
Como una especie de puño gigante de metal, el demoledor brazo mecánico de la pesada máquina Hyundai caía sobre los viejos tejados de las 18 casas que aun se mantenían en pie en el deprimido sector de Las Colmenas. El puño de hierro demolió lo poco quedaba de un paisaje duro y doloroso que hablaba por sí solo sobre pobreza extrema, problemas de seguridad y de orden social.
Para los barranquilleros no era ningún secreto que en este sector ubicado en pleno corazón de la ciudad funcionaban muchas de las llamadas ‘ollas’, convertidas en pequeños oasis establecidos para la venta y el consumo de sustancias ilícitas.
Ayer en un operativo conjunto, que se inició a las 5:30 a.m., donde intervinieron funcionarios de Edubar, las secretarías de Espacio Público, Gobierno, la Personería, el Bienestar Familiar, Triple A, Electricaribe, Damab, Bomberos, la Policía y el Ejército, se logró lo que muchos consideraba imposible: recuperar para la ciudad un entorno que venía creciendo en decadencia y deterioro.
“Este un sector donde se van a trabajar proyectos urbanos, no solamente se va hacer la recuperación de la ronda del caño, que va a ser una zona verde, sino proyectos que le permitan a las personas recrearse también. Este es el proyecto integral de todo Barranquillita, La Loma y Barlovento”, dijo Ramón Vides, gerente de Edubar.
En el desarrollo de los operativos que se extendieron durante toda la mañana y gran parte de la tarde, se presentaron algunos roces entre agentes del Esmad y algunos residentes de ‘Villatablita’, quienes intentaron oponer resistencia durante el desarrollo del operativo.
“La verdad es que no tenemos para donde irnos y con nosotros no han arreglado nada”, sostuvo Samir Verdugo, mientras su casa de tabla se venía abajo sin ofrecer resistencia a los embates del gran ‘puño de hierro’ que caía sobre el tejado.
“Lo que pasó es que como la gente escuchó que se estaban entregando subsidios y vivienda a las familias que estaban en Las Colmenas, se acercaron un grupo de familias que se asentaron a un lado buscando beneficios, pero estas familias llegaron posteriormente a los censos que ya se habían realizado en el sector”, explicó Vides.
Por su parte, el alto Consejero para la Seguridad del Distrito, Guillermo Polo Carbonell, quien arribó al lugar en horas de la tarde, explicó que el proceso de recuperación y desalojo de este predio tuvo una duración aproximada de 6 meses, en el que se invirtieron cerca de 4 mil millones de pesos en costos de reubicación de las 280 familias que ocupaban 230 casas.
“Todas las familias recibieron pago de subsidios de arriendo, para compra de nuevas viviendas y dineros en trabajo social en general. La mayoría de las familias viven ahora en condiciones dignas en diferentes barrios de la ciudad o en municipios como Galapa y Malambo porque ellos mismo lo decidieron así”, expresó Polo.
De acuerdo con el comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, general José Segura, el operativo se desarrolló en total calma, pues ya era hora de que estas familias se terminaran de reubicar.
“Fue un desalojo tranquilo donde las personas aceptaron salir por las buenas, uno que otro problema menor que siempre se presenta, una que otra familia que quiso oponerse, pero ningún problema de fondo”, aseguró el general Segura.
Precisamente, esta era una de las obsesiones de la alcaldesa de Barranquilla, Elsa Noguera, desde que tomó posesión de su cargo, pues creía necesario recuperar las zonas aledañas a la Avenida del Río.
Para la burgomaestre, no era lógico tener un foco de inseguridad de estas magnitudes al lado de una megaobra. Además, considera que no se puede ejecutar un proyecto para beneficio de la ciudad sin tener en cuenta el progreso, el desarrollo social y humano.
“El desarrollo y el progreso tiene que venir de la mano con el bienestar social para estas personas que vivían en estado de pobreza extrema”, aseguró la Alcaldesa.
Guillermo Polo aseguró que no se van a dejar desamparadas a las familias que habitaban el sector de Villatablita. “Estamos buscando soluciones a corto y largo plazo. El problema es que estas familias no estaban dentro del censo ni del proceso como tal. Nosotros tenemos videos recientes donde podemos comprobar que ellos no estaban allí. Hoy (ayer) no tenemos una solución clara para ellos, pero ya comenzamos a trabajar para que por lo menos los niños sean trasladados a un lugar seguro”, dijo el funcionario.
La máquina terminó su labor con metalizada eficiencia y de ese paisaje en otrora enrevesado, caótico, estigmatizado y sufrido, solo quedaron los escombros y los residuos de lo que se podría considerar como un mal sueño.
Por Carlos Polo