Monumento al ‘Estudiante Caído’ en Santa Marta, en ruinas
Escultura está ubicada cerca al Liceo Celedón.
El único monumento en el Caribe y quizás del país que le rinde homenaje al estudiante caído, cuyas fechas conmemorativas son el 8 y 9 de junio, está abandonado, en ruinas y convertido en letrina pública y aposento de indigentes.
Se encuentra ubicado en predios del emblemático Liceo Celedón, de Santa Marta, institución educativa considerada como “el faro del saber del Magdalena”.
El que en otrora era el lugar donde se daban cita los estudiantes samarios para iniciar las marchas y protestas en memoria de sus compañeros, que en las fechas señaladas fueron asesinados en Bogotá, durante el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla (1954), pasa inadvertido ante la vista de nativos y visitantes.
El historiador José Manuel Rodríguez Pimienta (El Líder), lamenta que el monumento haya llegado a ese estado y recordó que en el año 2005, en el centenario del Liceo Celedón, la asociación de egresados del cual él formaba parte, invirtió en su recuperación, inclusive, colocándole luces. “De ahí en adelante, más nadie le ha metido la mano”.
La escultura
La obra en yeso fue elaborada entre los años 1957 y 1958 por el artista plástico samario Antonio Sánchez (fallecido), y en la misma posaron como modelos los estudiantes del Liceo Celedón, Víctor Viana y Alfredo Brugés. Para ese entonces era rector del plantel Ciro Santander Navas; gobernador del Magdalena, Carlos Bermúdez Cañizares; y alcalde del municipio, Musse Moisés Askar.
Haber realizado la imagen alegórica al estudiante caído, fue una solicitud que hiciera el entonces Consejo Estudiantil del colegio al rector y casi que al tiempo, en un concurso de mérito, los alumnos Félix Vega Pérez y Hernando Barliza Zubiría se ganaron el derecho a hacer, en una placa de mármol, la inscripción.
La escultura muestra a un estudiante con su mano derecha alzando la antorcha de la libertad y con la izquierda sosteniendo el cuerpo de su compañero muerto.
Sin homenajes
El deterioro del monumento fue paralelo a la pérdida de la tradición en Santa Marta de rendir homenaje los días 8 y 9 de junio a los estudiantes que fueron masacrados en la Universidad Nacional, en la capital del país, hace más de seis décadas.
Para el profesor Alberto Camilo Blanco “esas fechas pasan casi de manera inadvertida , porque se ha perdido la conciencia histórica, por las revoluciones tecnológicas, que en gran medida ha puesto más a hacer que a pensar a los jóvenes estudiantes”.
