El Heraldo
Salomón Kalmanovitz, economista barranquillero, recibió distinción en el auditorio de la Uninorte.
Mundo

“La apertura de capitales y comercio favoreció más a la Región Caribe que al centro”: Salomón Kalmanovitz

El ex codirector del Banco de la República y profesor de economía en las mejores universidades del país fue homenajeado por Uninorte con un doctorado honoris causa.

Esta semana la Universidad del Norte le entregó el doctorado honoris causa en Economía a Salomón Kalmanovitz, la máxima distinción académica que la institución concede a personalidades nacionales e internacionales que han dedicado su vida y obra al servicio de los intereses sociales. Este barranquillero de nacimiento ha sido por casi 50 años uno de los economistas más destacados en Colombia, por la rigurosidad de sus investigaciones, su desempeño como profesor y por su participación en los debates coyunturales más trascendentales del país. Conversamos con él sobre algunos de los aspectos que han estado presentes a lo largo de su trayectoria pública y en especial sobre su visión del Caribe colombiano.

P.

¿Qué tan rezagada está la región Caribe en el siglo XXI?

R.

La región Caribe se desatrasó relativamente en lo corrido del siglo XXI. El siglo XX definitivamente lo perdió debido a la preeminencia del Pacífico en la comunicación con el resto del mundo, la dependencia en un producto como el café, que dio lugar a varias fases de revaluación del peso, dificultó la exportación de los productos en que podía especializarse la región, tales como el banano, la ganadería y el algodón, a la vez que abarataba las importaciones de contrabando, dificultando la industrialización. La protección a su vez hizo que la tasa de cambio fuera menor que con libre cambio. El triángulo de oro, como lo llama Adolfo Meisel, obtuvo ventajas y economías de escala para profundizar su industrialización con costos de transporte más bajos que los de la región Caribe.

P.

¿Qué ha impulsado la mejora económica en la región?

R.

En el siglo XXI la apertura de capitales y de comercio favoreció más a la región Caribe que al centro del país, que se vio afectado por la pérdida de competitividad de su caficultura, una vez abandonado el esquema de cuotas y precios regulados en 1989. Las bonanzas del carbón y sobre todo petróleo revaluaron de nuevo la tasa de cambio, y ello fue un factor que contribuyó a la desindustrialización del país, en especial en el Valle, Antioquia y Bogotá, algo que también afectó a la región Caribe, pero morigerada por el intenso desarrollo del sector petroquímico en Cartagena, la supervivencia de algunas industrias de Barranquilla, que lograron exportar la mayor parte de su producto, y el surgimiento de una nueva industrialización agroindustrial en el Cesar y en el Magdalena, asociadas al turismo, al renacimiento de la industria bananera y al desarrollo del aceite de palma africana y a cierto progreso de la ganadería de carne de calidad en Córdoba.

P.

¿Por qué Colombia no ha logrado consolidar un sector exportador fuerte?

R.

Me parece que una vez que muchas empresas quiebran o se debilitan demasiado por no poder competir con las importaciones durante dos décadas, es difícil que se recuperen cuando se devalúa la moneda y obtienen cierta protección frente a la competencia global. El sector industrial colombiano quedó conformado con menos empresas, más grandes, que podían exportar con éxito y que pudieron defender exitosamente su mercado interior, como la de alimentos, bebidas, algunas confecciones, vidrio, electrodomésticos, automotriz, etc.

P.

¿Llegar tarde al desarrollo capitalista influye en que ciertos rasgos de atraso persistan en economías como la colombiana?

R.

Rodrik piensa que las economías que llegaron tarde a la industrialización y que no alcanzaron a despegar del todo, se desindustrializaron más a raíz de la globalización y el despegue asiático que las que llegaron primero y obtuvieron un desarrollo más profundo. A nosotros nos sucedió que la industrialización fue tardía y llana; la industria como tal perdió mucha participación en el producto y en el empleo, debido a la enfermedad holandesa que hemos padecido con nuestras bonanzas volátiles de materias primas en 1990-1998 y 2004-2014. La enfermedad holandesa surge cuando la avalancha de divisas revalúa la moneda, financia importaciones abaratadas y hace menos competitivas las exportaciones. Incluso el café colombiano dejó de ser competitivo frente a Vietnam. Debimos confrontar además la competencia de la industria de los países asiáticos y de China en particular, que se ha tornado cada vez más sofisticada y competitiva. Se abandonó toda política industrial y las bonanzas no fueron enfrentadas con su ahorro, que hubiera prevenido la revaluación del peso, sino con despilfarro y endeudamiento que agravaron el malestar.

P.

Con la firma del acuerdo de paz se le dio gran impulso a la memoria histórica basada en los relatos de las víctimas, ¿qué valor tendrán estos documentos como fuente de investigación académica para construir una historia neutral?

R.

Hay que investigar a nivel local qué pasó durante el conflicto a la propiedad de la tierra y qué tanto se afectó la producción de alimentos y de materias primas. Hay que preguntarse quién quedó con la tierra y qué hicieron con ella: la sembraron de pastos, la dejaron en rastrojo o sembraron palma africana. Ana María Ibáñez menciona que muchos agricultores medianos y tecnificados fueron desplazados. Si eso no tuvo efecto sobre la inflación fue quizás porque se multiplicaron por 10 las importaciones de alimentos. En todo caso, la enfermedad holandesa también afectó la competitividad del sector agropecuario que siguió teniendo protección arancelaria. De esta manera, el campo sufrió mucho con el conflicto y además por las condiciones macroeconómicas adversas.

P.

¿Qué cambios institucionales requiere el país para disipar el poder clientelista regional?

R.

Algunas reformas políticas, como la elección popular de alcaldes, propiciaron una mejor administración de los municipios, aumentos de la tributación y con ella financiar obras públicas y gastos sociales. Eso fue muy irregular y siguió combinado con grandes dosis de corrupción en la contratación pública y de delitos contra el sufragio, como la compra de votos y el clientelismo de mercado, o sea el intercambio de puestos y dinero por activismo electoral. Esto se vio agravado con el clientelismo armado que surgió con el paramilitarismo en el que se intercambiaban amenazas o muerte a los que votaran en contra de los representantes de los grupos ilegales, algo que persiste en muchas regiones del país y de la región Caribe. Se requieren medidas serias contra la corrupción, incluyendo un ministerio público impoluto que no tenemos. Se necesita la financiación pública de las campañas y la prohibición o restricción de financiación privada de las mismas.

P.

¿Qué criticaría de la formalización matemática demasiado sofisticada de la economía?

R.

Hay varios niveles de investigación y de difusión de resultados. Los que van dirigidos a la comunidad de especialistas con lenguaje matemático y estadístico complejo, y las que buscan informar a un público amplio sobre los hallazgos. Yo he tenido la fortuna de contar con voz en los medios y trato de traducir ese lenguaje complejo a uno más accesible, aunque a veces no es posible hacerlo bien. Hay algunos economistas que le echan tierra a los ojos de su público restringido, recurriendo a un lenguaje oscuro que encubre sus limitaciones.

En el marco del homenaje, la Editorial de Uninorte presentó el libro conmemorativo ‘Salomón Kalmanovitz, semblanza de un pensador caribe’.
Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp
Convierta a El Heraldo en su fuente de noticias
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.