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El presidente Barack Obama al pie del monumento del prócer cubano José Martí, en la Plaza de la Revolución EFE
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Protagonistas del año 2016: Barack Obama y Raúl Castro, en un saludo histórico después de 50 años

La presencia, por primera vez, de un mandatario de los Estados Unidos en la capital de Cuba marcó el despegue de la relaciones diplomáticas entre los dos países.

La presencia del mandatario de los Estados Unidos Barack Obama en La Habana, Cuba, a las 3 y 20 de la tarde del pasado 20 de marzo, fue la plena confirmación de que el deshielo de las relaciones entre estos dos países era una realidad. La desconfianza quedó en la historia. 

Obama y Raúl Castro, presidente cubano,  fueron más allá de lo que en su momento hicieron de manera tibia  Jimmy Carter y Bill Clinton quienes dejaron ver su interés en tener acercamientos con el entonces líder  de la revolución cubana, Fidel Castro, quien falleció el 25 de noviembre pasado, lo cual nunca se concretó, en medio de voces de respaldo y de rechazo, esto último a cargo del exilio cubano en Miami.

El viaje de Obama con su familia a La Habana fue una positiva señal tras el histórico anuncio del 17 de diciembre de 2014, cuando los dos sorprendieron al mundo  al indicar que iban a iniciar diálogos para restablecer las relaciones diplomáticas  interrumpidas durante más de medio siglo.

Ese paso inicial se cimentó en 13 puntos sobre el establecimiento de relaciones diplomáticas, temas económicos, viajes, comunicaciones, frontera marítima y derechos humanos.

El histórico encuentro de Castro y Obama en Cuba.

Ante el cuestionamiento de algunos sectores por los avances de Obama en torno a Cuba, el mandatario no demoró en recordarles que   Estados Unidos ya “mantiene relaciones con China y con Vietnam”, y para tranquilizarlos apuntó  que “no me hago esperanzas sobre la democracia en la isla”.

Todo empezó en enero de 1961

Estados Unidos miraba receloso el proceso revolucionario iniciado por  Fidel Castro en 1959 y decidió, en 1961,  cerrar su embajada en La Habana. 

Esto sucedió un par de semanas antes del intento de invasión a la isla por Bahía Cochinos, lo que al final resultó un fracaso militar para los Estados Unidos. 

Desde el triunfo de la Revolución  hasta el desenlace anunciado en diciembre de 2014, EEUU empleó varias tácticas para derrocar a Castro, y para ello recurrió a sanciones económicas, como una de las principales acciones contra la isla. 

En esta oportunidad las negociaciones entre ambos países duraron cerca de seis meses. Obama insistió en restablecer  las relaciones diplomática antes de la Cumbre de las Américas en Panamá, en abril de 2015.

Su par de Cuba, Raúl Castro, no fue atraído por la propuesta, y la declinó. Argumentó que se hacía indispensable adoptar algunas medidas, y como primera condición  había que sacar a su país de la lista de los países patrocinadores del terrorismo, donde fue incluida por Ronald Reagan, en 1982. Esta acusación era el principal obstáculo para normalizar  las relaciones bilaterales. El 29 de mayo de 2015 el presidente Obama anunció el retiro de Cuba de la lista y abrió así la vía para la apertura de las respectivas embajadas.

No ser prisioneros del pasado

El presidente Obama reconoció que la política exterior hacia Cuba era un fracaso total. La hostilidad hacia Cuba “ha aislado a Estados Unidos de nuestros vecinos en este hemisferio”. “No debemos ser prisioneros del pasado”, enfatizó, agregando que “cuando algo no funciona, debemos cambiar de rumbo y cambiaremos de rumbo”.

La comunidad internacional celebró esta política constructiva hacia Cuba, tras más de medio siglo de hostilidades. Ban Ki-Moon, secretario general de las Naciones Unidas, se congratuló con la reanudación de la relación que “constituye un paso importante hacia la normalización de las relaciones”, lo que será “beneficioso para los pueblos de ambos países”.

América Latina también se alegró de la decisión. Brasil alabó la adopción de un nuevo enfoque que pone fin a una situación “anacrónica”. El Gobierno mexicano dijo estar “convencido de que la decisión contribuirá, además, a fortalecer el diálogo y la cooperación entre todos los países del hemisferio”.

Mientras que la Unión Europea celebró “una señal esperanzadora” y pidió el fin de las sanciones económicas, haciéndose eco del llamado de Obama al Congreso de Estados Unidos.

Tanto Barack Obama como Raúl Castro agradecieron al papa Francisco por haber intermediado: el pontífice les escribió a ambos para que terminaran con las relaciones frías y fomentaran el diálogo.

La carta de Francisco dio inicio a negociaciones secretas en Canadá en las que el Estado del Vaticano fue el único mediador interviniente. Ambos países intercambiaron prisioneros. Cuba liberó al estadounidense Alan Gross acusado de espionaje y Estados Unidos a tres presos cubanos igualmente acusados de espionaje. Las respectivas embajadas ya están funcionando.

Mientras tanto, se destaca que hace una semana, tal como lo registró la Efe, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés) de Estados Unidos y el Instituto de Meteorología (INSMET) cubano firmaron un acuerdo para cooperar en la investigación sobre clima y meteorología.

El memorándum fue suscrito en Washington por el viceadministrador de la NOAA, el vicealmirante Manson Brown, y por el viceministro primero cubano de Ciencia, Tecnología y Medioambiente, Fernando González.

El objetivo del acuerdo es fomentar la investigación mutua y el intercambio de información en la predicción de huracanes, combate al cambio climático, contaminación atmosférica y oceanografía, entre otros aspectos relevantes en materia de meteorología y clima. “Confiamos en que este paso sea el inicio de una relación científica sostenida, y de una colaboración superior entre la comunidad meteorológica de Cuba y EEUU”, afirmó González. Los pasos dados hasta ahora brindan confianza. 

 *Con aporte de EFE y agencias.

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