El ‘barco’ soñado por Carrerá en El Prado

En medio de las viviendas del barrio El Prado sobresale la casa de Joaquín Armenta Ferreira, ubicada en la carrera 61 con calle 68. Con 77 años de historia, esta construcción ha ‘visto’ cómo se ha poblado el norte de Barranquilla y cómo el arte y la cultura han abierto espacio en medio del desarrollo tecnológico.

Esta edificación, construida en 1938 , fue diseñada por Manuel Carrerá para vivir con su familia. Los acabados de la casa muestran el legado que el Art Déco ha dejado para las generaciones.

Da la impresión de que en El Prado se haya construido un barco. El techo de la vivienda parece que estuviera en su Popa y la vista hacia el horizonte, donde se puede ver a lo último el río Magdalena.

“Esta vivienda fue hecha por el arquitecto cubano Manuel Carrerá, quien llegó a Barranquilla en los años 30. Él introduce la modernidad a Colombia por Barranquilla con el edificio García, la primera construcción vertical del país, construyó esta casa que es una de las primeras que se realizaron en la ciudad con ese estilo”, dijo Joaquín Armenta Ferreira, médico endocrinólogo, propietario de la casa y quien ha dedicado su vida al estudio de las artes, de la cultura y de la arquitectura.

Características

La vivienda tiene un alto valor histórico y se convierte en un icono del Art Déco de Barranquilla.

“En esta casa se puede respirar un ambiente de naturaleza único en Barranquilla porque Carrerá previó construir una vivienda que aprovechara la brisa que sopla desde el río Magdalena. De manera muy inteligente y con una técnica especial se utiliza la misma naturaleza para refrescar la casa”, dijo.

La edificación cuenta con techos altos y toda la casa está cortada para que el aire penetre hacia todas las habitaciones y se refresque la casa. En el segundo piso, la parte del techo tiene unos túneles para que el aire penetre y se refresque todo el espacio.

“Carrerá se caracteriza por su arquitectura humanística, que pensaba en el confort y el desarrollo del ser humano. Desafortunadamente la arquitectura de hoy solo piensa en cómo aprovechar los espacios para que haya más retribución económica. La construcción tiene espacios grande que le permite a sus habitantes pensar, desarrollar sus habilidades y la personalidad”.

Cuenta además con una entrada de luz que le da claridad a la casa, a su vez cuenta con los pisos pompeya originales, que son estéticamente muy bellos y muy difíciles de conseguir actualmente en el mercado.

Uno de los principales atractivos con los que cuenta la edificación es la vista al río Magdalena desde el tercer piso, que ha sido adaptado por su propietario como un espacio para vivir la cultura, la diversidad y la libertad de expresión.

La fachada de la casa cuenta con cuatro colores diferentes, en una mezcla donde las cornisas y los bordes están de un color diferente a los fondos, en donde se puede apreciar los contrastes, algo característico del Art Déco que no era monocromático.

El baño tiene una tina muy grande de los años 30’, con una cenefa europea de la misma década. El lavamanos es original y la madera es maciza, se conserva desde la misma época. Sin embargo, “hemos tenido que ponerle rejas por seguridad”.

Agregó que “la casa tiene todas las características del Art Déco: se desarrolla entre las dos guerras del siglo XX, entre la Primera y Segunda Guerra Mundial y es un estilo que no solo abarcó la arquitectura, sino que hubo diseño industrial, de interiores y moda; involucró todas las facetas del arte y de la cultura humana”.

Otros habitantes

En esta casa ha vivido Sansón Vellojín, pionero de la radio barranquillera y padre de Manolo Vellojín, un importante artista plástico de la ciudad pero que reside actualmente en Bogotá.

Agregó que “yo la compré hace unos 25 años, acá había un colegio y estaba totalmente deteriorada. Hicimos una investigación profunda sobre el Art Déco, sobre los colores y la restauramos”.

Precisamente el médico invitó a todos los barranquilleros para que resguarden el patrimonio arquitectónico de la ciudad, puesto que “acá hay un concepto muy equivocado y culturalmente muy malo y es que la gente restaura las fachadas, cada 10 años le ponen nuevos elementos y lo que hacen es un pastiche. Con esto se daña la construcción porque la despersonalizamos”, dijo.

Conservar el patrimonio

La mayoría de las construcciones de Bellavista y el Prado Viejo fueron declaradas de conservación tipológica, lo cual quiere decir que no se pueden modificar; estas edificaciones deben ser conservadas en su diseño original.

“Desafortunadamente lo siguen haciendo, por lo que hacemos un llamando a Planeación para que este más alerta. Hay casas del sector que han sido obras de Carrerá y fueron destruidas, han puesto restaurantes de comidas rápidas, eso no puede seguir pasando en Barranquilla ya que nos quedan muy poquitas construcciones de herencia arquitectónica; esta es la verdadera herencia que le vamos a dejar a los barranquilleros”, dijo.

Agregó el historiador que “en Prado Viejo y en Bellavista se depredó la mayoría de construcciones de Carrerá, entonces lo poco que hay debemos conservarlo. Para esto es importante la intervención de la Secretaría de Cultura y de la Alcaldía”.

Estilo de construcción

Entre los elementos que se pueden encontrar en la casa que la identifican como un estilo Art Déco es que en la fachada no se utiliza demasiados elementos decorativos, son más bien austeros y se caracteriza mucho por las líneas curvas y onduladas.

“En la vivienda se ven acabados con curvas; las ventanas redondas son muy cinéticas. Las líneas de la arquitectura Art Déco parece que tuvieran movimiento porque es parte del momento en que se desarrolla, que es a principio de siglo cuando la industrialización está en su apogeo con los aviones y los transatlántico”, dijo el propietario.

Gran parte de los rascacielos de Nueva York son Art Déco y en Miami podemos encontrar el distrito Art Déco, donde que está restaurado y es una de las zonas más caras de esa ciudad.

Íconos del Art Déco

En la Localidad Norte Centro Histórico de Barranquilla se pueden encontrar importantes íconos del Art Déco que resaltan el patrimonio arquitectónico de la ciudad; entre esos están el Teatro Rex, el Teatro Colón,  gran parte de las viviendas los barrios Bellavista y El Prado, y el edificio ‘García’, entre otros.

Esas construcciones demuestran que en Barranquilla hay importantes joyas del Art Déco que se deben conservar por su importante legado para la ciudad.

Así mismo, Manuel Carrerá dejó parte de su legado en Santa Marta con el edificio ‘Tayrona’, donde hoy funciona la Gobernación del Magdalena, y el teatro Santa Marta.