
La justicia brasileña ordenó el embargo de los bienes de los propietarios de la discoteca Kiss de la ciudad de Santa María, en la que un incendio el domingo dejó varios muertos, según el portal G1 que cita fuentes oficiales.
La medida fue solicitada para garantizar el posible pago de indemnizaciones en caso de que los dos dueños del establecimiento, arrestados el lunes, sean considerados como responsables por el incendio más trágico de Brasil en los últimos cincuenta años.
“El propósito de la medida es garantizar el derecho de las personas a una futura indemnización, de modo colectivo e igualitario, para todos los familiares de las víctimas de la tragedia”, afirmó el defensor público general del estado brasileño de Río Grande do Sul, Nilton Arnecke, en declaraciones al portal G1.
El embargo tanto de los bienes de la compañía propietaria de la discoteca Kiss como de los dos socios de dicha empresa, solicitado por Arnecke, fue ordenado en la noche del lunes por el juez Afif Simoes Neto, del foro penal de Santa María, ciudad del estado de Río Grande do Sul, fronterizo con Argentina y Uruguay.
Correción de cifras. El incendio que destruyó el domingo una discoteca en la ciudad brasileña de Santa María provocó 234 muertes y no 231 como se venía informando, según una corrección hecha ayer por el Instituto General de Pericia (IGP) del estado de Río Grande do Sul.
El organismo aclaró que desde el propio domingo habían sido contabilizadas 234 víctimas fatales pero que por un error tres de los nombres no venían siendo incluidos en los listados oficiales.
En estado crítico. El ministro de Salud de Brasil, Alexandre Padilha, afirmó ayer que están en estado “crítico” 75 víctimas del incendio del domingo en Brasil.
La mayoría de los hospitalizados en estado crítico son personas con problemas respiratorios producidos por la inhalación de humo tóxico, que han tenido que ser conectados a aparatos de respiración asistida y 20 de ellos sufrieron quemaduras graves en el incendio de la discoteca Kiss, según dijo el ministro a periodistas.
EFE