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Esposa fallecida de Lula le “susurra” y le dice “levanta la cabeza y lucha”

Lula habló durante una misa realizada en la ciudad de Sao Paulo en homenaje a Marisa Letícia, su mujer por más de 40 años, fallecida hace un año  mientras también era investigada por la justicia en la megacausa de corrupción de la estatal Petrobras. 

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, condenado a más de 12 años de cárcel y con su candidatura en la cuerda floja, dijo este sábado que su esposa fallecida le pide que siga luchando.

Lula habló durante una misa realizada en la ciudad de Sao Paulo (sudeste) en homenaje a Marisa Letícia, su mujer por más de 40 años, fallecida hace un año  mientras también era investigada por la justicia en la megacausa de corrupción de la estatal Petrobras. 

Visiblemente emocionado, el exmandatario (2003-2010) que lidera todos los sondeos de intención de voto para los comicios de octubre, reiteró sus críticas contra el sistema judicial brasileño, donde enfrenta una miríada de procesos, y dijo estar en paz y listo para volver a ocupar el Palacio de Planalto en Brasilia.

"Marisa me está diciendo ahora en el oído: "¡Levanta la cabeza y lucha! porque el pueblo brasileño va a vencer una vez más", señaló, desatando una ovación en el sindicado metalúrgico desde donde inició su travesía como dirigente obrero.

Ante familiares y amigos, Lula rompió en llanto durante su discurso que tuvo un claro tinte político.

"No estoy encima de nadie, no estoy por encima de la ley. Creo que tenemos que tener justicia en este país y creo que el poder judicial es una institución poderosa, inteligente, extraordinaria (...) pero también hoy hay personas que actúan más como agentes partidarios que como representantes del poder judicial", señaló.

Precisamente, ése es el frente que acorrala al hombre que dejó la presidencia con la popularidad más alta de la historia moderna de Brasil.

El viernes pasado, sus abogados presentaron un habeas corpus preventivo ante la Corte Suprema para evitar que sea detenido, luego de que fuera confirmada su condena a 12 años y un mes de cárcel por recibir un apartamento de lujo de la constructora OAS, involucrada en la multimillonaria red de sobornos que expolió a la estatal Petrobras. 

Ese mismo día, otro juez ordenó devolver el pasaporte que le habían incautado para evitar una posible fuga fuera del país.

El expresidente niega todos los cargos y afirma ser víctima de una persecución para invalidar su candidatura.

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