la mesa de paz entre el Gobierno y el ELN, en Ecuador, se sabrá qué tan seria es la exigencia que le hiciera el presidente Juan Manuel Santos a esa guerrilla, cuando el pasado miércoles condicionó el inicio de los diálogos a la liberación de todos los secuestrados en su poder.

Porque por un lado el jefe de Estado tiene a la opinión pública encima pidiendo que se den estas liberaciones cuanto antes y, por otro, está la aceptación tanto del Ejecutivo como de la insurgencia de negociar en medio del conflicto, y el secuestro, una práctica que, lamentablemente, hace parte del también lamentable conflicto armado.

No obstante, ni el Gobierno sabe a ciencia cierta cuántos secuestrados tiene en su poder el grupo subversivo, y así lo dejó saber el jueves el jefe del equipo negociador del Gobierno en los diálogos de paz con el ELN, Frank Pearl: “no sabemos exactamente cuántos secuestrado tiene el ELN en su poder”, reconoció, y aseguró que se trabaja “para solucionar ese tema y poder avanzar en la fase pública” de la mesa.

Entre tanto, la Dirección Nacional de Análisis y Contexto de la Fiscalía reveló también esta semana que investiga un total de 4.894 secuestros de esa insurgencia, así como 930 reclutamientos ilícitos, 5.391 homicidios, 2.989 desplazamientos forzados y 87 casos de violencia basada en género. De otro lado, el Observatorio Nacional de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH, reporta que desde 1978 hasta 2015 esa organización ha perpetrado un total de 6.789 secuestros tanto de civiles como de militares.

De acuerdo al ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, al menos ocho plagiados siguen en manos del grupo armado ilegal, mientras que unos 136 han muerto bajo las cadenas del ELN.

Sin embargo, desde Venezuela, alias Antonio García, negociador del ELN aseguró que saber el número de plagiados en poder de ese grupo subversivo “es un trabajo de la inteligencia colombiana, porque si yo digo, tenemos esto o aquello, pues a mí me van a judicializar o a endilgar cosas que el ELN no ha hecho”.

EL HERALDO consultó al respecto al exguerrillero del ELN y ahora activista de la paz, Carlos Velandia, otro alias Felipe Torres; al coronel retirado del Ejército y catedrático de La Sabana, Carlos Alfonso Velásquez; al director de la Facultad de Filosofía de La Sabana y experto en Relaciones Internacionales, Hernán Olano; y a la consultora política y experta en marketing y estrategias de campaña del Externado, Angie González.

No más secuestros
Para Velandia, en principio las exigencias unilaterales “no son de buen recibo”, pero el ELN “ha llevado esta práctica del secuestro hasta la extenuación”.

Por ello, considera que “no porque se lo pida el Gobierno, sino motu proprio, debe tomar la determinación de suspender de manera definitiva la práctica del secuestro, hacerlo de manera unilateral, que no lo entienda como una condición del Gobierno, sino simplemente que un proceso de paz con secuestros encima termina reventando la mesa porque la presión social e internacional van a ser muy grandes”. 

En la opinión de González, con la exigencia al ELN “el Gobierno trató de cambiar su discurso. El que tenía con las Farc era más esperanzador, más laxo, y esta vez, por las críticas y a pocos días de lo que pasó con el secuestro del señor Cabrales en Norte de Santander, tenía que salir con un argumento más fuerte que le diera a entender a la gente que el Gobierno es poderoso, y por eso en este mes de  marzo se hicieron tantos ataques al ELN y tantas capturas”.

El rifirrafe entre el Ejecutivo y la insurgencia es entonces, para la periodista, un indicio de que “las dos partes están jugando a no mostrarse débiles para que la negociación surta efecto, y la mejor negociación es en la que todas las partes ganan”. En conclusión, “es un encontrón de fuerzas que se evidencian frente a la opinión pública, pero esos temas ya los deben tener hablados y saben cómo se van a desenvolver en la negociación”.

Obstáculos
El coronel (r) Velásquez considera que el anuncio de la fase pública fue “apresurado”, y que precisamente “daría la impresión de que se quiso mostrar una buena noticia ante la racha de malas noticias, en especial hábilmente en vísperas de la marcha del uribismo, porque haber hecho ese anuncio de una entidad de Gobierno en el exterior sin contar cuántos secuestrados tienen, si los van a entregar, si se comprometen a no secuestrar como muestra de buena voluntad, como mínimo, me parece apresurado”.

En suma, para el otrora alto mando castrense “los secuestros del ELN deben ser un obstáculo para el inicio de las conversaciones, hasta que no se clarifique y hasta que se comprometan a no volverlo hacer”.

Inciertas
Olano cree que a raíz del condicionamiento de Santos a la subversión “las negociaciones se hacen inciertas: ellos no quieren reconocer que tienen secuestrados, la gente sabe que sí hay, País Libre documenta que hay incluso secuestrados desde hace 16 años y que eventualmente ya deben estar hasta fallecidas estas personas. Así que este sería un trámite fallido”.

Advierte en este sentido que este asunto “podría frustrar” el comienzo de las conversaciones, “además porque no hay una fecha para el inicio, a no ser que los cinco países, o Noruega por ejemplo, digan ‘bueno, nos vamos a sentar y vamos a arrancar, y vamos a tratar de que se pueda fijar una fecha para instalar la mesa’”.

El rifirrafe
Luego del anuncio conjunto desde Caracas del Gobierno y el ELN, el presidente Santos advirtió que “la definición de esta agenda con el ELN abre el inicio de la fase pública de conversaciones, la cual comenzará en Ecuador tan pronto queden resueltos unos temas humanitarios, incluido el secuestro”, y agregó que “para el Gobierno no es aceptable avanzar en una conversación de paz con el ELN mientras mantenga personas secuestradas”.

De inmediato, alias Pablo Beltrán, del ELN, aseguró que la exigencia del presidente de que no se inicien las conversaciones de paz hasta que no se haya liberado a todos los secuestrados, era una petición que solo hablaba por una parte del pueblo: “cuando él reclama por una porción de los colombianos nosotros estamos en la obligación de escuchar, pero tenemos el deber de representar el dolor del resto de los colombianos”.

Dijo además que “esto es un conflicto de más de medio siglo y desafortunadamente en Colombia se ha venido dejando sobre el ambiente que hay dos dolores, uno que vale más y otro que vale menos (…). Nosotros en el ELN decimos que todos los dolores de los colombianos son iguales y vamos a buscar una solución política del conflicto para que eso deje de ocurrir”.

Y aseguró que el tema se tratará en la agenda, en un punto en específico que se llama acciones y dinámicas humanitarias.

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