El Heraldo
Fotograma de la telenovela ‘Dónde carajos está Umaña’, una producción reciente.
Barranquilla

Costeños: “tropicales”, “folclóricos”y “flojos”

Expresiones recientes de la ministra Parody, el magistrado Vargas e hinchas del Nacional prueban que los prejuicios siguen vivos.

Ampuloso, frondoso, exagerado, eso es “tropical” en lo más literal de su definición. “Trópico”, un territorio limitado por Capricornio y Cáncer, paralelos del Ecuador, el medio y corazón del mundo, en Geografía. Franco, casi obsceno y espiritual, si hablamos en términos literarios a lo Henry Miller, el escritor estadounidense. ‘Relajado’, con poca seriedad, dedicación y esfuerzo, si tratamos de entender el regaño que hizo esta semana Gina Parody, ministra de Educación, al gobernador José Antonio Segebre por la “demora en el relevo de la rectoría de la Universidad del Atlántico”.  Costeño – tropical y sus interpretaciones despectivas son usadas como palabras siamesas por algunos, repetidas y rencauchadas como una telenovela, un estereotipo, según líderes regionales consultados.

La ministra Parody dijo, palabras más palabras menos, que “no ha sido posible el compromiso del gobernador (Segebre) para la elección de un rector en propiedad para la Uniatlántico y que el mandatario ha tomado el tema de manera “tropical”. Segebre, en ‘costeñol’ pausado y diplomático, respondió que Parody “se equivoca” porque no es él quien elige, pero coincidió en que el proceso se ha venido “dilatando”.

Dos días después, un poco más lanzado, en medio del Consejo Superior de la institución, Segebre dijo, sobre la expresión de la ministra, que “de pronto no fue lo más adecuado”, pero no tomó eso como algo malo.

“Por el contrario, en la vida hay que estar ‘tropicalizado’, porque eso significa estar a tono con la realidad social de nuestro pueblo. No pierdo el tiempo en polémicas, ni discusiones. Tengo que trabajar por la gente”, agregó el mandatario. La respuesta de la ministra está pendiente: el inicio del paro nacional indefinido de educadores, liderado por Luis Grubert, un sindicalista de origen ‘tropical’ que representa 270 mil trabajadores, ‘congeló’, tal vez, la posibilidad de que Parody asistiera al Consejo Superior de la universidad.

Segebre contratacó y dijo que algo grave en el país era la ‘destropicalizacion’ de los funcionarios. “Muchas veces las idiosincrasias no son fáciles, y para un ministerio no es sencillo tener la realidad nacional cuando participan en diferentes universidades. ‘Tropicalizarse’ es bueno, eso significa interpretar la realidad de los seres humanos”, terminó.

Más allá del estereotipo de que en la costa las personas viven de manera “tropical”, el sociólogo Edgar Rey Sinning  explica que el costeño es un ser que conoce la “responsabilidad de trabajar”, pero que también “entiende que debe descansar” y que “son fórmulas de la vida que van paralelas”. En el Caribe como todas las regiones del país hay gente alegre y triste, honrada y no tanto.

Pero el ‘bololó’ por el señalamiento de la ministra ya estaba armado y no ha sido el único en los últimos días. Uno de los implicados en el reciente escándalo de la Corte Suprema de Justicia, el magistrado Luis Ernesto Vargas, declaró ante la Comisión de Acusaciones que no había denunciado una supuesta petición de “ayuda” por parte del magistrado monteriano Jorge Pretelt para unos amigos porque consideró “que era una especie de folclorismo en el trato de Jorge, y si hubiera habido ofrecimientos, la situación hubiera tomado otro cariz y sin duda hubiera formulado la queja”.

Este regionalismo también se presenta en otros ámbitos como el deporte. En el último partido entre Junior y Nacional, en Medellín, los aficionados paisas le gritaban “mama burra” desde la tribuna a Vladmir Hernández, jugador del equipo barranquillero. Esta es una forma generalizada de ofensa contra los costeños,  otro estereotipo.

Pero, sin dudas, las producciones televisivas nacionales juegan un papel determinante en el tema. Por años, los productores capitalinos han insistido en copiar modelos nada acertados de acento impostado y vestimenta exagerada. Los nombres de estas telenovelas y series se acumulan por montones, como el tamaño de sus fracasos.

La discusión por las palabras de Parody se extendió a diferentes sectores de la vida pública. Cuatro voces de diferentes áreas: un sociólogo, un humorista, un congresista y el hincha más famoso del país, le responden al estereotipo y, de paso cuentan, en versión libre, qué significa para ellos ser costeño -tropical.

“Percepción diferente”

A finales de los años 70, cuando llegó a estudiar sociología a la capital del país, Edgar Rey Sinning entraba a los baños de la universidad y se encontraba con paredes rayadas con mensajes como: “Haga patria, mate un costeño”. Así recuerda este samario que fueron algunos de sus días como estudiante, en los que en cualquier momento podía toparse con escritos que buscaban “descalificar” al ser caribeño, simplemente - asegura – “porque nosotros tenemos una percepción distinta de la vida”.

“El primer día llegué con una camiseta del Unión Magdalena. Y había otros que tenían ropa con los colores del mar, o no usaban medias o pantalón blanco, esa vaina no le gustaba a mucha gente”, cuenta Sinning.

El sociólogo considera que la gente del interior del país tiene una “mirada despectiva hacia la región Caribe”. “Hay personas que no tienen una formación cultural, así hayan estudiado. El hecho de haber pasado por universidades como Harvard o Michigan no significa que tenga la capacidad intelectual de hacer un análisis sobre lo que significa la cultura en un país de regiones como Colombia”.

Sinning sostiene que decir tropical o corroncho son expresiones usadas para “descalificar a la Costa”. En ese sentido, a él le parece que es una actitud “despreciativa” por lo que significa el trópico. “No le puedo pedir a un costeño que baile guabina o bambuco, como tampoco puedo esperar que ellos bailen una cumbia o vallenato como nosotros”, agrega.

Más que un chiste

“Dibújenla que yo la coloreo”, es la frase de combate que usa el humorista Joselo de Colombia cada vez que se enfrenta a un nuevo reto. Él, quien en los últimos años se ha convertido en un referente del humor en el país, piensa que esa forma de ver la vida es la que permite a los costeños tener ‘residencia’ en cualquier parte del mundo.

Cuenta un chiste: “Una vez el diablo se levantó generoso, y le dice a un cachaco, a un caleño y a un costeño que estaban en el infierno: -Hoy tiene la oportunidad de ganarse el Cielo, les voy a dar 50 latigazos, pero tienen que colocarse algo en la espalda y no se pueden quejar. El caleño se colocó una piedra sobre la espalda, y el diablo con el primer latigazo le partió la piedra.  Al sexto latigazo el caleño llorando grita: ¡Ay no,  no, no, prefiero el infierno! Y se va corriendo. Llega el cachaco y dice: -Hágale diablo, yo no me le rindo a nada-. Y el diablo le ha dado 50 latigazos a aquel hombre, la carne de la espalda se le salió, la sangre  corría por todos lados y el cachaco no se quejó ni se rindió. -Bueno cachaco váyase, se ganó el cielo-. Le pregunta el diablo al costeño: ¿costeño, ajá, y tú qué te vas a colocar en la espalda? El costeño responde: -Yo me voy a colocar al cachaco mi llave.

Joselo cree que los nativos de la región Caribe llevan en la sangre la sabrosura, la tranquilidad, el goce y que no sufren del mal del regionalismo. “Lo que hacemos es defendernos. Ellos (los cachacos) nos dicen que somos flojos, pero nosotros nos adaptamos a donde llegamos y nos le medimos a lo que sea”, cuenta.

“DESCALIFICANDO”

El senador barranquillero Armando Benedetti Villaneda también opina que el término “tropical” es “peyorativo” con los habitantes del Caribe, y simboliza una “estigmatización” que han vivido los caribeños de parte de muchos habitantes del centro del país. “Terminan descalificando a las personas de la Región, para altos puestos y todo lo demás. Por ejemplo, entre el gabinete no hay muchos costeños. Los que hay son por acuerdos políticos, no porque realmente representen a la Región”.

Benedetti destaca que esta zona del país ha dado muchas personalidades como Gabriel García Márquez, Shakira o Carlos ‘El Pibe’ Valderrama, entre otros. “Nos dicen que somos cobardes, pero tenemos campeones mundiales de boxeo. Nos dicen que somos mal vestidos, pero los diseñadores son nuestros. Nos dicen que no trabajamos, pero la persona más adinerada del país durante muchos años fue Julio Mario Santodomingo. Siempre ha habido una estigmatización, pero envuelta en una ignorancia”, señala.

El senador del partido de la U considera que por ser tropical una persona no deja de ser seria ni inteligente. Para él, tropical es una persona abierta, habladora y de alguna forma bohemia, que percibe el mundo de forma diferente, sin tanto dramatismo. “No estoy hablando de los cachacos, sino de una aristocracia del centro del país que es demasiado tonta, inculta. Muy atrasada, hasta en la forma de vestir”, enfatiza.

Símbolo tricolor

Gustavo Llanos, mejor conocido como El Cole, jamás se ha sentido víctima por su condición de ser caribeño. Viajar por el mundo durante 24 años acompañando la Selección Colombia de fútbol es algo que lo enorgullece y, según él, “ser costeño”  cambia por completo  las perspectivas de quienes lo conocen.

“Nunca me sentido discriminado por mi condición de caribe en el mundo, todo lo contrario. Yo soy como somos todos acá, libres y espontáneos, eso me ha abierto más las puertas de los corazones de las personas a donde yo he ido. La gente siente admiración por el caribeño, por nuestra forma primaria de decir las cosas. Eso forma parte de nuestra idiosincrasia, somos diferentes, el costeño es distinto”, dice, emocionado, como quien canta un himno.

El Cole  asegura que a donde llega el costeño rompe los esquemas y los paradigmas de la comunicación. “Yo voy a Bogotá y a Medellín, y las personas que me conocen no tienen  la intención de saludarme, y soy yo quien toma la iniciativa. Les echo un chiste, les cuento algo, y por ahí nos vamos”.

El secreto, cuenta, está en que los costeños tienen la capacidad de trabajar ‘mamando gallo’, “la vacilamos trabajando”. “Pero somos productivos. ¿Quién mantiene viva a Barranquilla? Nosotros mi llave”, señala el hincha más famoso del equipo tricolor.

Mientras en la región centro del país siguen creyendo que la Costa Norte solo tiene músicos o deportistas; en campos como el arte, ciencia o la literatura se han destacado personajes  de talla internacional y otros héroes más anónimos como  Salomón Hakim (médico, descubridor del síndrome de hidrocefalia normotensiva), Alejandro Obregón (pintor), Emilio Yunis Turbay (científico), Alfredo Barraza (diseñador), Violy McCausland (financiera), Nina García (editora de revistas), entre otros.

Las definiciones para el costeño histórico y actual son múltiples como la pluralidad de su cultura. Una región con muchas subregiones y pueblos que se amalgaman. Desde el silencio del desierto guajiro, bordear el Mar Caribe  con su eco de caracoles, subir la Sierra, llegar al espeso Urabá y cientos de destinos más con su gente a bordo. No tan básicos, no tan complicados. Por eso, en medio de la discusión y la reflexión, a este juego de de dominó solo le falta una pieza: la respuesta de la ministra Parody y su definición de “tropical”, para otra vez revolver las fichas. Volver a empezar. 

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