Magdalena

En video | El ‘ejército’ de la miseria no da tregua en Tasajera

Este corregimiento del Magdalena sigue sumido en la pobreza y el abandono estatal, pese a que en agosto del año pasado entidades oficiales anunciaran una intervención social contra la pobreza luego de  varios reportajes de EL HERALDO sobre la crisis humanitaria “La atención solo duró un día”, aseguran sus habitantes.

Catorce meses después de que el Bienestar Familiar encabezara el “ejército social” de varias entidades oficiales para luchar contra la pobreza en Tasajera, luego de que EL HERALDO publicara el 22 de abril de 2018 el reportaje “La miseria eterna de Tasajera”,  que daba cuenta de la debacle social y económica de esta población del Magdalena, las cosas allí no han cambiado para nada. Incluso, se puede afirmar sin tapujos que han empeorado.

El jueves, en una nueva visita de los reporteros de esta casa editorial, encontramos que el corregimiento, en jurisdicciónde Puebloviejo, sigue sumida en la miseria y en el abandono estatal, como lo ha estado a lo largo de varias décadas.

La entrada de este corregimiento de 10.000 habitantes, con un índice de pobreza del 96 por ciento, está rodeada de centenares de montañas de basura y todo tipo de desechos acumulados a ambos lados de la vía.

Miseria humana. Basta echar un vistazo a sectores como Adonay, asentamiento levantado a un lado de la carretera, para comprobar la verdadera y triste miseria humana: los ranchos se levantan de madera y plástico, y permanecen rodeados de aguas negras porque no cuentan con un servicio de alcantarillado.

El otro clamor de los habitantes es por la falta de agua potable. Actualmente les toca instalar tanques plásticos enfrente de sus casas para esperar el carrotanque que se la vende a diario, porque el bombeo es de apenas una hora semanal.

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“Son 40 minutos recibiendo agua sucia, negra. Y los otros 20 es cuando llega la limpia, la que escasamente alcanzamos a recoger. Pero eso sí, la factura no falla, y alta”, dice en tono molesto Bryan Ruiz Cabello, residente en la calle 6 entre carreras 6 y 7, barrio La Gloria.

 

Una usuaria aguarda a que le vendan agua en el carrotanque que a diario recorre los sectores de Tasajera.

A Ruiz lo interrumpen Orlando Orozco Márquez y ‘Juancho Plinio’, dos vecinos que se trenzan en una discusión sobre el tema del bombeo.

“Pero cómo vas a decir que tenemos agua, si el encargado del acueducto pasó ayer y nos dijo que hoy bombearía y eso no pasó”, le señala Orozco, a lo que su interlocutor le responde que el servicio domiciliario es programado por sectores. 

En Nuevo Horizonte, otro barrio del corregimiento, un veterano pescador empieza a cargar en baldes el agua que acaba de comprarle al carrotanque.

“Tengo 80 años, soy nacido, bautizado y criado en Tasajera. Y toda la vida he arreado agua”, confiesa Rafael Rodríguez.

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También se queja porque no hay oportunidades laborales para los más jóvenes que se han preparado, como el caso de su hijo Rafael Enrique. “Si no es en la Alcaldía o en el puesto de salud, no se consiguen buenos trabajos”, asegura.

Astrid Rodríguez, una de sus siete hijos, critica la facturación alta en una población con servicios deficientes. “Si nos queremos abastecer de agua, hay que comprarla. Y encima, los apagones son diarios. Ya hemos sufrido con los electrodomésticos porque se dañan”, se lamenta.

A dos cuadras, María Rodríguez Cahuana también aguarda el carrotanque que al mediodía recorre la calle 7 con carrera 8.

“El tanque pequeño vale 1.800, y el grande 2.800 pesos. Y encima, hay que comprar agua en bolsas para cocinar y beber, porque la que nos venden es salobre”, reclama airada.

A su lado, Delfa Navarro Fuentes, oriunda de Puebloviejo pero con más de 20 años en Tasajera, se queja por la cascada de promesas de los candidatos a las diferentes corporaciones que los han visitado en las últimas semanas.

 

Herman Acosta distribuye a diario agua en bolsas entre los pocos comerciantes del corregimiento. Lo hace de 6 a.m. a 10 a.m.

“Nos prometen agua, luz, educación, mejor dicho, nos dan un dulce y con eso tenemos. Por eso no quiero nada con políticos”, dice.

Lo que afirma Delfa es fácilmente comprobable con solo recorrer las calles de la población: vallas, pasacalles y afiches de propaganda política inundan todos los rincones del corregimiento.

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“Esa plata en publicidad la hubieran invertido acá en otra cosa”, plantea el líder comunal Javier Marino Meléndez, residente en el asentamiento Adonay, en el que se concentró el “ejército social” el 3 de agosto del año pasado.

 

“Esa brigada social fue flor de un día, estábamos contentos, pero no volvieron
La acumulación de basuras en el corregimiento es un grave problema ambiental para los 10.000 habitantes de Tasajera y la Ciénaga Grande que los bordea.

En opinión de Marino, Tasajera “ha seguido lo mismo, nunca volvieron a hacer nada. El pueblo ha echado para atrás”, asegura.

“Eso fue flor de un día porque no estamos igual, estamos peor”, afirma Peggys Ariza, en señal de que allí pareciera no haber futuro para sus habitantes.

De esa brigada recuerda que atendieron a los vecinos de Adonay. “Estábamos contentos porque nos apoyaron, pero de eso hace un año y no han vuelto”, añade.

Para el presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio La Gloria, Enrique Maldonado López, con el reportaje de EL HERALDO la Nación se “pellizcó. Pero todo solo fue un día porque los niños que identificaron como desnutridos siguen igual. De ahí para adelante, todo es negativo”.

Orlando Orozco y ‘Plinio Juancho’ discuten sobre la programación del bombeo por sectores. “Al barrio La Gloria debía venir hoy y no fue así”, reclamó Orozco.

Luego de esa ‘toma’ el director del ICBF regional Magdalena, Joaquín González Iturriago, reveló que fueron en total tres días de atención en Tasajera durante los cuales fueron atendidos 387 familias colombianas y 10 venezolanas; 340 niños de 0 a 5 años, 371 niños y adolescentes de 6 a 17 años, 380 mayores de 18 años, y 34 mujeres gestantes. 

El problema de Tasajera —añade— es cultural. Se han acostumbrado a convivir con un ambiente malsano. Por eso pondremos en marcha el programa ‘Mi Familia’, que busca involucrar al entorno familiar con pautas de crianza.

Se refirió a los nuevos gobernantes que serán elegidos este 27 de octubre para que, antes de inscribir el Plan de Desarrollo, se dejen acompañar del ICBF para orientar la política pública de primera infancia.

 

La población está rodeada de avisos de los diferentes candidatos de Alcaldía, Concejo y Gobernación.

En Tasajera, lo más nuevo es el único colegio que está en construcción y que debe estar listo a finales de este año. Y un parque con cancha sintética inaugurados en el 2018 en medio de críticas de algunos sectores por la inversión: $350 millones en un pueblo con múltiples necesidades, como por ejemplo, el mejoramiento del centro de salud

250 bloqueos por luz

Los constantes racionamientos a que se ven sometidos los tasajereños a diario, los ha llevado a tomarse los reclamos a Electricaribe por las vías de hecho: 250 bloqueos de la Troncal este año reflejan el malestar de los usuarios.

“La luz va y viene. Con esa vaina se me dañó una nevera. ¿Y quién la va a pagar?”, reclama Dominga Orozco Rodríguez, una anciana de 80 años.

Esta madre de 9 hijos, con nietos y bisnietos cuyo número ya perdió, se une al clamor de sus paisanos: Tasajera está “abandonada a su suerte”,  repite.

 

“La luz va y viene. Con esa vaina se me dañó una nevera. ¿Y quién la va a pagar?
El único colegio de Tasajera está casi listo. Los niños están recibiendo clases en viviendas aledañas.

La mujer, que en su juventud vivió de hacer fritos, cocadas y peto que le enseñó a hacer su tía Guillermina Rodríguez, sostiene que pese a que las calles están invadidas de avisos de candidatos políticos, “yo voto por el que quiera, porque algunos sí han hecho, pero muy poco”, dice, sin soltar las arepas que les lleva a sus nietos Anderson y Nairobis, con quienes vive. 

Peggys Ariza, una de las hijas de Dominga, también se refiere a los apagones constantes. Asegura que le sobran los deseos de protestar cada vez que quedan sin energía.

“Debemos proteger a nuestros niños y ancianos, que son los que más sufren”, señala, al referirse a los operativos del ESMAD para dispersar los bloqueos en la Troncal del Caribe.

 

“Yo voto por el que quiera, porque algunos sí han hecho, pero muy poco
La factura del agua y del aseo es alta teniendo en cuenta la deficiencia en la prestación del servicio.

“Tenemos un transformador que nos regalaron, pero no tenemos la plata para ponerlo a funcionar, estamos ‘enganchados’ de Nuevo Horizonte”, sostiene, mientras señala los postes y el cableado de su sector Adonay.

El personero de Puebloviejo, Jorge Pérez, sostiene que solo en agosto se registraron 30 bloqueos por energía, es decir, uno por cada día en el mes.

También asegura que una cuadrilla de Electricaribe permanece de turno en la sede de la estación de Policía de Puebloviejo, para atender cualquier eventualidad que se presenta por las permanentes fluctuaciones de voltaje.

 

“250 bloqueos por cortes de energía se han registrado este año en Tasajera
Un habitante del barrio La Gloria revisa el tanque de agua que acaba de comprar.

Inversiones

La gobernadora (e) del Magdalena, Norma Vera, explica que el Programa de Normalización de Redes Eléctricas, Prone, contempla mejorar las deficiencias de energía para 3.500 familias de las 5.000 que hay en Puebloviejo, aproximadamente el 70 por ciento de la población. 

Edwin Granados Grandet, gerente de Electricaribe en el Magdalena, manifestó que el costo del proyecto supera los $12.000 millones, que ya está viabilizado en el Ministerio de Minas y Energía, y que se encuentra en la fase de asignación de recursos.

Explicó que se pretende cambiar la infraestructura eléctrica (que hoy es artesanal) con postes nuevos, cableados y crucetas, entre otros.

 

Un niño del sector de Adonay en una de las calles destapadas.

Según el funcionario, a solicitud del municipio, Electricaribe estructura y diseña el proyecto y lo presenta al Gobierno nacional. 

Reconoce que los problemas se generan porque las redes fueron construidas “sin autorización”, como es el caso, por ejemplo, de Tasajera y poblaciones vecinas como Palmira e Isla del Rosario.

Pesca y basuras. La Ciénaga Grande, que rodea a este corregimiento, tiene graves problemas ambientales por la acumulación de basuras y la falta de alcantarillado de las poblaciones aledañas. Así es el caso de Tasajera.

Alberto Prieto, director de la Fundación Juntos Construyamos Ciudad, asegura que los desechos que rodean a la población se deben, en gran parte, a la falta de cultura ciudadana.  “Si no tomamos conciencia de entregar la basura al carro recolector, ¿en dónde la arrojamos? A la carretera, a la playa, la entierran o la queman. Y todo es por no pagar los 3.000 o 4.000 pesos que cuesta el servicio”, asegura.

Agrega que el abandono de Tasajera es también por falta de voluntad de los políticos a lo largo de muchos años. “La única fuente de empleo es la Ciénaga Grande —que se la están robando los terratenientes—, además de la crisis ambiental”.

Enrique Maldonado, vicepresidente de la Federación Departamental de Pescadores, que agrupa a al menos 2.000 afiliados, revela que la situación para el gremio es crítica.
“El principal generador es la pesca, pero estamos en crisis por la contaminación de los cuerpos de agua. Y encima, no tenemos herramientas para trabajar”, confiesa. Quienes se dedican a la pesca en este corregimiento sumido en la pobreza, tienen que pagar 10.000 pesos diarios por el alquiler de la canoa.
Maldonado dice que los pescadores requieren del apoyo del Gobierno nacional para seguir en el oficio.

“Necesitamos herramientas como botes adecuados y motores. Es difícil encontrar un pescador que sea propietario de una lancha cuyo valor es de unos 18 millones de pesos.

¿Qué pescador tiene esos recursos para comprarla?”, pregunta molesto.

También critica el manejo de la Corporación Autónoma Regional del Magdalena. “Está politizada porque reciben dinero por sobretasa ambiental, pero esos recursos no benefician a los pescadores que están en la miseria”,  asevera.

 

 

Enrique Maldonado reclama atención para Tasajera, en especial de los pesca, la principal fuente de empleo de sus habitantes.
“La única fuente de empleo es la Ciénaga Grande —que se la están robando los terratenientes

“No hay futuro”. A  varios metros de Maldonado, un grupo de hombres regresa de su faena diaria. “Cogimos 7 kilos de pargo, otro poco de cachúa y una langosta”, cuenta Jhonny Lasso Maldonado, de 23 años.

Confiesa que cursó hasta noveno grado y que luego se fue al Ejército. “Hice un curso de vigilancia privada, pero no he conseguido trabajo”, sostiene.

A su lado, Pedro Reales, pescador de 55 años, tampoco es muy optimista sobre el futuro de las nuevas generaciones de Tasajera. “Terminan de estudiar el bachillerato y no hay más oportunidades. Tienen que aprender a pescar. No salen bandidos porque los viejos no nos enseñaron eso”, apunta.

Pedro Reales revisa la pesca del día. “Nos fue bien”, aseguró.
“Todos los políticos dicen lo mismo, pero esto no cambia, ni va a cambiar

De las promesas de los políticos de turno, asegura que desde niño está escuchando lo mismo. “¿Qué futuro nos espera con esos alcaldes? Aquí el futuro es llevar a los hijos al mar o a la ciénaga para que pesquen porque no lo podemos dejar morir de hambre”, añade Reales.

Para Lasso, lo único que hacen los jóvenes de su generación es pescar. “No hay nada más”.

Cuenta que muchos de sus compañeros de colegio se dedican al mototaxismo. 

“El futuro nuestro es el mar y la ciénaga. Todos los políticos dicen lo mismo, pero esto no cambia, ni va a cambiar”, dice con un dejo de resignación.

Al fondo, varios carteles de candidatos adornan una de las paredes de la casa. “Serán otros cuatro años iguales para Tasajera”, sentencia Jhonny, mientras alista la carnada del dia siguiente.

 

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