
A 48 horas de que se empiecen a aplicar comparendos sancionatorios a los infractores del pico y placa para vehículos particulares la discusión sobre la necesidad de la medida sigue abierta.
Frente a las voces de oposición que han surgido a la medida el secretario de Movilidad Distrital, Alfredo Piñeres, dijo en entrevista exclusiva a EL HERALDO que muchas veces los dirigentes gremiales han venido lanzando opiniones de forma ligera sobre el pico y placa sin tener conocimientos profundos. “Cuando nos muestren sus estudios nos podemos sentar a dialogar. Es muy fácil criticar desde un escritorio”.
Piñeres dice que estudios realizados determinaron puntos críticos como la carrera 51 B, la carrera 53, la calle 72, carrera 44, carrera 43, calle 76, calle 30 entre las carreras 38 y 46 y la calle Murillo, entre otras, a diferentes horas del día estaban generando caos en el desplazamiento.
Además el funcionario indicó que antes de que arrancara la medida el 40% de las 250 de las intersecciones semafóricas estaban saturadas. “Se armaban colas, represamientos viales y había que esperar 4 o hasta 5 veces para pasar en una hora pico.
Ahora se redujo entre el 12% y 17%, dependiendo de los dígitos finales de la placa de los vehículos”.
Beatriz Vélez, del Comité Intergremial del Atlántico, afirma que contrario a lo que dice el secretario de Movilidad ellos sí tienen estudios de lo qué se necesita para manejar la movilidad en la ciudad. El problema, para ella, es que antes que se adoptara el pico y placa nunca se les socializó ni se les compartieron los referentes técnicos que permitan decir si está funcionando o no la medida.
“La percepción que tenemos es que el flujo vehicular sigue siendo igual, por eso, seguimos pensando que la medida definitivamente no se necesita”, explicó Vélez.
Horacio Brieva, director de Protransparencia, dice que es grave la forma como viene reaccionando el secretario de Movilidad frente a la crítica ciudadana y especializada. “Asombra la grosería que usa para descalificar diciendo que es fácil criticar desde
los escritorios. En cambio, no le hemos escuchado refutar a quienes en la ciudad –como el ingeniero Víctor Cantillo– han demostrado técnicamente, y con abundantes ejemplos, la inutilidad de esa medida”.
Brieva agregó que los problemas de esta ciudad no se solucionarán mandando a callar con inaceptables gestos de prepotencia. “Ese estilo de gerencia pública no favorece la deliberación y los acuerdos. Y podría conducirnos a innecesarias confrontaciones”.
Por Rainiero Patiño