Mujer E Igualdad | EL HERALDO

El Heraldo
Esta joven, contra viento y marea, se adentra en un arte que busca preservar la tradición oral en el que las mujeres escasean. Cortesía
Mujer e Igualdad

Gabriela, la enfermera que ‘sana’ personas a través de la oralidad

Esta joven sabanalarguera contra viento y marea se adentra en un arte que busca preservar la tradición oral, por el que cada vez hay menos interés y en el que las mujeres escasean.

“Narro para recopilar la memoria, para que las historias de los abuelos no se olviden”. Así resume Gabriela Monsalvo su principal motivación para montarse en un escenario “pa’ echá cuentos” a través de un arte que se desvanece: la narración oral.

La joven de 18 años ha dedicado su vida a contar historias que parecen que evocaran una época desaparecida del Caribe.

“Empecé mi trayectoria como narradora oral en 2019. En realidad fue por un concurso intercolegial de cuenteros que hace el festival de narración ‘El Caribe Cuenta’ en Barranquilla que participé representando a mi institución. Conocí ahí a la que hoy en día es mi profesora, Iveth Hernández, quien dirige el colectivo ‘A narrar se dijo juzcarajo’, me quedé con ella y seguí con este hermoso camino de la narración oral”, asegura la joven.

Ese festival representó su puerta de entrada a un universo de versos y letras. Tomó el riesgo de adentrarse en el mundo de la palabra hablada y no cualquiera, sino la costumbrista. Esa misma que reafirma con cada expresión el acervo cultural caribeño.

Cortesía

“Yo narro historias costumbristas, esas que son de la Costa, de nuestra cultura. Algunas las escribo yo y también saco historias de otros narradores que me inspiran en lo profesional”, explica. Y no es tarea fácil, decir cada frase requiere de una preparación previa. Antes de subirse a un escenario, Gabriela pareciera que se encomendara a un tiempo distinto, uno donde aún se lavaba a la orilla del arroyo y con manduco en mano, o donde el aún arroz se apilaba.

“Antes de narrar una historia primero hago una meditación porque es muy importante lo que uno, estando en el escenario, le transmite al público. Siempre quiero dejar alegría y algo en el corazón de cada persona que esté en el público, no subirme y ya”, dice la sabanalarguera.

Se hace imposible contener las risas cuando cuenta, por ejemplo, ‘Las bandas de mi pueblo’ por la historia en sí y por el particular acento con la que es narrada, que evoca las zonas rurales de Córdoba, donde se acortan las palabras y se pronuncian de manera “golpeada”.

Gabriela confiesa que ha dedicado los últimos cuatro años de su vida a un arte que debería estar enmarcado en la lista de “especies artísticas” en vía de extinción. Pero a pesar de eso, esa solo ha sido su mayor motivación para seguir montándose a los escenarios y sacar carcajadas.

Cortesía

“En mi municipio no se ve tanto la narración oral, no se escucha mucho. Ese arte se ha perdido demasiado y creo que nosotros como jóvenes la estamos dejando perder”, se lamenta.

Sin embargo, junto a otros organiza club de lecturas y asiste a instituciones educativas contando su infinito repertorio para que otros jóvenes se motiven también a contar historias.

No solo se ha tenido que enfrentar a una lucha de preservación incansable, sino también a un entorno de solo hombres. “En el mundo de la narración oral se ven pocas mujeres, pocas jóvenes”, precisa.

Su misión es clara y de ella no ha desistido desde el momento en el que aquel 2019 entró a ser parte del reducido grupo de mujeres jóvenes narradoras: “Yo siempre he sido muy perseverante y por eso siempre he querido resaltar el lugar de la mujer en la oralidad”.

Cortesía
Y a seguir contando

Gabriela ha hecho parte de importantes eventos como el Festival Internacional de Cuenteros Akuentajuî, en Riohacha, con narradores de todas partes del mundo. Este 2023 espera repetir. Asegura que no es la misma artista que un día en su colegio se atrevió a tomar un micrófono y tímidamente contar una historia. “Mis ideas de la narración oral han cambiado en cuanto a lo importante que es contar historias y no solo para reír. Hoy sé que también puedo, con mis cuentos, llevar un mensaje trascendental, sanador”.

Subirse a un escenario le causa la misma emoción que sintió la primera vez y es, dice, su forma de liberarse. “Lo que uno siente al contar una historia es algo que no se puede explicar, pero también es una manera de liberarse, de sentirse libre”. Gabriela estudia enfermería y aunque pareciera que suturar heridas o colocar una dextrosa nada tiene que ver con contar historias, ella lo explica mejor: “Sano personas a través de las historias”.

Cortesía
Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp
Convierta a El Heraldo en su fuente de noticias
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.