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Óscar Naranjo, general negociador de los diálogos en La Habana asegura que aunque no quiere arriesgarse a dar una fecha para la firma final del acuerdo, si considera que ya el tiempo que falta es cuestión de semanas, según dijo en una conferencia de prensa en Nueva York.

'No quisiera yo arriesgar una fecha. Lo que puedo decir es que la contabilidad de lo que falta para el final ya no es de meses, ni de años, sino de semanas. Confiemos en que en semanas tengamos el acuerdo final', aseguró Naranjo.

El representante gubernamental en las negociaciones dejó claro que se ha llegado a 'la antesala de lo que debería ser el fin del conflicto', tras los acuerdos sellados el pasado 23 de junio en La Habana sobre el alto el fuego bilateral y definitivo con la guerrilla.

Entonces, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, afirmó que el texto final para la paz con las Farc se firmará en Colombia y no en Cuba, donde se han desarrollado las negociaciones.

Naranjo, de visita en Estados Unidos y Naciones Unidas, defendió hoy que los cuatro años de discusiones entre las dos partes dan una 'enorme seriedad' al acuerdo de paz y han ofrecido ya resultados sobre el terreno, con una muy importante reducción de la violencia.

Para este general de policía retirado, el pacto quedará como un 'referente' histórico principalmente por la forma en la que pone en el centro a las víctimas.

Preguntado por las críticas del expresidente Álvaro Uribe al proceso y por la invitación que Santos le ha hecho para trabajar unidos en la implementación del futuro acuerdo de paz, Naranjo destacó el 'tono, la profundidad y la grandeza' de la misiva del presidente.

'Me parece que es una carta para la historia', dijo el negociador, que confió en que su mensaje sirva para 'movilizar a muchos colombianos' para que se comprometan en la superación del conflicto.

Uribe consideró hoy que es 'inútil' que Santos le invite a reunirse ahora, porque en su opinión lo que se busca es notificarle de lo ya acordado con el grupo guerrillero FARC.

Naranjo defendió que el proceso ha estado basado en 'valores y principios democráticos', como muestra la decisión de Santos de someter el resultado final al refrendo de la población.