Investigación científica revela cuáles son las peores formas de morir
Un estudio científico, dedicado a analizar a su vez la thanatofobia y sus manifestaciones, detalló cuáles son las formas de morir con las que más puede sufrir un ser humano.
Cada ser humano, en algún momento de su vida, ha contemplado la inevitabilidad de la muerte. Siendo la contraparte del hecho de estar vivos, el fallecer en algún momento ante la inexistente inmortalidad física se convierte en un enigma para los seres, indiferente a su cultura o creencias.
A pesar de que existen muchas formas de fallecer, un estudio ejecutado por el Dr. Paul Doherty, científico sénior del museo Exploratorium de San Francisco, y la escritora independiente Cody Cassidy, enmarca cuáles son las tres formas de perder la vida más dolorosas para un ser humano.
En primer lugar se encuentra morir de hambre, o la inanición, debido a que es una forma agotadora y prolongada de perder funcionalidad en el cuerpo hasta fallecer.
Cuando el cuerpo humano se queda sin alimento, pasa por varias etapas que van desde la debilidad y la fatiga hasta un sufrimiento extremo causado por la desnutrición y la deshidratación.
El proceso de morir de hambre puede llevar semanas e incluso meses, dependiendo de la salud general y la hidratación del individuo, mientras que el resultado final es una lenta e insidiosa descomposición física y mental.
El segundo lugar del podio es ocupado por morir como consecuencia de la caída de un ascensor. La rotura de un cable, la liberación por los aires de uno de los elementos más pesados en la construcción de un edificio y la no capacidad de resistir el peso ante el impacto, hacen que esta sea otra de las formas contempladas por autora y científico en su investigación.
De acuerdo con su perspectiva, la adrenalina se dispara mientras el terror consume la mente, por l que dependiendo de la altura de la caída, el impacto final podría resultar en una muerte instantánea o un sufrimiento prolongado debido a las heridas graves.
El tercer lugar de la lista, pero no menos aterrador, es es morir quemado. Esta es una muerte insoportablemente dolorosa, en la que las altas temperaturas causan daños irreparables en la piel y los órganos internos.
A medida que las llamas consumen el cuerpo, el dolor aumenta hasta que el individuo pierde la conciencia, a menudo debido a la inhalación de humo y gases tóxicos.
La muerte, aunque es una parte natural de la vida, puede generar un miedo profundo e intenso, conocido como thanatofobia. Este temor puede manifestarse de diferentes formas, desde la ansiedad y la depresión hasta el insomnio y los ataques de pánico.
A veces puede ser tan abrumador que afecta la capacidad de una persona para vivir su vida diaria. Es importante recordar que si tú o alguien que conoces lucha con la thanatofobia, buscar ayuda profesional puede proporcionar herramientas valiosas para enfrentar y manejar este miedo.
