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Hoy, cuando se procede a la realización de las elecciones presidenciales en Ecuador, las encuestas y los análisis de expertos coinciden en dar por descontado una segura reelección del candidato-presidente Rafael Correa quien aspira de esa manera a gobernar 12 años seguidos los destinos de esa nación.

En esta jornada electoral los vecinos del sur no sólo elegirán su nuevo presidente, sino que también escogerán al vicepresidente, a los 137 miembros de la Asamblea Nacional (la Cámara completa) y a cinco delegados de Ecuador en el Parlamento Andino, un órgano asesor que conforman Perú, Bolivia, Colombia y Ecuador.

En esta ocasión son ocho los candidatos que estarán disputándose el sillón presidencial del Palacio del Barón de Carondelet en Quito, considerándose que en la práctica será una confrontación de siete opositores contra Correa, que representa al movimiento Alianza País, una heterogénea coalición de partidos que apoya su “revolución ciudadana”.

Se estima que el más serio rival de actual mandatario es el banquero Guillermo Lasso, del partido Creo, quien en las encuestas se encuentra a buena distancia por debajo de Correa. Sin embargo algunos observadores sostienen, contrariando estas predicciones, que los indecisos –casi el 30 % del potencial elector– podrían impedir la victoria de Correa en la primera vuelta o deparar otras sorpresas.

Como respuesta a la pregunta ¿En qué nos afectan estas elecciones a los colombianos? podríamos reconocer que,pese a las diferencias ideológicas existentes entre los presidentes Santos y Correa, desde que el primero asumió el poder en el 2010 se ha percibido un mejoramiento en todos los frentes en las relaciones entre Colombia y Ecuador. Es palpable que las relaciones diplomáticas y comerciales entre ambos países han cambiado en 180 grados a como eran en aquellos tiempos en que sucedió el polémico ataque del ejército colombiano en el que murió el líder guerrillero Raúl Reyes.

La continuidad en ese positivo entendimiento entre ambos jefes de Estado hace que sea favorable para nuestro país la reelección de Rafael Correa. Precisamente en diciembre pasado se reunieron ambos mandatarios en Tulcán, Ecuador, para revisar el cumplimiento de los compromisos asumidos en el Memorando de Entendimiento suscrito en Bogotá, en junio de 2011, para el desarrollo del comercio, el turismo y la inversión entre ambos países. Así mismo Colombia y Ecuador han decidido unir esfuerzos en la zona fronteriza para combatir los problemas con las bandas criminales dedicadas al narcotráfico.

A nivel interno, aunque la popularidad del gobernante de 49 años ha descendido en el último mes hasta el 42 % (al comienzo de su mandato en el 2006 era de 55%), Correa cuenta con la amplia aceptación popular a las políticas socialistas por él implementadas no obstante enfrentar serios desafíos como son el alto desempleo, la crisis económica, la inseguridad, la delincuencia, los cortes programados de energía debido a la crisis energética que afecta al país y la corrupción.

De otro lado, a nivel internacional Correa es un importante alfil en el dominó político regional al formar parte de una monolítica unidad socialista con los presidentes Hugo Chávez, Evo Morales, Daniel Ortega, a los que algún político centroamericano bautizó como “los retoños de Fidel”.

Ojalá que la democracia se imponga en Ecuador durante las elecciones presidenciales de hoy domingo y que el hermano pueblo vecino elija convenientemente la mejor opción que les depare un mejor destino.