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El exprocurador general de la Nación, Jaime Bernal Cuéllar, cercano a los diálogos exploratorios con el ELN, habló con EL HERALDO sobre los asuntos que sugiere la apertura de la fase pública de la mesa de paz que se abre con esta guerrilla el próximo 27 de octubre en Quito.

¿Cuál es la expectativa que le deja el anuncio del inicio en firme de los diálogos con el ELN?

Hubo una posición del ELN que permitió esto, que consistió en la entrega de algunas personas secuestradas, y creo que debe continuar esa entrega. El Gobierno también dio esa posibilidad. Y hay un acuerdo sobre la agenda y los temas que van a tratar me parece que son fundamentales.

¿Qué contendrá el punto sobre ‘Participación de la sociedad’?

Ha sido siempre una postura inmodificable del ELN en el sentido de que debe haber concurrencia de algunos factores que enriquezcan la mesa. El problema es cómo deben actuar, de qué manera, o se vuelve inmanejable. Ellos han hablado siempre de la convención, que es una forma de hacer públicos los problemas que tiene el país y mirar qué soluciones tienen desde la sociedad. Eso lo han venido manifestando siempre: que la sociedad debe participar activamente en las soluciones de las crisis sociales que haya, económicas y políticas.

¿Qué asuntos van a diferenciar la negociación del ELN con la de las Farc?

Ellos siempre han mirado el problema energético y minero, que es una diferencia con las Farc. La segunda es el planteamiento de que las propuestas deben venir desde la sociedad y creo que hay un punto de metodología también, porque han planteado problemas rurales y seria revisar lo que aprobaron las Farc y el Gobierno, y aumentar esas peticiones con relación a las zonas rurales del país. Lo otro, también de metodología, es que ojalá las personas que estén representando en la mesa tengan poder decisorio, porque recuerdo que siempre que se hablaba y se llegaba a algún punto, se suspendían los diálogos para que se hiciera la consulta necesaria que consideraban indispensable.

¿El resultado del plebiscito precipitó los diálogos con el ELN?

Se reunieron el Premio Nobel, merecidísimo para el presidente por haber impulsado todos estos procesos y que él considera que fue un mensaje de la comunidad internacional para los grupos alzados en armas. Eso tiene influencia en lo que está pasando. En segundo lugar, a pesar de haberse obtenido un ‘No’, no fue un rechazo a los acuerdos de La Habana sino parcialmente a la guerrilla y aspectos totalmente puntuales de los acuerdos. En consecuencia, los acuerdos están vigentes, y por lo tanto el respaldo de la comunidad internacional también. A todo esto se suman las marchas de los estudiantes que están pensando que es indispensable implementar los acuerdos. Todo, incluyendo la manifestación de los empresarios, constituye una presión en el mejor de los sentidos, para que se sienten a la mesa. Así lo ha entendido el ELN: que ya hay un camino recorrido y sobre eso se pueden hacer adiciones.

¿Se está pensando en refrendar popularmente este proceso con el ELN?

Yo no creo que en el proceso de las Farc se hubiese necesitado plebiscito, lo que pasa es que el señor presidente hizo un compromiso político y quedaron suspendidas unas normas de un Acto Legislativo que le daba facultades al presidente. Pero no se requiere una refrendación, porque el presidente tiene todas las disposiciones legales y constitucionales para construir la paz, o sea que ya existe una obligación del presidente de construir la paz porque hace parte de sus funciones. Ese punto no debe incluirse en la agenda con el ELN.