Los ‘falsos expertos’ gracias a la tecnología
No falta el ingenuo que cree que por usar Instagram ya es fotógrafo. No falta el tonto que cree que grabar un vídeo en su novedosa cámara equivale a ser un erudito realizador audiovisual. No falta el iluso que sienta que por tener un blog o una cuenta en Twitter ya es todo un gurú o un periodista.
Si bien es cierto que la tecnología facilita el acceso a herramientas que estimulan la expresión y la creatividad, se ha creado la noción equivocada que el simple acceso ya es igual a una gran experiencia en una profesión, actividad o tema. No es cierto y esta idea tan errada no merece subsistir más.
Aplaudo que la tecnología le permita al que tiene potencial y talento dar a conocer lo que le gusta hacer. Con el auge de las redes sociales, por ejemplo, muchos han llegado a pensar que los fotógrafos, camarógrafos, periodistas y demás profesionales relacionadas no son necesarios. Todo lo contrario, ni el talento ni la experiencia se improvisan y es totalmente insultante pensar que una simple herramienta hace de alguien ‘experto’ en cualquier cosa. En estas profesiones, así como en cualquier otra, se requiere de capacitación, dedicación, disciplina y experiencia.
Esto no significa que la curiosidad y las ganas de aprender deban echarse a la basura, sino que se debe ser humilde y no se debe demeritar a quien hace este trabajo como forma de vida y no como un simple pasatiempo. La magia de la tecnología yace en el amplio espectro de actividades que alguien descubre gracias a medios tan poderosos como Internet. Pero hay que guardar las proporciones: una herramienta sirve como medio facilitador para canalizar ideas, más no hace de quien lo use un experto en un área.
Creer que un medio, como lo es una red social, un blog o una herramienta, hace de alguien un experto es quizá una de las ideas tácitamente difundida a través de una red social que no debe seguir perpetuándose y que no refleja el arduo trabajo que muchos han realizado para tener un prestigio y estatus como profesionales.
Cualquiera puede tener un blog, tener Twitter y usar Instagram, todo a la vez y con una sola mano, pero esas herramientas no lo hacen experto. Depende de cada quien trabajar arduamente para lograr una obra maestra sin creer que es suficiente logro solo por estar en línea y disponible para el mundo entero. Hay que esforzarse, practicar y aprender para lograr contenidos de altura que sirvan para inspirar y no para confundir.
Angela Bohórquez
Productora web
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