El Heraldo
La Charanga del Sur, orquesta de Barranquilla en una presentación. César Bolívar
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El 'toque' pendiente de los artistas y músicos: dar el paso a la formalización

Ser informal en la música tiene un precio. El Carnaval de Barranquilla es la oportunidad para los músicos locales de mostrar el valor de uno de los negocios del entretenimiento y de estar a la altura de la realidad que les exige hoy la industria global  

“Arrancamos con pie derecho, ya por lo menos de aquí hasta Carnaval tenemos 23 presentaciones sólo en el inicio de año”. Jorge Guzmán Sánchez, director de la Charanga del Sur, y Lorayne Guzmán Gómez, hija y mánager de la organización creada hace seis años, están sorprendidos por la aceptación.“Si lo comparamos con el año pasado, solo en diciembre hicimos 25 presentaciones”, agrega Lorayne Guzmán.

El Carnaval de Barranquilla es una de las temporadas más esperadas en el año por las agrupaciones musicales y por toda la cadena de esta actividad creativa y artística que impacta en la economía de las fiestas. Es la oportunidad para los músicos locales de mostrar el valor de uno de los negocios del entretenimiento y de estar a la altura de la realidad que les exige hoy la industria global.

Braulio Tilano, productor y bajista desde 1992 de agrupaciones de la música vallenata, anticipa que los carnavales de 2020 proyectan ser mejores que los del año pasado. “Uno de mis ingresos depende de las presentaciones. Los otros son por producciones o colaboraciones. Este año creemos que con Beto Zabaleta tendremos un promedio de dos presentaciones por día durante el Carnaval. Pinta bien”.

El vocalista y compositor Nando Malo dice, en cambio, que cada vez se hace más difícil tener presentaciones de orquestas nacionales en el Carnaval de Barranquilla. “No se está pagando lo que uno exige. Hoy ya no quieren contratar orquesta, las grandes trabajan para el centro del país. Y hay que pactar con los empresarios a todo costo, y tener músicos que te apoyen y entiendan que la situación no está para presentaciones  de tres veces a la semana.”.

Braulio Tilano, productor y bajista. Rafael Polo
Hay que tener músicos que te apoyen y entiendan que la situación no está para presentaciones de tres veces a la semana", Nando Malo, cantante.  

Siete eventos musicales pagos, seis de los cuales se celebrarán en Barranquilla desde el 21 de febrero y hasta el 25 de febrero, y en el que está incluido el festival de Orquesta homenaje al vallenato, conforman las presentaciones más promocionadas. En estos carteles se anuncian 24 orquestas nacionales y otros siete artistas internacionales, algunos de los cuales traerán sus músicos desde su país de origen. Y Santo Tomás es el único municipio que promueve un festival con solo agrupaciones nacionales.

En un ejercicio de sumar los 12 integrantes que mínimo conforman una agrupación -teniendo en cuenta 32 orquestas nacionales que se presentarán- el promedio de músicos contratados será de 384, y que tendrán ingresos en las fiestas.

Para estimar el tamaño de la población de músicos solo en Barranquilla,  las referencias son los 1.454 egresados en el programa de música en los últimos 8 años de la Escuela Distrital de Artes. Omaira Borras,  presidenta del  Sindicato de Trabajadores de la Música (Sintramucol), estima en Barranquilla hay 859 afiliados,  y Acinpro  estima que tiene unos 5.300 socios en la región Caribe. Y sin sumar aquellos que vemos en calles, semáforos que hacen parte de la migración venezolana.

Para pactar los honorarios por presentación, las dinámicas de las agrupaciones se hacen en su mayoría de una manera informal por orden de prestación de servicios; es decir, por cada exhibición pública, el artista o director de la agrupación y el músico pactan cuánto recibirá por su interpretación y el pago acordado. La relación se suelda con los años y la confianza.

“Los músicos son mis hermanos, compañeros de batalla. No los cambio. Los amo y ellos me aman. Se acomodan a mi disciplina y se quedan. Hoy es una profesión de la cual se puede vivir”, asegura Dolcey Gutiérrez.

Pretendemos que el formato orquesta tropical del Caribe colombiano tenga un mejor posicionamiento en la industria", Juventino Ojito. 
Juventino Ojito, director de Son Mocaná. Cortesía

Aunque en otros casos está el “garrotazo” como se le conoce en el medio a un pacto que no se cumple. “No hay contratos escritos. Hay una competencia desleal”, dice Omaira Borras.

Juan de Dios Martelo desde el Piñón, Magdalena, recuerda con nostalgia que en el siglo pasado,  la orquesta de sus familiares si pagaba un sueldo. “Éramos  orquesta de planta en clubes de Medellín y Barranquilla”. 

Esa competencia no tiene piso para el pago de un músico por interpretar con una orquesta su instrumento. De acuerdo con profesionales  del mercado hay ofertas desde $150.000, un costo considerado muy por debajo para un profesional formado y con experiencia que puede cobrar por un toque $500.000.

Para adaptarse a las exigencias de la industria, Juventino Ojito, director y productor musical, dice que se debe dar un giro en las relaciones. “Pretendemos que el formato orquesta tropical del Caribe colombiano tenga un mejor posicionamiento en la industria, urge hacer cambios significativos; entre otros, formalizar la relación contractual de los actores inmersos”.

El abogado y especialista en la industria del entretenimiento, Mauricio Maestre dice que a raíz de los cambios de la industria musical, la globalización y el consumo masivo, los colectivos musicales deben constituirse como empresa. “Esto permitiría a los artistas formaliza su profesión y poder organizar sus ingresos y egresos de mejor manera y facilitar el ingreso a una industria cada vez más creciente. Es prudente destacar que la formalización y la prevención son determinantes para que los artistas sean cada vez más competitivo y puedan gestionar sus bienes de propiedad intelectual que son la columna vertebral de la industria musical”.

Mauricio Maestre, abogado especialista en la industria del entretenimiento. Archivo

Álvaro Cabarcas ‘Pelusa’, pianista y productor, identifica cierta complejidad para dar ese paso a la formalidad, aunque pide unidad del gremio. “Es muy difícil pensar que un músico pueda crear una empresa a través de su organización musical. Tenemos que pagar una cantidad de impuestos. No tenemos ningún apoyo gubernamental. Colombia es un país que gusta y ama la música pero sus gobernantes no han hecho nada por sus músicos y artistas”.

El Pelusa reconoce que la forma de pago sigue siendo de manera informal para los artistas, "porque se define de acuerdo a lo que ganan".

"El que invierte en su agrupación, en grabaciones, producción, equipos es alta y se busca que tenga un punto de retorno. Con las muchas ferias que hay en el país, no hay la suficiente participación y lo que notamos es que hay más presencia de artistas extranjeros. Y no tengo nada contra eso, pero la constante es que de afuera se vengan a llevar los recursos de aquí. Debe haber una ley, y la propongo como el dos por uno, tal como lo hace México. Esto no se cumple en Colombia. Hay espectáculos en el país con artistas extranjeros sin participación de artistas del país". 

Algunos artistas y sus orquestas han dado pasos hacia la formalización.  Y es un paso que depende de la proyección de esa empresa cultural, de sus valores, de entender que una empresa se hace sostenible con estrategias, explica Adriana Flórez, contadora y con experiencia en manejo contable de organizaciones culturales y directora de Fungir Caribe. “La economía creativa es una oportunidad”.

 

Álvaro Cabarcas, arreglista y productor de música. Cortesía

Roberto Torres, director y vocalista de Sensación Orquesta, precisa que su organización es una sociedad anónima simplificada (SAS). “Me tocó hacerlo para protegerme”. Cuenta que han encontrado nichos como el de presentaciones para eventos privados en reemplazo de los conciertos y giras, y su tarifa que es de 10 millones, su nómina de músicos es de $500.000 en promedio. “La Dian me ve como un millonario. Lo que he sido es organizado”.

El director de la orquesta admite que no conoce cómo puede beneficiar a su organización con la economía naranja. Qué estímulos puede tener si se organiza. "No sé qué es lo de la economía naranja, no tengo ni idea, cómo puede beneficiar a los músicos".

 

Roberto Torres, cantante y director de Sensación Orquesta, que se ha especializado en presentaciones privadas y eventos sociales en Barranquilla. Cortesía
No sé qué es lo de la economía naranja, no tengo ni idea, cómo puede beneficiar a los músicos", Roberto Torres, director de orquesta.  

Álvaro Cabarcas subraya en que observa dificultades para que sociedades como Acinpro, puede cumplir con el pago de su seguridad social y pensional, porque no dependen de un empleador. 

"El Gobierno a través de la Unidad de Gestión Pensional y Parafiscales (UGPP) y a todos los colombianos que pagamos salud, nos ha pedido que coticemos pensión. Resulta que no podemos pagar pensión porque no somos empleados de Estado ni somos empleados de empresa. Acimpro, como entidad privada recauda unos derechos y no impuestos, y por eso el gobierno no puede meterse en lo que pasa en Acinpro", dijo Cabarcas.

Músicos, cantantes y artistas miembros de Acimpro durante un encuentro en Barranquilla. Luis Felipe de la Hoz

La Charanga del Sur S.A.S y sus once músicos en cabeza de Ángel Guzmán, multivientista, avanzan hacia la formalización de un modelo de contrato con todas las prestaciones sociales. Jorge Guzmán y Lorayne Guzmán cuentan cómo ha sido el proceso:

 Es una propuesta y un nuevo intento después de la experiencia de Jorge Guzmán, quien evoca que intentaron hacer sociedad musical como una empresa y los socios serían los musicos de la desaparecida orquesta Raíces.

"Vamos a hacer sociedad, aquí todos vamos a aportar para que esto crezca", recuerda Jorge Guzmán.

Todos dijeron que sí con la emoción de la primera vez y la agrupación comenzó con 7 y después con 9 integrantes. 

"Los musicos son de diferentes pensamientos y a la hora de la  música es un poquito más complicado unificar criterios, ya entonces digamos como decimo nosotros acá reinaba el exceso de democracia entonces en común acuerdo y de pronto por las discrepancias precisamente en opiniones se decidió que había que legalizarlo. Vamos a hacerlo enseguida, vamos a formar empresa inmediatamente, pues notamos que la aceptación que había tenido la agrupación había sido muy positiva. Hagamos las cosas de entrada como debe ser", cuenta Jorge Guzmán.

Con el paso de los días los desafíos de organizar, tener disciplina para los aportes y los pagos que tenían que salir de los socios y producto de los pagos de cada presentación, todo cambió.

Admite el director de la Charanga del Sur que la diversidad de pensamiento y de no proyectarse como una empresa de todos empezó a fracturarse.

"Y aquí entonces empezaron los inconvenientes, por decirlo de alguna manera, no todos los socios tenían el capital para aportar y fue cuando se decidió no continuar con esta sociedad".

La opción que quedó fue que mi papá, cuenta Loraine Guzmán, propusiera otro modelo. 

"Entre todos vamos a elegir uno solo, mi papá había sido el fundador por supuesto junto a mi hermano de la Orquesta y a través de ellos se canalizó la conformación legal de la empresa, entonces en marzo de 2016 iniciamos con el paso hacia la constitución como sociedad", agrega Lorayne Guzmán.

“Si es una profesión que se estudia, en la que se invierte, y otras se organizan, nosotros también podemos. Es un cambio de mentalidad que proponemos”. 

Contadora y con experiencia en organizaciones y empresas culturales. Cortesia
Los músicos y migrantes venezolanos también se han sumado a la demanda del mercado de músicos en Barranquilla. Cortesía
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