Josefa Cassiani, durante su segunda intervención. A su lado, el concejal Jorge Rangel Bello.“Aquí no hubo debate”. Con estas palabras el concejal Luis Zapata Donado, el más experimentado del cabildo de Barranquilla, cerró la sesión de ayer en la que intentaron evaluar las políticas públicas que la Administración Distrital tiene en marcha contra el alcoholismo y la drogadicción en los jóvenes.
A la sesión se hicieron presentes las secretarias de Gobierno, Josefa Cassiani; de Salud, Alma Solano, y de Gestión Social, Karen Abudinen, quienes presentaron unos informes defendiendo sus gestiones y el Concejo se los aprobó, pero, en términos generales, la Corporación no quedó satisfecha con el resultado de la citación.
Incluso, dirigentes como Juan Carlos Ospino, Alfredo Varela y el mismo Zapata hicieron una autocrítica a la forma como se están presentando las proposiciones para los debates de control político, sobre temas tan sensibles como el de ayer, porque no están logrando conclusiones de fondo respecto a lo que se debe hacer frente a los problemas que están afectando a la comunidad.Fue tan insulso lo acontecido que ni siquiera el proponente de la citación, Rubén Marino, estuvo presente.
La sesión fue aprovechada por varios concejales para expresar sus puntos de vista sobre lo que hoy acontece con el alcoholismo y la drogadicción.
Expresaron que es necesario trabajar más en la prevención, en el fortalecimiento de la calidad educativa distrital y en la recuperación de los valores sociales desde el interior de las familias.
Igualmente, comentaron que la ciudad hay que organizarla de manera tal que no en cualquier sitio se pueda consumir alcohol, pese a que está autorizado en medio del carácter de “Estado vicioso”que prima en el país, pues los impuestos que se pagan por rones y cervezas sirven para financiar, paradójicamente, la salud.
Al tiempo que la concejal Esther Molinares afirmaba que tenía una “sabor amargo” porque observa que no hay una articulación entre las diferentes secretarias distritales para atender esta problemática, su colega Lao Herrera señalaba que la ciudad tiene un grave “problema cultural, educativo y de autoridad”.
Jorge Rangel, quien coadyuvó a la citación, al final se mostró descontento y expresó a EL HERALDO su preocupación como concejal y ciudadano por lo que sucede en casi todos los barrios del sur de la ciudad donde a diario, pero con mayor incidencia los fines de semana, hay un alto consumo de drogas y de alcohol entre jóvenes y niños.
Por José Granados Fernández
