Barranquilla: ¿ciudad homofóbica?

No obstante que ayer culminaron las sesiones extraordinarias del Concejo de Barranquilla y el debate en torno a la participación de la comunidad LGBTI en el Plan de Desarrollo 2012-2015, fue abortado para dar paso a la aprobación del articulado del Plan, la polémica que se generó en torno al tema, apenas comienza.

Así por lo menos se puede colegir de la solicitud que hicieron representantes de la Mesa LGBTI de Barranquilla al Concejo que para ser escuchados en audiencia y exponer los puntos que los motivaron a pedir a la administración distrital la inclusión del renombrado artículo 7,6 con su respectivo proyecto, y que finalmente terminó modificado en su totalidad por el Concejo.

Según Wilson Castañeda Castro, director de la Corporación Caribe Afirmativo, que promueve los derechos de la estas comunidades, aseguró que no los motivaba nada distinto a fomentar el trato respetuoso hacia la población LGBTI y su inclusión social para evitar la discriminación, implementando estrategias y acciones concretas que reconozcan los derechos a la diversidad sexual y la identidad de genero y le garanticen el libre acceso a derechos y servicios ofrecidos por el Distrito”.

Reveló que después de Cali, Barranquilla es la ciudad de Colombia donde más homosexuales han sido asesinados los últimos cinco años, 28 en total, por su condición sexual.

“Según una encuesta adelantada en el 2009 por Corpovisionarios, para medir la aceptación y tolerancia entre la población de los homosexuales, un 78% de los barranquilleros no está dispuestos a convivir con estas personas, superando la intolerancia de ciudades como Cartagena que registró un 55% y Medellín con un 48%”, señaló.

Afirmó que datos recogidos por el Observatorio de Derechos Humanos que maneja la Corporación dan cuenta de 27 agresiones policiales a estas personas por cuenta de su inclinación sexual.
La comunidad LGBTI echa mano además de los derechos que poco a poco y con el paso del tiempo el Estado colombiano les ha ido reconociendo.

Por eso no dudaron en pedir sendas investigaciones ante la Procuraduría y la Fiscalía contra los concejales Esther Molinares y Máximo Acuña, por considerar que sus posiciones atentan contra los derechos que les asisten, más aún por su condición de servidores públicos.

En respuesta el gobierno distrital incluyó en el Plan el programa de promoción de la convivencia, el respeto y el reconocimiento de la población LGBTI, a través de un proyecto de “capacitación y asesoría para la convivencia y el respeto de la población LGBTI”.
Tras la discusión del jueves y el consenso de la plenaria, ya que el único que no estuvo de acuerdo con la exclusión del articulo fue el liberal Óscar David Galán, el artículo quedó reducido a la promoción del respeto de todas las comunidades sin distingos de raza, sexo, condición económica o social, dado que todos los ciudadanos son iguales ante la Ley.

los que se oponen. Ayer los concejales Esther Molinares y Máximo Acuña, quienes fueron los que de manera vehemente insistieron al resto de cabildantes sobre lo nocivo de la proposición, reiteraron sus razones.

“El Concejo de Barranquilla aprueba normas acuerdales no proyectos de Ley y el Concejo en pleno tomó la decisión de eliminar el artículo porque no estamos de acuerdo con fomentar el comportamiento de las comunidades lésbicas y homosexuales. El respeto para ellos está garantizado, pero no por eso apoyamos que estas conductas se promocionen en las escuelas y colegios”, dijo.
Mientras que Máximo Acuña afirmó: “Dios nos hizo varón y hembra y formó la familia y el Estado tiene el deber de protegerla. Una sociedad que se inclina a los desvíos es una sociedad enferma y estamos produciendo unos fenómenos que van en contra de las buenas costumbres y yo como hijo de Dios no puedo estar de acuerdo con que esto se promocione”.

Aunque estas fueron las posiciones más radicales, los concejales consideraron inconveniente para la población infantil y adolescente de la ciudad la propuesta, pues opinan que una cosa es hacer respetar los derechos y otra, incentivar este comportamiento entre adolescentes.

Por Gala Marcela Peña A.