“Es audaz, pero inoportuna”, dice Santos de demanda de Montealegre para blindar paz
Dice que el Congreso debe hacer reforma sobre acuerdos. Niega que tenga candidatos a Fiscalía y Procuraduría.
A pesar de la amistad que lo une con el exfiscal general Eduardo Montealegre Lynett, esta vez el presidente Juan Manuel Santos no comparte la demanda que aquel presentó ante la Corte Constitucional buscando que los acuerdos de La Habana sean elevados a la categoría de tratado internacional de paz, hecho que los convertiría en vinculantes para todas las instituciones del Estado.
«Como muchas de las acciones del exfiscal, esta iniciativa es audaz, pero desde el punto de vista de lo que estoy buscando me parece que no es el camino más apropiado», señaló Santos Calderón, quien desde el inicio del proceso de paz les prometió a los colombianos que serían ellos, a través de un mecanismo de refrendación, quienes avalarían los eventuales acuerdos. Para el jefe de Estado esta opción le daría más fuerza y legitimidad al pacto.
Santos explicó que lo que pretende Montealegre Lynett es que la Corte Constitucional, al estudiar la demanda interpretativa que presentó el exfiscal, defina de antemano si lo definido en Cuba es una resolución, un acuerdo político o un acuerdo especial que tenga espacio en el marco de las convenciones internacionales de Ginebra. En esencia, esta última es la intención de Montealegre, quien había dicho que el objetivo no es otro que blindar el proceso de paz.
El problema que encuentra Santos en tal recurso, es que eventualmente le quitaría facultades a su despacho ya que, al tomar esa dirección, el gobierno suizo sería el depositario de los acuerdos, un escenario que él ve inconveniente.
Añadió el jefe de Estado que para efectos de la seguridad jurídica del proceso, sería más presentable que el propio Congreso de la República determine en un acto legislativo el bloque de constitucionalidad de los acuerdos.
Por otra parte, desde la capital cubana el jefe del equipo negociador, Humberto de la Calle Lombana, informó que para blindar el proceso de paz hay tres posibilidades que están contenidas en la ley del Plebiscito por la Paz, proyecto que justamente está siendo estudiado por el alto tribunal.
Dichas variantes son que el acuerdo quede al amparo de las normas del Derecho Internacional Humanitario, que adquieran el carácter de bloque constitucional y que el Gobierno se comprometa ante las Naciones Unidas a cumplir todo lo pactado en la mesa.
De la Calle calificó como un error anticiparse judicialmente a la discusión que se desprende de la demanda presentada por Eduardo Montealegre.
“No al secuestro”
El secuestro “no es aceptado en ningún tipo de guerra”, le recordó ayer el presidente Juan Manuel Santos al ELN en respuesta a la negativa de esa guerrilla de liberar a los civiles que tiene en su poder como condición para abrir oficialmente un proceso de paz.
Tras reconocer que ha pedido que esas negociaciones se desarrollen “en medio del conflicto”, como ocurre en los diálogos con las Farc, advirtió que esto no implica que el secuestro por parte del ELN pueda mantenerse.
“Las guerras tienen sus reglas: hay cosas que se aceptan y otras que no. Para eso se creó el Derecho Internacional Humanitario, y dentro de esas reglas está clarísimamente estipulado que el secuestro no se acepta en la guerra”, dijo el presidente.
