Pensar en grande, más audacia para crecer con el mercado, no tenerle miedo a los tratados de libre comercio y no actuar únicamente en los límites de la geografía de Barranquilla. Con estas recomendaciones terminó ayer su intercambio el ministro de Industria, Comercio y Turismo, Sergio Díaz-Granados, con los voceros de los gremios económicos y empresariales de la ciudad.
“Barranquilla está en lo correcto al asumir el lema de que será la capital de los TLC. Hay ciudades que me reclaman porque yo pienso lo mismo y les he dicho que no soy el autor de la consigna sino que esta proviene, con lógica, de los propios barranquilleros. Si hay una ciudad que debe evitar los miedos para encarar el futuro esa es Barranquilla”, dijo el Ministro, quien estuvo acompañado de la viceministra de Turismo, Tatyana Orozco, y una decena de funcionarios, en tres eventos.
Diaz-Granados llegó sin agenda definida a la reunión con los gremios. Pidió a sus invitantes, encabezados por Rafael Madero y Beatriz Vélez, presidente de la Junta y presidenta ejecutiva del Comité Intergremial, respectivamente, que le plantearan inquietudes, y luego las absolvió todas.
Anunció, en primer lugar, que el Gobierno seguirá acompañando a la Cámara de Comercio de Barranquilla para que supere su crisis de dirección con la repetición de elecciones después de depurar en casi cuatro mil afiliaciones su censo de votantes. Votarían el 18 de abril alrededor de 1.500 empresas. En julio de 2012 pudieron hacerlo 5.700.
Dio algunos detalles de las medidas que el Gobierno está preparando para ser anunciadas el 15 de abril por el presidente Juan Manuel Santos como ‘plan de choque’ para la reactivación de la industria y del sector agropecuario.
Entre estas medidas están algunas dirigidas a frenar la revaluación del peso, profundizar la lucha contra el contrabando, dar más financiamiento al sector agrícola, crear centros para unificar la oferta de servicios a favor de la pequeña y mediana industria, darles vigor a los TLC vigentes y avanzar en los nuevos, entre otras.
Díaz-Granados se ofreció para acompañar a los gremios en un taller toda una tarde de un sábado con el fin de identificar oportunidades en Estados Unidos desde Barranquilla y con un horizonte de diez años. El taller quedó para agendarse.
Igualmente se comprometió a reunirse con todas las asociaciones de tenderos del país, en Barranquilla, para estructurar un proyecto de ley que el Gobierno llevaría al Congreso para proteger a estos comerciantes de los gigantes.
Y ratificó su compromiso con la infraestructura logística portuaria y el CEEC, del cual dijo que debe tener interventoría privada, aun cuando haya monitoreo de Edubar o cualquier otra entidad pública de la ciudad.
Pensar en grande es una invitación pertinente cuando Barranquilla está conmemorando su Bicentenario y muestra signos de crecimiento en la inversión privada y pública, gobierno dinámico, reducción de la tasa de desempleo y mejora en sus indicadores sociales, pero, al mismo tiempo, mayor pobreza, después de Pasto, como promedio nacional entre las ciudades encuestadas por el Dane y, todavía, manifestaciones de separación en las agendas de los grupos que activan el desarrollo, es decir, los políticos, los empresarios y la sociedad civil.
Precisamente, ayer reapareció un tema que puede ser de agenda común en Barranquilla: la estructuración de un esquema para la recuperación del Hotel El Prado, que quedará ahora como parte de la gestión de la barranquillera Tatyana Orozco. Ya existe un acuerdo entre el gobernador José Antonio Segebre y el Intergremial para impulsar las soluciones.
Que los históricos salones de este hotel sean, entre otros, escenarios para pensar en grande en los próximos años de la Barranquilla anhelada.