El Heraldo
Dos hombres caminan por un tramo de la línea férrea deteriorada en el tajamar. Giovanny Escudero
Barranquilla

Alerta por rompimiento en tajamar de Bocas de Ceniza

Cormagdalena atribuyó el deterioro a la pérdida de materiales granulares por efectos de corrientes del río Magdalena. Anuncian trabajos de rellenos.

Las rupturas que registran cuatro puntos del tajamar occidental de Bocas de Ceniza han encendido las alarmas entre turistas y caseteros de las playas de Puerto Mocho. Algunos expresan que han alertado infructuosamente sobre la situación en varias ocasiones, mientras otros se atreven a asegurar que los rieles no están aptos para funcionar. Incluso, advierten que las autoridades no han atendido sus llamados.

Después de realizar una inspección por el área afectada, el subdirector de Desarrollo Sostenible y Navegación de Cormagdalena, Holbert Corredor, sostuvo que el deterioro se ha originado por la pérdida de materiales granulares (partículas macroscópicas sólidas) y por el “efecto de las corrientes” del río Magdalena.

El ingeniero afirmó que la situación “no compromete” la estructura del tajamar, precisando que el dique está compuesto por rocas que pueden llegar a pesar entre 5 y 15 toneladas que, según su criterio, “garantizan la estabilidad” del terreno.

En algunos tramos –dijo- el material superficial que sirve de soporte a los rieles está “parcialmente desgastado” por el tiempo de uso. “En esos puntos vamos a estar supervisando porque es necesario rellenarlos”, aclaró el ingeniero.

Asimismo, el funcionario acotó que el boquete ha generado preocupación entre las personas que frecuentan ese sector turístico, pero quiso enviar un mensaje de tranquilidad al aseverar que la estructura que divide las zonas marina y fluvial “está cumpliendo su función” sin inconvenientes.

Otra zona afectada por pérdida de material granular.

Corredor detalló que entre las rocas que componen la protección del área se debe realizar un relleno de aproximadamente 1,5 metros para garantizar el soporte de las traviesas sobre las que se apoyan los rieles.

No obstante, advirtió que la dificultad radica en que se encuentran a una distancia amplia, lo que complica el traslado de materiales hasta la zona. A pesar de eso, aseguróque la corporación “va a planificar y cuantificar” pormenores de la situación para proceder con la ejecución de las obras de protección.

Respecto a la dimensión de las rupturas, el ingeniero de Cormagdalena señaló que son de aproximadamente 2 metros de longitud cada una y que “se ha perdido un metro y medio del material superficial de relleno.

Aunque no precisó el precio de los trabajos de reparación, Corredor señaló que las obras no son de “altos valores” y agregó que la clave estará en hacer llegar las herramientas necesarias a la zona afectada.

“La movilización de equipos, por la distancia, es lo más dispendioso. Pero la cantidad del material necesario para atender esa situación es mínima”, concluyó.

Licitación para mantenimiento de espolones está abierta

El proceso de licitación cuyo objeto está basado en el mantenimiento de los espolones 1 y 2 adosados al tajamar occidental y del dique direccional del canal navegable de acceso al Puerto de Barranquilla ya está abierto.

Luis Álvaro Mendoza, director de Cormagdalena, afirmó que la adjudicación se realizará el próximo 26 de julio. Al respecto, informó que once firmas a nivel nacional se presentaron en el concurso para ganar el contrato, que está tasado en $1.950 millones.

Con base en los estudios y documentos previos que ha dado a conocer Cormagdalena, será responsabilidad del contratista seleccionado realizar un examen cuidadoso de las características, incluyendo los estudios, diseños, evaluaciones y verificaciones de acuerdo con las condiciones que presenta la zona a intervenir.

“El cuerpo de ambos espolones se ha mantenido a través del tiempo, sin embargo, las puntas o extremos de ambas estructuras son las que más han resistido las fuerzas de la corriente del río y por tanto se han ido deteriorando y acortando en su longitud, desde que fueron construidas en 1930. A pesar de esto, aún siguen funcionando hidráulicamente, es decir, evitando que las líneas de corriente incidan directamente sobre la estructura del tajamar occidental y puedan socavarla”, reza el documento.

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