Polémica en vecindario por construcción de ‘rascacielos’
Las ventanas del edificio Socorro no dejan de sonar durante todo el día por efectos de la ‘lluvia’ de mezcla de cemento, arena y agua que dejó pintadas en los vidrios grandes gotas grises y ya solidificadas que dan un aspecto sucio y descuidado.Este fenómeno poco usual que ocurrió en esta edificación obedece a los efectos de la construcción del edificio Grattacielo, ubicado en la carrera 58 con calle 81 esquina al lado del Socorro, y que con sus 39 pisos se convertirá en el más alto de la ciudad.Sus residentes, cansados de soportar constantes perjuicios gracias a los materiales de construcción que caen desde las alturas, denuncian que la ejecución de esta obra se está desarrollando sin las medidas de protección y seguridad necesarias para una edificación de esta magnitud.Zulma Botonero, administradora del edificio Socorro, asegura que los residentes del edificio y de las viviendas aledañas se sienten en riesgo y expuestos al peligro que representa la caída de escombros, polvo, cemento, láminas de zinc, restos de mezcla y hasta de estibas que llegan arrastradas por la brisa hasta los patios, terrazas, piscinas y puertas vecinas.“Uno no sabe en qué momento puede caerle una piedra en la cabeza o a un vidrio de su carro al salir. El ruido de los equipos de construcción nos afecta todo el día y la gente no puede ni abrir sus ventanas porque, algunas están ya pegadas por el cemento que ha caído, y otras porque dejan entrar demasiado polvo. Es insoportable”, afirmó. La Administradora agregó que le enviaron hace dos semanas una carta a la constructora y a la Secretaría de Control Urbano y Espacio Público, para presentar la queja formal del problema. Sin embargo, sienten que nada ha surtido efecto y la situación sigue igual.“La constructora ha enviado personal de la obra para que limpie las terrazas y las ventanas, pero para los residentes eso no es suficiente. Lo que pedimos por las vías del diálogo es que respondan económicamente por los daños”, indicó.De acuerdo con el ingeniero residente de la obra, Otoniel Mancilla, la constructora está dispuesta a responder por los daños causados a las viviendas vecinas lo más pronto posible. “Estamos esperando que se establezcan unos parámetros y protocolos para poder atender las quejas de los afectados. Hemos cumplido con todas las medidas de protección y, a lo que se nos ha salido de las manos (por el tema de la fuerte brisa), le hemos ofrecido disculpas a los vecinos y le hemos buscado solución”. También indicó que en próximos días instalarán una malla que protegerá al edificio, la cual se ha demorado en llegar por retrasos del proveedor.A su turno, el secretario de Planeación Distrital, Miguel Vergara, sobre el tema dijo que la constructora tiene todas las pólizas que, ante cualquier daño ocasionado a terceros, responderían. Agregó que frente a los inconvenientes que ha tenido la obra debería revisarse si se están cumpliendo con las normas de convivencia de la zona. Por su parte, la Secretaría de Control Urbano y Espacio Público prometió visitar el sector para verificar si están cumpliendo con todos los requisitos que exige la licencia de construcción.
