Cuarentena hizo que artista exhibiera sus esculturas religiosas en la reja de su casa
Luis Ávila vive en el barrio La Paz de Santa Marta y pide "buscar a Dios, hoy más que nunca".
Tallador de imágenes religiosas, restaurador de altares y de puertas de iglesias, Luis Rafael Ávila Martínez, guamalero de nacimiento, pero samario de corazón, desde su casa del sector ‘Chanachito’, del barrio La Paz, de Santa Marta, hizo una exposición sacra muy original en la Semana Santa.
Debido a la cuarentena el proyecto de exhibir en la Catedral o en un museo de la ciudad varias imágenes de Jesucristo, esculpidas en madera, las colgó en la reja de su casa para que la observaren los contados parroquianos que esporádicamente transitan por la calle.
"Hago esta exposición por la devoción de mi iglesia católica, mas no por algún interés económico", anotó.
Añadió que en esta situación que vive el mundo por la pandemia del COVID-19 "a Dios hay que buscarlo más que nunca".
Las esculturas elaboradas, en su gran mayoría en madera de cedro y caracolí, se denominan:
'La Humillación', 'EL Nazareno', 'Padre Mío', 'La Dolorosa', y un cristo surrealista en volumen, entre otras, forman parte de la exhibición.
Experiencia
Tiene 72 años y su arte lo heredó de su padre, que además de escultor fue músico.
La obra del maestro Luis Rafael Ávila se ha extendido por el Magdalena y La Guajira.
Fue quien talló las puertas de la iglesia de Guamal y de otros famosos templos como el de los municipios de El Piñón y El Retén, en el Magdalena, y de Albania, en La Guajira. También fue restaurador del altar de la iglesia Santa Bárbara, de Mompox, en Bolívar.
En Santa Marta realizó exposiciones itinerantes en las calles, mostrando su obra con sentido religioso.
Hace 3 años, con ocasión de los Juegos Bolivarianos, realizó una exposición sobre Simón Bolívar.
Asegura que fueron unas palabras de Luis Carlos Galán las que lo motivaron a abrirse horizontes en la ciudad y salir de su pueblo.
Comenta que el entonces candidato presidencial le dijo al momento de regalarle un cuadro en el que plasmaba su rostro: “¡Muchacho, ¿y tú qué haces escondido aquí?!”.
“Fue ese el empujón que necesitaba para salir de mi tierra, a la que adoro y añoro con nostalgia”, precisó.
