
¿Será que el Niño Dios viene aquí?, pregunta preocupada Eslait Carolina Ávila Mejía, de 12 años, una niña especial de Manatí que está albergada en el colegio La Normal de la localidad, desde hace tres semanas, cuando la población se inundó a causa del rompimiento del Canal del Dique. Ella camina presurosa detrás de la coordinadora de Primera Infancia, Raquel Sagbini, a quien le lanzó su interrogante. Y es que a Eslait Carolina como a cientos de niños damnificados, lo que más les inquieta en este momento es si el Niño Dios llegará a los albergues donde ellos se encuentran. Con su inocencia dice: “Es que no se si el Niño Dios sabe que mi casa se inundó y que ya no estoy ahí”. Raquel desconcertada solo atina a decir que Si. “Claro que vendrá, él sabe donde estas tú”. ¿Qué es lo que quieres que te traiga?, pregunta. “Una muñeca”, responde de inmediato Eslait Carolina. Eso fue lo que motivó a la Gobernación del Atlántico a emprender una campaña entre las empresas de la ciudad para conseguir el mayor número de juguetes con el fin de que el Niño Dios llegue a los más de tres mil niños que se encuentran en los diferentes albergues del Departamento. La campaña la lidera la secretaria de Educación, Lilian Ogliastri, quien además está preparando una serie de actividades recreativas que se realizarán el 24 de diciembre. Hasta el momento hay 1.500 regalos, y siguen tocando puertas para alcanzar la meta de 3 mil regalos con el fin de que ningún pequeño se quede sin su detalle del Niño Dios. Según el censo de damnificados, hasta el momento se han contabilizado 2.300 niños menores de 5 a 17 años y 472 menores de 5 años, pero la cifra tiende a crecer. Valeria Encinales, de 15 años, hija de la secretaria de Educación, cuando vio las cajas de juguetes que han recibido en donación, le dijo a su mamá que los regalos no se podían entregar así, que tenían que ir empacados para no romper con la magia de la Navidad. Así que desde hace una semana junto con Caroline De la Cruz, de 12 años, hija de su nana, se dedican a empacar con papel de regalo, muñecas, balones, carritos, raquetas, sonajeros, cascabeles, set de comida, set de maquillaje, set de limpieza, bolos, bates, en fin una gran variedad de juguetes para diferentes edades. Valeria ha dejado todas sus actividades a un lado para dedicarse a esta causa, porque quiere que los niños damnificados tengan una Navidad feliz. “Que reciban regalos igual que todos los demás niños, que no sientan que porque sus casas se inundaron el Niño Dios los olvidó”. Igual piensa Caroline, quien señala que ya han empacado cerca de 500 regalos que han organizado por género y edades. El propósito es que el 24 de diciembre todos estos niños reciban su regalo y tengan un día lleno de alegría y felicidad. Valeria y Caroline hacen un nuevo llamado a las empresas privadas para que sigan donando juguetes, porque aún faltan 1.500 obsequios para cumplir con el sueño de estos niños, cuyas familias lo han perdido todo. Y es que a pesar de la adversidad, los niños siguen siendo niños y lo que más anhelan para esta fecha es que el Niño Dios les traiga un regalo, y que ese regalo sea preferiblemente su juguete soñado. Por Leonor De la Cruz