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“En mi vida siempre ha primado el arte”: Megumi Hasebe

La joven cartagenera le cuenta a Revista Miércoles detalles de su trayectoria, además de los retos que ha tenido que enfrentar como actriz. 

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Megumi Hasebe Perdomo respira música y actuación. La joven cartagenera, de 25 años, empezó en el mundo del espectáculo desde que era una niña. Sus primeros pinitos los dio entre concursos de belleza que ganó  y academias de danza y teatro, mientras cursaba el colegio. Durante diez años se dedicó al ballet, pero sintió la necesidad de ser algo más que bailarina. Por eso, estando a un paso de ingresar a la universidad, dejó Cartagena,  su ciudad natal y se inscribió en Música con énfasis en Ingeniería de Sonido, en Bogotá. 


Estando allí comenzó con talleres de actuación durante los fines de semana y fue durante ese tiempo que se enamoró por completo de la idea de ser actriz. Se dio cuenta que actuando podía combinar sus otras pasiones: la danza y el canto. 

“Me dije —tal vez este sea el camino— y empecé a meterle más la ficha. Encontré  en el teatro y en la actuación el lugar donde podía hacer todas las cosas que a mí me gustaban porque hay producciones donde tú puedes cantar y hay producciones donde también bailas. Entonces es ese lugar en donde puedo hacer todas las cosas que amo al mismo tiempo”. 

La puerta de la actuación se abrió con un “pequeño papel”, como ella misma dice, en la serie Cumbia Ninja, producida por Fox Telecolombia. De ahí en adelante continuó con otros personajes que aparecían uno o dos capítulos en diversas producciones  y fue hasta la novela Tarde lo conocí en la que obtuvo su primer papel antagónico y recurrente en televisión nacional. 

Megumi interpretó a Yulitza Vergara, una de las coristas de ‘Las diosas del vallenato’, en la novela Tarde lo conocí. Allí trabajó como una de las antagonistas y “le encantó”, pues “siempre había querido hacer el papel de mala”.

Su personaje fue tan creíble que recibió muchas críticas y halagos al mismo tiempo. Cuenta que una vez, estando de vacaciones en Cartagena, una mujer de edad se le acercó gritándole y culpándola por la muerte de Patricia Teherán dentro de la novela. 

“Mi mamá se asustó y le explicó a la señora que yo era actriz y que todo era ficción. La señora se calmó, pero siguió diciéndome que la había matado”. Para ella eso fue “un momento de shock”, pero era consciente que encontrarse con las emociones de la gente le daban a entender que su personaje estaba bien construido. 

Para ella lo mejor de interpretar a Yulitza fue el reto que conllevaba su personaje pues, además de ser su polo opuesto como persona, también debía cantar en vivo. 

“Las personas que eran músicos dentro de la serie tenían que serlo en la vida real. Entonces todo se grababa en vivo, nosotros no hacíamos playback. Todos los conciertos que se dieron en la serie eran reales. Para mí eso fue un reto enorme porque si ya me daban nervios actuar, imagínate cantar en vivo, pero se logró”.

Su paso por nickelodeon

Megumi intentó por primera vez ser parte de una producción del canal Nickelodeon con Chica vampiro (2013), pero no quedó.  Trató de nuevo con Yo soy Franky (2015) y tampoco sucedió. Casi se da por vencida, pero, luego de terminar las grabaciones de Tarde lo conocí, la llamaron para un casting de la serie Noobees (2018) y no creía que pasaría, pues había actuado como una mujer adulta y para esta producción necesitaban que interpretara a una adolescente. 

Sin embargo, se presentó al ‘casting’  y, luego de varios filtros, quedó. Aprovechó que el personaje necesitaba tocar un instrumento y cantar, así que utilizó el canto a su favor y compuso una canción que la interpretó junto a un ukelele en la audición. 

“De pronto las dos primeras audiciones no eran para mí. Ellos me dijeron que llegar  hasta NooBees fue consecuencia de que me habían visto desde Chica vampiro y que de ahí en adelante quisieron trabajar conmigo, pero no encontraban el personaje en el que encajara perfectamente”.  

Sus raíces 

Megumi es colombojaponesa; su mamá es colombiana y su papá japonés. De ahí su nombre que, según explica, en japonés significa “regalo” o “bendición de Dios”, pues su nacimiento “fue un milagro”, debido a que su papá no podía tener hijos. 

Además de su nombre, por  sus rasgos asiáticos suelen confundirla con una extranjera, sobre todo en los aeropuertos donde al verla le hablan en inglés. Sin embargo,  al contestar su acento costeño, propio de una cartagenera,   la delata y la identifica como colombiana.

Megumi asegura que sus facciones han sido una mezcla entre ventajas y desventajas en su carrera como actriz en Colombia, sobre todo cuando en las producciones buscan actores costeños y ella “no encaja” dentro del imaginario colectivo. 

“Para ese tipo de papeles me decían —es que tú no pareces costeña— y yo les decía —pero tampoco tengo el ojo tan cerradito y en Cartagena también hay costeñas blancas, no sean tan extremistas—”, cuenta entre risas la actriz, quien toma con gracia este tipo de comentarios. 

Por eso explica que ha sido complicado en los ‘castings’ pues la “quieren encasillar en la actriz extranjera” y está segura de que puede “dar más” con otros personajes. Sin embargo, lo ve como un reto y lo enfrenta, pues también le agrada la idea de interpretar aquellos roles en los que buscan “perfiles alternativos”.

Nuevo año, nuevos retos

La pandemia, como a todos, le cambió sus planes. La actriz tenía previsto viajar fuera del país a mitad de año para trabajar en unas grabaciones que tuvieron que aplazarse. Está a la expectativa, pues poco a poco se están retomando los ‘castings’ para las diversas producciones. Estima que en febrero se estará dando uno de sus planes que, de momento, no puede compartir. 

A mediados de este mes (enero) volverá a Bogotá a retomar sus proyectos y, entre sus planes a futuro,  sueña con trabajar en cine, así que se está formando para lograrlo. 

Por eso le recuerda e invita  a las nuevas generaciones que quieren dedicarse al mundo de la actuación que el “camino no es fácil” y que todo es un proceso que conlleva dedicación. 

“Todos los procesos son distintos y como hay personas que entran al medio y les brilla la estrellita de una sola vez , hay personas que tienen que construir diez años antes de que le den el papel de sus sueños. Así que no se rindan si se trata de algo que de verdad aman, no por ser famosos, sino porque aman el arte. Esa es la motivación que deben tener y si la tienen yo sé que van a tener la fuerza para guerreársela hasta cumplir sus sueños”.

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