El Heraldo
La hicotea hace parte de las especies amenazadas que es protegida por las nuevas normas ambientales establecidas en el país, como la Ley 1333 de 2009. José Torres
Barranquilla

Hicoteas, ‘pecado’ ecológico de estos días

CRA ha incautado 88 especímenes esta semana. Consumo en departamentos del Caribe es una tradición culinaria que riñe con los controles de las autoridades.

A pesar de ser una especie amenazada, la hicotea sigue siendo uno de los platos preferidos por muchos en esta temporada de Semana Santa.

A una habitante del barrio Las Delicias, en Palmar de Varela, por ejemplo, esta especie le resulta “el mejor plato que se puede comer en Semana Santa”, pues según ella, su suegra la prepara “deliciosa”.

La mujer, quien prefirió reservar su nombre, dijo que su suegra la compra a los pescadores que la ofrecen y que le venden cinco hicoteas en 20 mil pesos. Lo que le parece barato, ya que, según sus palabra, en muchos restaurantes eso puede costar 40 mil pesos.

La Policía de Tránsito del Atlántico ha incautado, en la temporada de Cuaresma, 88 especies de tortugas hicoteas en el departamento.  El hallazgo más grande fue realizado entre el martes y miércoles, donde los uniformados  incautaron 44 especímenes  que iban ocultos en bolsas de tela, presuntamente destinadas para ser comercializadas en el área metropolitana de  Barranquilla. 

La cifra fue socializada por el sub-intendente Edues Muñoz, jefe encargado del grupo de Protección ambiental y Ecológico del Atlántico. “Sabemos que son especies de procedencia ilegal cuando se les solicita la guía de movilización los dueños  de  estos no lo poseen,  lo que indicia que son animales de contrabando destinados para la venta. Éstas personas, que han sido capturadas en flagrancia, son colocadas a la orden de la Fiscalía bajo el delito de tráfico ilícito y aprovechamiento de los Recursos Naturales”, comentó el funcionario.

Es precisamente el uso que se le está dando a esta especie lo que está fomentando  su extinción en el país, pues su comercialización ilegal ha ido en aumento, es por eso que según la Corporación Autónoma Regional del Atlántico, CRA, se han venido desarrollando una  serie de acciones con el fin de preservar las hicoteas y otras especies de la fauna silvestre  en el Departamento del Atlántico.

“Debido, entre otras causas,  a la caza indiscriminada para el consumo de su carne y huevos que, en muchos casos, ponen en riesgo la salud publica debido a su comercio ilegal”,m señaló la CRA.

El peregrinaje

La hicotea es una tortuga de agua dulce, su hábitat natural suele ser las lagunas, ciénagas y ríos. Es en la época de Semana Santa, donde  la demanda  de la carne de esta especie aumenta y  que suelen ser atrapadas con mayor facilidad debido  al incremento de la temperatura, que hace que sus sitios de hábitat sufran cambios. 

Las hembras son las que mayormente suelen ser cazadas, debido a que poseen más  tamaño (25 centímetros de largo aproximadamente) que los machos y por los huevos que poseen.

Para ser atrapada, los cazadores tienen diferentes métodos. La más común es introducir al agua unas varillas con puntas afiladas que arrojan sobre las cabezas de los animales, técnica que es utilizada para la comercialización de la carne.  Existe otro procedimiento que consiste en incendiar las zonas circundantes a su hábitat para que éstas se movilicen y así atraparlas vivas, algunas veces, con éste procedimiento se busca vender al animal para ser tratada como mascota.

Una vez son atrapadas, las hicoteas son colocadas durante cuatro días dentro de un recipiente sin agua  y sin alimento. Al momento de su preparación las ponen vivas en agua caliente “para que la carne se despegue con más facilidad”, luego se abre y se extrae y es utilizada para la elaboración de diversos platillos: desmechada, guisada y al horno. Según los comensales,  el sabor de su carne es muy parecido al del pollo.

En el caso de la suegra de la mujer de Palmar, comienza a  prepararla con un día de anticipación, para que agarre mejor sazón, dijo. La pone a cocinar viva, la abre y saca la carne que ‘desmecha’, La pone a sofreír con bastantes aliños y queda lista. La acompaña con arroz de coco y ensalada”, comentó la mujer quien tampoco hace reparos en decir que los huevos de la hicotea “son mejor que los de la iguana”, pues, los suele comer revueltos con yuca o bollo limpio.

ANÁLISIS. Necesidad de transformación cultural.

Por: Jair Vega  Sociólogo, profesor del  D. de Comunicación de Uninorte.

En el caso de consumo de animales, hoy en peligro de extinción, es necesario entender que esta es una costumbre de tradición rural, la cual se daba con naturalidad en épocas de abundante fauna y flora, en las cuales su consumo no representaba riesgo alguno para estas especies, pues había espacio y tiempo necesario para su reproducción. Sin embargo, con los procesos de urbanización, el impacto excesivo sobre la fauna y la flora, la deforestación, entre otros, hacen que su consumo ya no sea sostenible, pues estas especies se encuentran ahora en peligro de extinción. Se hacen necesarias, por un lado, transformaciones culturales en los hábitos de consumo de este tipo de especies, tomando conciencia de las consecuencias que para ellas representa, o en los casos en que sea posible, desarrollando procesos orientados a una crianza programada para su reproducción natural y repoblamiento, así como para su consumo, tal como se ha hecho ya con algunas especies.

Lo que señala la norma

“Durante los últimos años es notable el desarrollo normativo que en materia de preservación de recursos naturales renovables se ha promulgado en el país, pues, se han desarrollado diversas alternativas, cuyas acciones se orientan a la conservación y uso sostenible del patrimonio natural; encaminadas especialmente a la atención de la problemática del tráfico ilegal de individuos y/o especímenes. Recientemente se hizo la expedición de la Ley 1333 de 2009 que establece el proceso san­cionatorio ambiental, su decreto reglamentario 3678 de 2010 y la Resolución 2064 de 2010; como la Ley 1453 de 2011 que reforma el código penal. Por otra parte,  la CRA, viene adelantando operativos de control y vigilancia, con el objetivo de  prevenir  la captura, comercialización y consumo de estos ejemplares. Así mismo estos operativos se intensificaran durante los días de la Semana Santa, con el apoyo de la Policía Ambiental del Departamento”.

Mayor consumo de comida ‘criolla’ en el Cesar

Hicoteas incautadas por la Policía Nacional en la Región Caribe.

La Semana Santa se convierte para los animales silvestres, la mayoría en vía de extinción, en un verdadero calvario en Valledupar. Los cazadores los persiguen para venderlos clandestinamente en restaurantes y a particulares, dado que sus carnes son de las más apetecidas en esta temporada.  Iguanas, hicoteas, zainos, conejos y guartinajas son las especies en mayor riesgo en el departamento del Cesar. En un restaurante de comida ‘criolla’ en esta capital, estos animales  son preparados en una variedad de platos cuyos precios varían de acuerdo con la dificultad que se tenga para conseguirlos. Así, mientras una  iguana guisada, especie que se saca fácilmente de su hábitat en los bosques cercanos, cuesta $8.000, otro como el zaino y la hicotea cuesta preparado $15.000 y la guartinaja que está en mayor riesgo de extinción cuesta $20.000.

El director de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Kaleb Villalobos, indicó que en coordinación con la Policía se adelantan controles en las principales vías del departamento, sobre todo las que conducen a Valledupar donde se incrementa el consumo de estas especies.  “Con retenes se busca controlar e incautar la fauna que se caza ilegalmente y se transporta hacia las ciudades. Estuvimos reunidos con la Fiscalía General guiando una estrategia de sanciones para los reincidentes que delinquen con la fauna, para que más allá de los procesos administrativos, también puedan ser judicializados y enviados a prisión”, precisó.

Un plato arraigado a la cultura en Córdoba

La Policía de Córdoba  ha incautado 1.594  animales este año.

El consumo de hicotea durante la Semana Santa está tan arraigado a la cultura cordobesa, que choca cada año con el control policial y las campañas institucionales para evitarlo. Tampoco la maniobra en las redes sociales de decir que su carne causa disfunción eréctil, ha evitado que adorne el plato sabanero en esta época.

Los comerciantes del reptil se las ingenian  para encontrar trochas que los llevan a los centros urbanos donde la clientela espera ‘la presa’ que no puede faltar jueves y viernes santos. Este año, en operativos,  el Departamento la Policía de Córdoba  han incautado 1.594 especímenes de fauna, de las cuales 641 corresponden a hicoteas y el resto corresponde a babillas.

El valor que se maneja en el comercio clandestino por hicotea es de $25 mil o $30 mil las más grandes y $15 mil o $20 mil las medianas y pequeñas.

22 personas fueron capturadas en flagrancia, pero ninguna fue asegurada, aunque se haya tipificado el delito de aprovechamiento de recursos renovables.

El comercio, en gran parte, inicia en la zona rural de San Marcos (Sucre), en inmediaciones de La Mojana, pero en Córdoba existen actividades de caza en lo que queda de los pantanos y ciénagas. El año pasado se incautaron, para esta misma época, 4 mil unidades que fueron liberadas a su hábitat natural por el Centro de Atención y Valoración de la Fauna Silvestre (CAV), de la corporación CVS.

Rafael Espinosa, profesional de calidad ambiental de la CVS, dijo que la captura y consumo de la hicotea sigue siendo ilegal porque es una especie silvestre en vía de extinción, y en esta región no hay zoocría que demuestren que la reproducción se está haciendo bien.

El peligro para la tortuga sigue latente en La Guajira

Plato multicolor con porciones de hicotea guisada.

En La Guajira la tortuga está en peligro de extinción y solo una de mil que nacían llegaba a la edad adulta, hecho que ha cambiado, según reportan, las autoridades ambientales y policivas.

A pesar de todo, el plato de tortuga sigue siendo uno de los más apetecidos en la región norte colombiana, sobre todo en esta época de Semana Santa cuando se lo ofrecen a los turistas.

En Riohacha existen varios lugares en que se venden, algunos de manera clandestina y otros más abiertamente. También se vende muy temprano en la mañana, porque la costumbre es comerla después de una parranda.

Para evitar su extinción Corpoguajira, Conservación Internacional, los Guardacostas y Cerrejón, adelantan un programa de conservación en el que se han liberado hasta el momento unas tres mil tortugas. Se lleva a cabo en los corregimientos de Palomino en Dibulla, Camarones en Riohacha, Mayapo en Manaure y Bahía Hondita en la Alta Guajira.

Es importante conservar la tortuga en La Guajira porque con su extinción se pone en peligro todo el ecosistema natural de esta región, afirma Corpoguajira.

El organismo ambiental informa que gracias a las numerosas campañas se ha disminuido la captura de esta especie, sobre todo en la Alta Guajira, un lugar reconocido como sitio de anidamiento de tortugas marinas.

En La Guajira, se pueden encontrar cuatro de las siete especies de tortugas marinas que hay en Colombia. La Verde (Chelonya midas), Gogo (Carettacaretta), Tortuga Carey (Eretmochelysimbricata) y Tortuga Canal (Dermochelyscoreacea).

En Bazurto, la hicotea de Doña ‘Mati’ es la preferida

                                                                                                                                       Comensal disfruta de  su plato  con entusiasmo en Cartagena.

En el corazón del mercado de Bazurto, principal centro de abastos de Cartagena, cocina desde hace cerca de 20 años doña Matilde Herrera.

La señora ‘Mati’, como la llama su amplia clientela, ofrece en esta época gran cantidad de platos tradicionales, que aunque perseguidos por las autoridades ambientales en algunos casos, se venden en grandes proporciones.   Según Samir Hernández, hijo mayor de Matilde, el más apetecido es el guiso de hicotea. Suele ir acompañado de una buena porción de arroz, generalmente de frijolitos de cabeza negra, por un valor de $12 mil por porción. 

Hernández dice que es consciente del daño ambiental que le atribuyen las autoridades a la comercialización de este tipo de productos pero cree que “es una tradición que tampoco es un pecado”.

Según el hijo de la popular cocinera, debido a los rigurosos controles por parte de las autoridades, es muy difícil conseguir hicoteas en zonas públicas. Estas, generalmente, vienen de poblaciones aledañas, donde se las ingenian para comercializarlas. 

Frente al tema, la Policía Ambiental con el respaldo del Establecimiento Público Ambiental, EPA, decomisaron recientemente 165 hicoteas, 89 iguanas, 40 caracoles ‘pala’ y abundante carne de conejo y venado.  Según el coronel Carlos Rodríguez Cortés, comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena, en la mayoría de los casos se realizaron sanciones pedagógicas. Sin embargo, también se materializaron siete detenciones por la comercialización de especies silvestres en peligro de extinción.

En Sincelejo y Santa Marta, ventas hacen su ‘agosto’

La señora Ana  Portacio elaborando su plato de hicotea.

Ana Portacio Flórez, es una de las más de 10 cocineras del Mercado Público de Sincelejo que históricamente hacen su  ‘agosto’ en Semana Santa. Ocho de cada diez de sus clientes en esta época del año van en busca de hicotea y en menor cantidad tras un plato de guartinaja, ponche, conejo e iguana.

Pese a los controles de la Policía que en esta temporada junto con Carsucre se han incautado de 231 hicoteas, siguen llegando a su negocio aunque más cara y en pequeñas cantidades.

Antes la conseguía a 8 o 10 mil pesos en la actualidad a $25 mil las cuatro patas, por lo que el plato compuesto solo por dos de ellas tiene un valor de $20 mil.  Su preparación es guisada en zumo de coco.

“Esto más allá de la conciencia ambiental, es la tradición, la cultura, siempre en Semana Santa se comen estas especies así como dulces y  el mote de queso”, dijo la mujer que lleva 20 años haciendo ricuras en la cocina.

Estos animales son traídos de San Marcos, San Benito, Caimito y de la subregión Mojana.

En Santa Marta,  Armando Lacera, un ambientalista, dice que hoy, en menos proporción, con control y restricciones y ante la mirada de los entes ambientales, esta carne se sigue consumiendo en Semana Santa. “Los provincianos que viven en las riberas y junto a las ciénagas, han aprendido un poco la lección y hasta cierto punto han tomado conciencia ambiental, pero no han dejado de probar el manjar de la hicotea y la tortuga”, comentó. a Policía del Magdalena reportó que en operativos realizados han decomisado 40 unidades de hicoteas, la mayoría procedentes de Plato. Dos personas han sido capturadas sindicadas de aprovechamiento ilícito de recursos naturales renovables.

 

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