El Heraldo
La maquinista Emilia Bueno Devia fue reconocida por el Gobierno Nacional como ejemplo de inclusión e igualdad de género. José Puente Sobrino
Magdalena

Emilia, la maquinista que llevó el café en tren a Santa Marta

La maquinista Emilia Bueno Devia fue reconocida por el Gobierno Nacional como ejemplo de inclusión e igualdad de género.

Emilia Elena Bueno Devia quizás jamás pensó que su oficio como maquinista de tren le diera un cuarto de hora de fama, al convertirse en imagen nacional de inclusión e igualdad de género, pero también de perseverancia, tenacidad y superación.

El pasado 21 de noviembre (miércoles) fue la protagonista de un hito en el país al movilizar hasta el puerto de Santa Marta un tren con 15 contenedores cargados con 4 mil sacos de café (450 toneladas), hecho que marcó la recuperación del modo férreo como parte de la estrategia de transporte multimodal, ausente por 20 años en Colombia.

Fue la vicepresidenta de la república, Marta Lucía Ramírez la que emocionada, exaltó su tarea manifestándole que “honra a las mujeres” y que entra a formar  parte de ese numeroso  ejército que ponen en alto al género “cada vez que rompen un techo de cristal”.

Con un fuerte abrazo y en medio de aplausos, la vicemandataria del país la felicitó segundos después que bajara del tren.

Le expresó su admiración y le dijo que es un ejemplo a seguir para las mujeres, que “se deben preparar  para que participen del mercado y la economía, que sean emprendedores y que no hayan sitios vedados”.

Ese mismo día, luego del evento en el Puerto de Santa Marta, la fotografía de Emilia Bueno y Marta Lucía Ramírez, juntas, cara a cara, se hizo viral en las redes sociales, siendo portada al siguiente día de varios periódicos del país.

Gran emoción

Despertando apenas de un sueño que nunca imaginó, Emilia recibió a EL HERALDO en su estadio laboral: la empresa C.I.  Prodeco S.A.

En la zona de descargue del tren, con su uniforme, provista de cascos, guantes, gafas y equipo de radioteléfono, alistaba  la locomotora para su partida hacia la mina. Le hizo revisión de aceite hidráulico, agua y frenos. Al tiempo que laboraba,  Camilo Medina Vera, el superintendente de operaciones y su  jefe inmediato, exaltaba su laboriosidad.

 “Excelente empleada; desde que entró a Prodeco mostró  talante y talento, por eso pronto, en un mes quizás, ascenderá a Maquinista 1”, comentó.

Durante una pausa en su actividad y luego de liderar un procedimiento de enganche y desenganche de locomotora, Emilia contó que las palabras de la Vicepresidente y de la Ministra de Transporte la hicieron sentir más orgullosa de lo que hace.

“Me llené de emoción, pero mucho más cuando mis hijas mayores me expresaban su felicidad por lo que en las redes sociales se mostraba y la menor, de 3 años, me decía emocionada ¡mami tá en tevision!”, comentó.

Manifestó que cuando regresó a casa luego de la histórica jornada en la que fue protagonista al mover hacia  el puerto samario un tren cargado con 4 mil sacos de café que fueron  embarcados en La Dorada, Caldas, le dio gracias a Dios por las bendiciones recibidas.

No ha sido fácil

Despojada de vanidades, Emilia Elena Bueno confesó que lo que hoy está viviendo es por su convicción, de que los sueños y metas se pueden conseguir si se trabaja lo suficiente y se tiene perseverancia.

“No importan de dónde vengas, lo que importa es a dónde vas”, asegura.

Dijo que para llegar a donde está no ha sido fácil, para ello ha tenido que sortear obstáculos y derramar lágrimas.

Hace 39 años nació en Santa Marta. Su madre, Iris Devia Blandón es maestra de escuela de zona rural y su padre, Miguel Segundo Bueno,  pescador. Es la quinta hija de nueve hermanos (5 mujeres y 4 hombres). Creció en el corregimiento de Guachaca, al oriente de Santa Marta y en las estribaciones de la Sierra Nevada.

A los 10 años se mudó a Santa Marta a realizar sus estudios secundarios, terminó su bachillerato a los 18 años. 

Un año después formó una familia que dio como fruto tres niñas. Lamentablemente, esta unión se vio empañada por una tragedia ocurrida en el 2005 cuando grupos armados al margen de la ley desaparecieron a su esposo Duberney Rojas Velásquez, dejando a Iris Camila de 6 años, a Ana María de 3 años y a Michelle de apenas unos meses.

Cabeza de hogar

Pasado el tiempo y aún con el corazón arrugado por el duro golpe,  en 2006, realizó un curso de vigilancia el cual le permitió iniciar su vida laboral como guarda de seguridad de la empresa Colvisec, en ese entonces contratista de Prodeco S.A.

En esta labor duró dos años, tiempo en el que se dio a conocer en la empresa como una empleada responsable. Por esto y por sus ganas de salir adelante realizó un nuevo curso, esta vez como auxiliar de tren en patio, en el que también se destacó como excelente alumna, mostrando su talante para realizar una actividad que hasta el momento era exclusiva para hombres.

Terminado el curso, tuvo la oportunidad de ingresar a la empresa  que en ese momento requería personal para su creciente operación de Ferrocarril.

En 2008 es contratada como Auxiliar de tren en patio y en 3 años asciende a ayudante de línea principal. En la actualidad se encuentra realizando prácticas como Maquinista 1 para obtener otro ascenso.

En el 2014  encuentra el amor en Luis Rafael Steban, un escolta, del cual nace otra hermosa niña llamada Luisana. “Llegó a mi vida para brindarme más seguridad. Es mi complemento”, anotó.

Sus tres hijas mayores crecieron y son sus ejes. Hoy, Iris Camila tiene 20 años y es modelo profesional radicada en Milán, Italia; Ana María está a punto de terminar el bachillerato y quiere iniciar su carrera profesional como piloto de vuelos comerciales. Michelle tiene 15 años y cursa octavo grado, pero le apasiona el fútbol.

Emilia Elena Bueno Devia, es de las que cree que  un sueño no se hace realidad mágicamente: se necesita sudar, determinación y trabajar duro.

“Todos nuestros sueños se pueden hacer realidad si tenemos el coraje de perseguirlos”, precisó.

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