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Medio ambiente

S.O.S. por el caimán aguja

Su presencia se registra en la región Caribe y tiene la función de controlar poblaciones en los ecosistemas.  

El caimán aguja está en peligro. Esta especie es una de las seis variedades de crocodílidos (Crocodylidae) que habitan en el país y que a mediados del siglo XX vieron considerablemente mermada su población.

En la actualidad, según el Libro Rojo de las Especies en Colombia, las amenazas que más acechan a esta especie van desde la captura incidental por la pesca propia de comunidades de la región hasta la persecución por parte de dueños de fincas que aducen que estos reptiles devoran sus ganados.

“En el Magdalena Medio se han observado grupos de pescadores que realizan faenas de caza del caimán aguja por que los consideran una amenaza no solo para el ganado, sino para las personas que hacen uso del río”, consta en el Libro Rojo.

Según Mónica Morales, científica del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt, Colombia es uno de los países que tiene una mayor riqueza en presencia de crocodílidos a nivel mundial con seis especies, al igual que Brasil y Bolivia.

“Estos incluyen también caimanes, babillas y cachirres. Desafortunadamente la mitad de las especies se encuentra en alguna categoría de amenaza. En orden descendente tenemos el caimán del Orinoco (Crocodylus intermedius), en peligro crítico; el caimán aguja (Crocodylus acutus), en peligro; y el caimán negro (Melanosuchus niger), en categoría vulnerable.

Un adulto puede medir entre tres y cuatro metros. Cortesía

De acuerdo con Morales, en el pasado la población de estas especies fue diezmada debido a la caza, ya que su piel era comercializada. “Hoy están en conflicto con los humanos porque comparten el territorio”.

La experta en ciencias naturales coincide en que las malas prácticas de pesca y la persecución del hombre han desencadenado en una disminución de la población.

El herpetólogo (persona dedicada al estudio de los reptiles) Carlos Bran coincide en que la caza indiscriminada y la pérdida del hábitat han sido fundamentales para la disminución de la población de este caimán.

Explica que esta especie es muy importante ya que actúa como controlador de poblaciones en los ecosistemas “al ser un depredador tope”. Además, ayudan a la redistribución de material orgánico con sus heces que son ricas en nutrientes y favorecen la productividad del ecosistema acuático en el que habitan.

La bióloga Nidia Farfán Ardila, especialista en caimán aguja de la Corporación Natural SIG de Santa Marta, reconoce que esta especie es “icónica” en todo el Caribe colombiano.

“En muchas zonas se piensa que tenemos diferentes especies de cocodrilos y solo tenemos este, que también es conocido como caimán americano”.

Con respecto a otras características biológicas del animal, describe que la capacidad que tiene de regular sus niveles de sal le permite moverse fácilmente por las costas.

A lo largo de su vida varía su alimentación. De pequeño empieza comiendo insectos y con el paso de los años depreda animales más grandes. Farfán dice que la creencia de los pescadores de que en las zonas donde hay estos animales se conserva el agua, los peces y las icoteas es porque los caimanes aguja mantienen los fondos de los cuerpos hídricos en movimiento evitando que se estanque el sedimento.

La experta hace un llamado a coexistir con la especie, recordando la capacidad que tenían los pescadores hace más de 50 años de vivir en armonía con ellos.

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