Santa Marta vive su ‘viacrucis’ por la falta de agua
Carrotanques abastecen a los habitantes de 180 barrios. Solución macro al problema se diluye por falta de recursos de la Nación. Planta desalinizadora se asoma como alternativa.
Aunque el tema de moda en Santa Marta es la aguda crisis por desabastecimiento de agua, podría decirse que es un tópico que data de muchos años atrás, en el que se han conjugado los efectos de la naturaleza (Fenómeno del Niño) y la falta de voluntad política de los administradores, especialmente del reciente pasado.
Nadie entiende como la ciudad más antigua del país, siendo dueña de una Sierra Nevada donde nacen ríos que la irrigan, tenga que proveerse de agua en carrotanques, tractocamiones y hasta carros de mulas.
Pero más allá de este sistema de aprovisionamiento, los samarios han llegado a convertirse en “topos humanos”. Es recurrente ver en algunos barrios populares, hombres y mujeres con mangueras enrolladas en sus cuerpos, motobombas en hombros; picos, palas, pimpinas y carretillas, para extraer agua potable pegándose a la red del acueducto.
Un procedimiento no ajustado a la ley, que atenta contra los intereses de quienes se surten del preciado líquido mediante el sistema domiciliario, debido a que produce disminución en la presión del agua que corre por la tubería.
“Ajá y si no es así, ¿tengo que dejar que me muera de sed?”, fue la respuesta de Nicolás Hernández, morador de Las Tablitas, al norte de la capital en respuesta al interrogante sobre su ilegal acción, pero en la que sostiene con convicción que tiene que conseguir agua “sea como sea”.
Jesús Méndez, vive en Chimila, en donde desde hace rato el agua por la tubería “no la ven ni en las curvas”. “Solo llega cuando el carrotanque viene y nos abastece y eso es cada quince días”, anotó.
Andrés Gómez vive en Taganga y sostiene que conseguir agua es una odisea. “Son ocho años de vivir un viacrucis para conseguir una gota”, manifestó.
Hoy
La crisis por desabastecimiento de agua afecta hoy a los moradores de 180 barrios de un total de 370 que tiene la ciudad. La mayor parte corresponde a la zona norte que es abastecida por la Planta de Mamatoco y en menor proporción los de la zona sur, que se proveen de la planta de El Roble.
La producción de la planta de Mamatoco –que se surte de los ríos Piedras y Manzanares– ha disminuido este año de 603 a 299 litros por segundo; mientras que la de El Roble –del río Gaira– de 326 a 235 litros por segundo.
Ante la ausencia de agua superficial (proveniente de ríos) se dispuso la búsqueda de agua subterránea (pozos). Hoy, la ciudad es abastecida por 48 pozos profundos, y se proyecta la perforación de 10 más.
Además, hay seis que están habilitados exclusivamente para cargar los carrotanques, que distribuyen el líquido en los barrios y la zona turística. Estos pozos le aportan al sistema 460 litros por segundo de agua.
“La ciudad necesita un mínimo de 2.500 litros por segundo y en las condiciones actuales solo se tienen 1.108 litros”, dijo Fernando Moncaleano, gerente de Veolia, la empresa que hasta el pasado jueves tuvo a su cargo la operación del sistema.
Para mitigar el impacto se han instalado 18 tanques fijos de 10 mil litros que se cargan cuatro veces por semana y se anuncian 17 más.
Las tres alternativas
Las alternativas que se han propuesto para la solución al desabastecimiento de agua en Santa Marta se han ido diluyendo con el paso del tiempo.
La solución estructural macro al problema es la captación desde el río Magdalena, que implicaría articular a los municipios de Pueblo Viejo y Ciénaga. Esto mediante la Asociación Público–Privada, APP, que demanda una inversión de $3,2 billones, de los cuales 1,5 billones corresponden a la Nación, 1,2 billones al Distrito y el valor restante por vía tarifa. Este proyecto empezó a dormir el “suelo de los justos”, luego que la Nación lo desestimara por el momento ante la falta de presupuesto.
“Solo tenemos 130.000 millones de pesos de inversión para todo el país y por equidad territorial no es viable comprometer casi el 40% para Santa Marta”, dijo el Viceministro de agua, José Luis Acero.
Para suplir esta iniciativa se planteó entonces la captación tomando como fuente los ríos Toribío y Córdoba, en el municipio de Ciénaga, un proyecto que demandaría una inversión de $600 mil millones. Este también quedó en statu quo luego que los cienagueros se negaran a aceptarlo al considerar que los afectaría a ellos.
“Santa Marta cuenta hacia el norte con ocho fuentes hídricas que pueden suplir el problema de abastecimiento”, dijo el alcalde de Ciénaga Edgardo Pérez Díaz.
La planta desalinizadora de agua se asomó como la otra viable solución a la crisis. Por ello, a mediados de marzo, el alcalde Rafael Martínez y la gerente de Essmar, Ingrid Aguirre, viajaron a Tel Aviv, Israel, en donde visitaron dos de las cinco plantas existentes.
“Miramos todos los componentes; es decir, costos de producción, de energía,de laborales, de mantenimiento y concluimos que es un proyecto posible y realizable”, dijo Rafael Martínez, quien está separado temporalmente del cargo en virtud de un proceso judicial que lo tiene con detención domiciliaria.
Agregó que esta es “una solución a corto plazo, puesto que la planta se construye de manera modular. Es decir, por segmentos que se ponen en funcionamiento apenas se terminen. Al final de la obra se obtendrían entre 1.700 y 2.000 litros de agua por segundo, justamente lo que se necesita para el abastecimiento global de la ciudad”.
Asumió Essmar
Luego que el pasado jueves la Empresa de Servicios Públicos de Santa Marta, Essmar E.S.P, asumiera la operación del servicio ante la finalización del contrato con Veolia, y luego de 29 años de estar en manos privadas, se reportó que durante su primer día de ejercicio fueron llevados 984 mil litros de agua a 50 barrios, beneficiando a unas 50 mil familias.
“Se les está suministrando a las comunidades por medio de carrotanques en un total de 82 viajes y junto a los sensibilizadores y líderes de los sectores, se hace la distribución del agua casa a casa, de tal forma que todos puedan abastecerse”, destacó la gerente de la empresa Ingrid Aguirre.
A su turno el alcalde (e) Andrés Rugeles, quien ha acompañado en algunos sectores la entrega de agua, expresó que “necesitamos la colaboración de cada uno de los habitantes para que se haga un uso racionalm y eficiente de los recursos hídricos”,
El mandatario agregó: “Que cada uno desde su casa pueda contribuir y ahorrar toda el agua que sea necesario de manera que podamos multiplicarla”.
