
El dilema de ‘Antonio’, el zorro que fue criado como un perro
Las autoridades enviaron al animal al zoológico de La Paz, Bolivia.
El vínculo entre Antonio, un zorro andino de nueve meses, y su familia humana quedó roto tras el traslado este viernes del animal de la ciudad boliviana de Oruro hasta La Paz, tras varias horas en las que se debatió si lo conveniente era devolverlo a sus dueños o llevarlo a su hábitat.
Ni familia humana ni hábitat en las serranías altiplánicas de Oruro, Antonio está momentáneamente en el zoológico de La Paz, que en gran parte funciona como un centro de recuperación de especies silvestres amenazadas, tras pasar las últimas horas dentro de una jaula de unos ocho metros cuadrados en Oruro.
La operación de traslado se inició a las 07:00 hora local, a pesar de la campaña que inició una familia orureña en redes sociales para conseguir que las autoridades devolviesen al animal que habían acogido desde muy pequeño y que fue criado como un can.
El Ministerio de Medio Ambiente y Agua informó en un comunicado que representantes de varias instituciones vinculadas con la protección de los animales “recibieron la mañana de este viernes a un zorro andino decomisado en la ciudad de Oruro” apenas llegó a La Paz.
Antonio “empezará un proceso de cuarentena donde se evaluará su estado de salud física y psicológica y pasará por un proceso de readecuación alimenticia”, dice la nota, ya que anteriormente se alimentaba de leche, sopas caseras y croquetas para perros, según contaron los que fueron sus dueños.
Algunas de las imágenes que se tienen de Antonio ya en La Paz lo muestran dentro de un habitáculo móvil, al estilo de una pequeña jaula.
“Antonio, Antonio”, le decían los funcionarios del zoológico paceño que lo acogieron apenas llegó, para ganar su confianza.
La historia. Antonio es el eje de un dilema que ha enfrentado a las autoridades bolivianas con un sector de animalistas tras difundirse masivamente esta semana una campaña por redes sociales para que regrese junto a su familia humana y deje la jaula que se le habilitó, primero en el zoológico de Oruro, y ahora en el de La Paz.
“Antonio no merece estar en una jaula, nunca ha estado encadenado, nunca ha estado en jaula”, dijo Boris Velasco, uno de los integrantes de la familia humana del animal.
Velasco publicó en redes sociales el pedido de su familia para que las autoridades devuelvan el animal, bajo el argumento de que las instituciones encargadas de esa custodia, la Unidad de Zoonosis y el Zoológico Municipal (Oruro), ya trataron mal a un puma y hace varios años a Fido, un león que murió enjaulado a 3.800 metros de altura.
Junto a las publicaciones aparecen fotos y videos del pequeño zorro sobre los sillones de una casa, comiendo croquetas, tomando leche o sopas especiales que le preparan, e inclusive comparte espacio junto a Juventino y Tuco, los canes de la familia.
Velasco relató que hace nueve meses “una persona de buen corazón” puso a Antonio, todavía cachorro, a custodia de su familia y se cree que su familia animal había sido sacrificada en el campo. “No supimos qué hacer”, toda vez que dudaron en ponerlo al cuidado de las autoridades, por cosas que son “de conocimiento general”, señaló, en alusión a la mala fama que tienen por el trato a los animales.
Velasco mencionó que Antonio “nunca ha mostrado agresividad” y vivía en un patio como cualquier “animalito cuando es pequeño”.
En internet muchos comentarios consideran que Antonio debe regresar con su familia humana y que estar en el zoológico es un encierro. Incluso hay posturas contrarias entre animalistas, que consideran que un animal silvestre debe regresar a su hábitat y otros que creen que su lugar es con las personas que lo cuidaron desde un comienzo.