El prisionero David Gina fabrica un violín en el taller de la prisión de Odolov, República Checa.
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Esta actividad les ayuda a los reclusos a reintegrarse socialmente y a afrontar la vida en prisión.
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La prisión de Odolov, en el noreste de la República Checa, alberga alrededor de 300 presos de baja y media peligrosidad.
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Aproximadamente 60 presos han cumplido sus condenas fabricando unos 60 violines, violas y violonchelos para escolares.
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Las condenas de los reclusos de esta cárcel no suelen superar el año.
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La carpintería de la prisión, que antes producía juguetes, se transformó en una fabricación artesanal en 2006.
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Reclusos de una prisión checa fabrican y reparan instrumentos de cuerda
Esta actividad ayuda a los presos a superar la ansiedad y el tedio. El trabajo en el taller ha contribuido a la reinserción social de muchos de ellos.