El Heraldo
Niños wayuu deben caminar horas para encontrar el río Ranchería. Sus brazos se han secado. Carlos Cordero
Barranquilla

5 razones que agravan la crisis en La Guajira

El eterno problema de este departamento es el agua. Pese a estar bañado por río y mar, su situación es crítica de cara al intenso verano que sacude a la Región.

En La Guajira la sed es un conocido de hace mucho tiempo. El recio verano que tiene en alerta roja a este departamento llevó a que Colombia volcara su mirada sobre las historias de quienes caminan varias horas para buscar agua con una ‘pimpina’ en la mano, mientras pasan junto a chivos y vacas flacas que parecen a punto de desfallecer por el hambre y la deshidratación.

Una realidad que ahora salta a la vista del país, pero que sus habitantes llevan toda una vida soportando, como si se tratase de una condena inevitable, perpetuada por las malas administraciones.

“Nada de esto es nuevo para el pueblo indígena wayuu, tan cierto como que por muchos años aprendimos a adaptar nuestras costumbres y aprovechar la poca lluvia así se demorara en llegar”, son las palabras de Miguel Ramírez Boscán, miembro de la organización indígena Fuerza Mujeres Wayuu.

En este departamento la falta de lluvias, de agua potable y la pobreza han golpeado tanto a la población como la corrupción. En 22 años del ejercicio democrático de elección popular de gobernadores, dos mandatarios han resultado en la cárcel.

El primer caso corresponde al del exgobernador José Luis Gonzáles quien fue condenado a diez años de prisión por celebrar contratos sin cumplir con los requisitos legales y por peculado por apropiación. Precisamente, esos contratos, tenían que ver con la adecuación del servicio de acueducto y alcantarillado para once municipios de La Guajira. 

El segundo caso es el de Juan Francisco Gómez, más conocido como ‘kiko’. Este se encuentra actualmente en la cárcel La Picota de Bogotá y es objeto de investigaciones por haber sido el autor intelectual del asesinato de dos mujeres guajiras.

la crisis que enfrenta este departamento, en donde los efectos frente a la ocurrencia de un fenómeno de El Niño se viven de manera ‘anticipada’, es también el resultado de un grupo de factores que, sumados a un mal manejo administrativo, fueron ‘caldo de cultivo’ que acercaron a La Guajira a la tragedia que enfrenta hoy.

Condiciones climáticas secas y pocas lluvias al año 

De los 20.848 kilómetros cuadrados que tiene en extensión el departamento de La Guajira, un 41% de este es clasificado como matorral desértico subtropical, cuya zona está ubicada en el municipio de Uribia. En cambio, solo un 1% del departamento es bosque húmedo tropical.

Quienes viven en las zonas conocidas como media y alta Guajira no solo enfrentan a diario las condiciones áridas del terreno, sino también la ausencia de precipitaciones, cuyos valores no suelen sobrepasar los 500 milímetros de agua al año. Además, la zona alta no es atravesada por ningún río, siendo que la parte media solo cuenta con el paso del Ranchería y la baja, con el de Caños, Jerez y Palomino.

Estas características climáticas hacen que La Guajira registre un clima cálido y seco en el que la lluvia es habitualmente escasa. “En la alta Guajira poco llueve, pero cada año, entre septiembre y noviembre, siempre hay lluvias que llenan los jagüeyes, por eso esta sequía nos está matando porque ya no cae nada”, dice Tayayuna Epinayú. 

Falta de ejecución de planes de prevención

“No nos preparamos para esto”, afirma Luis Medina, director general de Corpoguajira, al referirse a la actual crisis que está enfrentando La Guajira por cuenta del extenso verano que los aqueja. “Se requería de una actuación y de una responsabilidad de todas las instituciones legales del Estado”.

Medina comenta que en pasados meses abrieron pozos subterráneos en rancherías como Siapana y Nazareth, pero los miembros de las comunidades manifiestan que necesitan la instalación de unas plantas de tratamiento para desalinizar las aguas debido a que son salobres y, por ende, no aptas para el consumo humano.

Sin embargo, los indígenas wayuu que habitan la alta Guajira piden que también les habiliten molinos y que les asistan con más carrotanques. “Las ayudas con agua llegan a las rancherías con poca frecuencia, la gente prácticamente depende de esos suministros y estos no llegan a todos”, dice la indígena wayuu Vicenta Siosi. 

Para ella, las autoridades “reaccionaron cuando se vieron de frente a la crisis”, por lo que fallaron en no aplicar medidas con anterioridad. 

Poblamiento disperso por parte de las comunidades

De acuerdo con el censo realizado por el Dane en el 2005, para ese año, La Guajira tenía 619.135 habitantes. De estos, un 44,9% eran indígenas, constituyendo así el 20% del total de los aborígenes en Colombia.

Estas comunidades wayuu suelen agruparse en rancherías, las cuales están predominantemente distribuidas en zonas rurales donde un 36.1% de las viviendas, según cifras de Cepal, no cuentan con servicio de agua potable, ni alcantarillado.

Algunos de estos grupos humanos, que están distribuidos incluso en zonas desérticas de la alta Guajira, presentan problemas de acceso para la entrega de ayudas y el suministro del líquido vital mediante carrotanques.

Las afectaciones sobre estos asentamientos son mayores debido a las características del terreno en el que habitan, por lo que las condiciones para acceder al agua son mayores por la ausencia de las lluvias y la sequía de los jagüeyes.

Además, gran parte de los animales han fallecido por las altas temperaturas y la deshidratación, lo que suma un problema de alimentación a los indígenas que están dispersos en el departamento.

La no conclusión de las obras de represa de agua

En el 2010, el Gobierno Nacional realizó la inauguración de la primera fase de la represa del río Ranchería, con la cual buscarían tener reservas de agua para episodios de sequía, como el que viven actualmente, además de  abastecer los acueductos de ocho municipios y de habilitar unos distritos de riego de los ríos Ranchería y San Juan del Cesar para unas 18 mil hectáreas de cultivo.

Pero cuatro años después el agua sigue represada porque no se ejecutaron las últimas dos fases del proyecto, pues estas fueron suspendidas luego que el exministro de Agricultura Juan Camilo Restrepo dijera que aquello “era un elefante blanco”.

José Molina, miembro de la Asociación de Usuarios del distrito de riego del río Ranchería, considera que si la obra estuviese hoy lista, la situación de los habitantes de La Guajira no habría cobrado a la fecha la vida de unas 10 mil reses en el departamento, tal y como lo han reportado las asociaciones ganaderas. Según registros de Incoder, actualmente de la represa salen 6.2 metros cúbicos por segundo. 

Distribución inequitativa del agua en el departamento

Para Felipe Rodríguez, miembro del comité cívico por la dignidad de La Guajira, hay una “asimetría entre la apropiación que hace del agua la empresa Cerrejón mediante la figura de concesión”, pues a diario captan miles de litros de aguas tanto superficiales como subterráneas para regar las vías y humedecer el carbón, siendo que la gente y los animales están sufriendo por la sed.

Luis Medina, director de Corpoguajira, asegura que el río Ranchería no está seco por la sustracción del líquido que realiza Cerrejón y que actualmente están tomando cantidades inferiores a las que tienen autorizadas en la concesión.

Entretanto, indígenas como Vicenta Siosi señalan que ante la crisis que está enfrentando el departamento, debería ser distribuido de una mejor manera el preciado líquido.

Asimismo, otros miembros de la comunidad wayuu como Robinson Epinayú dice que algunos han aprovechado tener los cultivos cerca al río y aprovechan las aguas en cantidades altísimas para regar sus siembras. Aunque considera que la explotación minera también es responsable de la poca agua que ahora se ve en el río.

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp
Convierta a El Heraldo en su fuente de noticias
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.