El Heraldo
Los tagangueros son pacíficos, pero cuando sienten que son presa de las injusticias se rebelan y asumen posiciones de defensa en grupo, en comunidad. José Puente
Magdalena

Taganga, una historia de protestas

Historiadores nativos hablan de sus gestas en defensa de los intereses colectivos. Sociólogos dicen que no son rebeldes sino solidarios.

El que Taganga no haya salido a votar para elegir Presidente de la República porque no tiene agua, no es algo tan novedoso como parece. La resistencia de sus habitantes ante la amenaza de sus intereses, puesta en evidencia el domingo 25 de mayo pasado, es parte de su identidad,  carácter e  idiosincrasia.

 

En esta comarca de pescadores, donde hoy la principal lucha es contra los embates de la globalización, las decisiones de grupo han permitido - desde el pasado - conquistar objetivos y contener el ímpetu de los intentos de afectar la unidad social.

Las manifestaciones que en defensa del interés colectivo por siglos se  han dado, han hecho que los tagangueros se hagan acreedores al calificativo de “revoltosos”; afirmación que  el abogado e historiador nativo, Ariel Daniels De Andreis, controvierte, afirmando que “lo que somos es un pueblo en resistencia cultural”.

Desde 1536 hasta nuestros días, los habitantes de este ancestral pueblo de indígenas han llevado a cabo actos que han escrito páginas gloriosas en defensa de la comunidad, el territorio y las costumbres.

Cuentan los habitantes de esta población costera que el primer caso de rebeldía fue en 1536, cuando el capitán español Pedro de  Ursúa mandó a sus soldados a Taganga a robarse la mujer del cacique local, llevándola por la fuerza a Santa Marta.

En el camino, según la historia, los indios Taganga atacaron a los españoles, mataron a varios y defendieron un símbolo cultural como era la libertad de la mujer del cacique.

ELECCIÓN A COMUNA. La protesta del domingo de elecciones por falta de agua, cuyo lema fue “si no hay solución no hay votación”, no ha sido la única en su estilo.

El 29 de octubre de 1995, - fecha de los comicios electorales para elegir Juntas Administradoras Locales, JAL -  la comunidad en pleno bloqueó, desde las 4 de la madrugada, el carreteable de acceso al territorio y de esta forma impedir la entrada de las urnas y  entonces no participar en las elecciones.

“Esta fue una jornada que dio una lección de homogeneidad de un pueblo a los gobernantes, para decirles que las democracias se construyen a través del consenso y el pluralismo”, dijo Daniel De Andreis.

La negación a votar se basó en que en el plan de desarrollo, realizado de manera inconsulta,  había fijado que el perímetro urbano de Santa Marta se iniciaba en Taganga lo cual le quitaba a la comarca su condición de corregimiento. El pueblo quedaba como parte de la comuna Pescaíto y  los tagangueros no iba a dejar que les arrebataran su estatus.

Al final de cuentas la batalla se ganó. El 13 de agosto de 1998, mediante acuerdo, el Concejo devolvió el carácter de corregimiento.

POR FALTA DE AGUA. Por la carencia de agua potable han sido varios los movimientos de protesta. Uno de los más sonados fue en 1979 cuando el pozo de la Federación de Cafeteros que surtía de agua a la localidad, se secó.

El corregimiento empezó a padecer por la ausencia del vital líquido y no había solución. Entonces 12 líderes, muchos de ellos ya fallecidos, emprendieron un viaje a Bogotá para protestar ante el Insfopal (ya desaparecido).

Majín Matos, Urbano Garay, Rafael Matos, Adolfo Vásquez, Santander de Andreis, Heriberto Vásquez y Ariel Daniels, entre otros, se apostaron frente a la sede de la entidad capitalina donde realizaron un mitin.

El reclamo sirvió para que se trasladara al corregimiento una partida de un millón de pesos para poner en funcionamiento otra vez el pozo. 

Lo que quizás hoy quede al descubierto es que ese recurso estaba destinado para un barrio del oriente de Santa Marta, el cual los tagangueros prefirieron no identificarlo  para evitar,  35 años después, reclamos.

EL TAYRONA Y PLAYA VACA. En el año 1964 con la creación del Parque Tayrona a través de resolución 191 del 31 de agosto, expedida por el entonces Incora, se determinó que la reserva natural comenzaría en el caserío de Taganga.

Los habitantes se opusieron a que el territorio quedara alinderado en el Parque y entonces se gestó la protestar. El pueblo se reunía en cabildo abierto en el camellón de la playa para trazar estrategias de defensa.

El historiador Ariel Daniles sostuvo que esta situación perjudicaría en un doble propósito al pueblo. Por un lado, porque las tierras quedaban incoradas y por otro, porque se prohibía la pesca en la zona como lo venían haciendo los nativos.

Cinco años más tarde los reclamos dan frutos luego que gracias a los buenos oficios de amigos de Taganga en Bogotá (María Mercedes Carranza y Alejandro Martínez Caballero) el Inderena comunica oficialmente que el caserío queda por fuera del Parque Tayrona.

En 1982 se presenta otra disputa por el territorio que enmarca otro caso de resistencia o rebeldía. En esta ocasión los protagonistas fueron una familia samaria, que a través de testaferros –según aseguran los tagangueros– se hicieron adjudicar los terrenos de Playa Vaca.

En este proceso hubo todo un movimiento de masas de la población en contra de los supuestos usurpadores, quienes al final reafirmaron la posesión.

SOCIÓLOGOS OPINAN.  El escritor Edgar Rey Sinning afirma que el taganguero es el fiel reflejo del hombre Caribe, pacífico y amigo del diálogo y la concertación, sin embargo posee un estereotipo que los sociólogos determinan como ‘hombres de guerra justa’. “Personas que defienden sus intereses cuando les pisan los callos”, explicó.

Añadió que “ellos se rebelan contra todo aquello que les parece injusto”.

El sociólogo Javier Moscarella, considera que los tagangueros no son rebeldes sino que hacen parte de una comunidad muy solidaria, ello en razón de los remanentes que poseen de la cultura ancestral.

“Ellos promueven un modelo de vida solidaria, es decir, que piensan comunidad mas no en individualidad”, precisó.

“INVASIÓN DE EXTRANJEROS”

El historiador Ariel Daniels de Andreis afirma que en el caso de la invasión de extranjeros y de nacionales se presenta un problema de tipo sociológico. Dijo que hay que cambiar los parámetros de educación, de tal forma que impere la etnológica, propia de su cultura, impartida por los nativos.

“No encontramos respuesta del Gobierno para dar oportunidades de desarrollo y trabajo, entonces, quien viene con el dinero se aprovecha de eso”, precisó.

Actualmente hay invasión de alemanes, suizos, belgas y en mayor número israelitas.

Se supo que la primera extranjera que llegó a Taganga para invertir fue madamme Blondine, a finales de la década del 70. En la comarca construyó uno de los hoteles con renombre en el Caribe.

CÉDULA REAL Y ESCRITURAS

Cuenta la tradición oral que entre los años 1788 y 1808 el rey Carlos IV de España les entregó a los tagangueros una Cédula Real en la que identificaba el territorio desde el sitio Punta de Petacas hasta la boca del Guineo, en Castilletes.

Sucede, según narra el historiador Daniels De Andreis, que esa Cédula o pergamino desapareció en el año 1810, durante la guerra de la independencia. Nunca nadie supo de ella.

El investigador comentó que una de las consultas que hizo para recuperar el documento fue ante el archivo de Indias, en Sevilla, España, pero no hallaron noticias al respecto. Lo que hay concreto son dos escrituras públicas del año 1837.

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