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“Si Barranquilla tuviera este clima todo el año sería la ciudad más poblada del planeta”, dice un taxista dichoso por la temperatura de la ciudad.

Las bajas temperaturas se explican por el incremento de la presión atmosférica que ha favorecido el aumento de los vientos alisios sobre la región, a lo que se suma un frente frío que arranca desde el círculo polar ártico.

Por esta razón, la capital del Atlántico no parece una ciudad caribeña de noche. A pesar de que la temperatura ronda los 23 grados centígrados, la sensación térmica es menor.

Este fenómeno es producido por la brisa fría que refresca las noches y los días de La Arenosa.

Para afrontar el inusual clima, los barranquilleros han sacado su ropa de invierno de los escaparates.

Chaquetas, chompas, abrigos o suéteres es lo que las personas están utilizando cuando salen por la noche ya sea a trabajar, hacer compras o a pasear por la ciudad.

Según el Ideam, las brisas continuarán hasta finales de abril y se pronostica que las fuerza de los vientos aumenten para finales de febrero.

El trópico caluroso se perdió con la brisa fría. Barranquilla se parece más a una ciudad andina de noche que a una caribeña.
Mas que ser una incomodidad para las personas, este clima agradable ha sido un alivio para contrarrestar el calor característico de la ciudad.

Bernardo Cordero, quien en su bicicleta sale en las noches a vender peto por la calles, se ha visto en la obligación de usar una chaqueta para combatir el frío.

Dice que antes se quejaba del calor pero que ahora disfruta de la temperatura baja.

Las autoridades siguen con las recomendaciones a las embarcaciones menores de abstenerse de zarpar ante el peligro que el fenómeno de las fuertes brisas representa, al igual que a los bañistas de ingresar al mar debido al fuerte oleaje.

Por Redacción Local