Abren 23 canales laterales para recuperar mangle de la CGSM
Es una prueba piloto iniciada por Corpamag en mayo.


Es una prueba piloto iniciada por Corpamag en mayo.
Con la apertura de canales, laterales a los principales, en la Ciénaga Grande de Santa Marta se puso en marcha un plan piloto para reverdecimiento y crecimiento del mangle, como elemento esencial en la protección del ecosistema.
Con esto, según la subdirectora técnica de Corpamag, Karen Forero, “aumenta la conectividad hídrica y reduce la salinidad mejorando las condiciones ambientales y favoreciendo la regeneración natural”.
“Es una medida complementaria a las labores de dragado que se vienen efectuando de manera periódica en el complejo lagunar”, precisó la funcionaria.
A la fecha un total de 23 canales o ‘espinas de pescado’ (como coloquialmente le llaman) han sido construidos en 15 kilómetros de la margen izquierda aguas abajo del caño Clarín Nuevo, priorizando la zona del kilómetro 13 al kilómetro 22, debido a que es el sector con mayores índices de salinidad.
Tienen longitudes variables que pueden llegar hasta los 100 metros y son de forma meandrica o curva, situación que es definida por el mangle existente en la zona. Poseen un ancho mínimo de un metro y cuenta con un nivel de profundidad promedio de 70 centímetros.
La funcionaria de Corpamag señaló que en los puntos donde se han culminado los canales o ‘espinas de pescado’, ya se observan resultados de regeneración natural de bosque de manglar, gracias a los procesos de inundación.
El proyecto se inició en mayo pasado, pero un diagnóstico final sobre el total del mangle recuperado se daría en diciembre, luego que el Invemar haga el trabajo correspondiente.
La ciénaga
La Ciénaga Grande de Santa Marta (CGSM) es la laguna costera más importante del Caribe colombiano. Es un ecosistema estratégico para la conservación de la biodiversidad mundial, declarado Reserva de la Biosfera y Sitio Ramsar.
Sin embargo, la Ecorregión del Complejo Lagunar ha sufrido un proceso de degradación del sistema, principalmente desde 1956, como consecuencia de la construcción de dos carreteras, ocasionando una variación de las condiciones hidráulicas del sistema, debido a la interrupción del intercambio hídrico entre el río Magdalena y las zonas de inundación y entre estas y el mar.
Esto ha traído como consecuencia –según Corpamag– “la hipersalinización de ciertas lagunas y de los suelos en algunos sectores y por consiguiente la muerte de extensas áreas de manglar”.
“También el incremento de sedimentos, una drástica disminución del recurso pesquero y el aumento consecuente de los niveles de pobreza de las comunidades pesqueras”, puntualizó la subdirectora técnica del ente ambiental Karen Forero.