El Heraldo
“La mujer wayuu es símbolo de vida”, se leía en algunos de los mensajes durante la marcha del viernes en Riohacha. Suministrada
La Guajira

“Nos están asesinando”, la advertencia de las mujeres wayuu

El homicidio de tres mujeres de la etnia, registrados esta semana  en La Guajira, tiene alarmada a la comunidad. 

Ataviadas de rojo, el color de la fortaleza espiritual, marcharon las mujeres wayuu para rechazar el asesinato en La Guajira de dos madres y una menor de edad pertenecientes a esta etnia.

Con ese color también quisieron simbolizar la sangre derramada por las víctimas.

El rojo para los wayuu también es la simbología de la no repetición y de rechazo a estos hechos.

Las tres muertes han causado un dolor inmenso, que solo podría disminuir con la justicia  y el esclarecimiento de los hechos, dijeron las marchantes.

Wayakana Jieyuukana Kapülainshii : Nosotras las mujeres wayuu somos sagradas”, asegura la lideresa Yadira Martínez, integrante del colectivo mujer wayuu.

La máxima representación de lo sagrado en la etnia wayuu es la mujer. Ella como generadora de vida y figura protectora, es considerada símbolo de respeto. Por eso una muerte violenta de una de ellas resquebraja los cimientos del pueblo wayuu.

La mujer -precisa- es la encargada de transmitir su linaje, así como conocimientos a las siguientes generaciones; además de ser la principal responsable de celebrar los rituales y  ceremonias sagradas del pueblo wayuu, lo cual  lleva a que  se reconozca el respeto fundamental hacia la vida de la mujer.

Aura Ester García. - Luz Dary Cotes. - Blanca Pirela.

Los casos

Las tres víctimas, Luz Dary Cotes Ballestas, Blanca Irene Pirela y una  menor de 16 años fueron asesinadas en 72 horas.

El primero de estos crímenes ocurrió el jueves 29 de abril. Ese día fue asesinada de varios impactos de bala Blanca Irene Pirela Osorio, de 47 años, quien residía en zona rural del municipio de Albania, y era madre de un niño de 7 años.

Había llegado a La Guajira hace tres años procedente del estado Zulia. Sus vecinos del corregimiento de Ware Ware la consideraban una mujer trabajadora y rechazaron su muerte.

Ese mismo día en la noche se conoció el crimen de la trabajadora social wayuu Luz Dary Cotes Ballestas, hallada en la habitación de un motel de Riohacha. Su familia la había estado buscando desde la mañana, cuando salió de su casa.

“Luz Dary era alegría, bondad, sencillez, inteligencia, carisma, entusiasmo”, afirmaron varios de sus amigos.

La Alcaldía ofreció una recompensa de $10 millones a quien dé información sobre este crimen.

Dos días después fue asesinada una adolescente,  cuyo cuerpo hallaron semidesnudo en la vía entre el municipio de Fonseca y el corregimiento El Hatico.

Otro duro golpe para la familia y la etnia. La víctima pertenecía al resguardo indígena Trupío Gacho, municipio de Barrancas.

En un informe preliminar las autoridades indicaron que las dos víctimas fallecieron por asfixia mecánica.

La Asociación de Autoridades Tradicionales y la comunidad del Resguardo Trupío Gacho, rechazaron de manera el crimen de la menor, y manifestaron que “este feminicidio del que fue víctima la joven wayuu nos tiene consternados a todos los pueblos indígenas de Colombia y del mundo, porque la mujer representa para nosotros la vida, la continuidad como pueblo”.

A estos casos se le suma el de la lideresa wayuu Aura Ester García Peñalver, autoridad tradicional asesinada a principios de abril en su comunidad Arronshy, corregimiento Cardón, municipio de Uribia.

Según sus allegados, desde el 15 de marzo había recibido amenazas a través de llamadas telefónicas y mensajes de texto,  que la llevaron a denunciar y solicitar ante las autoridades medidas de protección para resguardar su seguridad y la de las mujeres wayuu de su comunidad, sin embargo esta solicitud no fue atendida. 

Las wayuu piden que se reconozcan los feminicidios y que no haya impunidad.

Solo una condena

 La Fiscalía General de la Nación, seccional de la Guajira, informó que tiene registradas hasta el 5 de mayo del presente año, ocho muertes, cuyas víctimas son mujeres. Una de ellas es una bebé de aproximadamente 35 semanas de gestación.

El ente investigador aseguró que, de la totalidad de los casos, solo uno es catalogado como feminicidio por el fiscal de conocimiento, de acuerdo con los presupuestos normativos, el cual se encuentra esclarecido y el presunto responsable está tras las rejas.

Fue la primera condena por feminicidio en La Guajira, y precisamente la víctima fue Patricia María Uriana, una  mujer wayuu de 54 años. Su muerte se produjo el 9 de febrero de 2018 como consecuencia de la fuerte golpiza que le había propinado su esposo Edgar Tobías Amaya.

La juez Primera Penal del Circuito de Riohacha, Naike Pimienta, lo condenó a 43 años de prisión por este asesinato. En el fallo se indicó que la víctima era sometida de manera constante a violencia física y psicológica.

Que se reconozcan los feminicidios

El colectivo Mujer Wayuu trabaja para que se visibilicen estos casos, para que las autoridades competentes los reconozcan como feminicidios, pero también quieren realizar un trabajo en el interior de las familias para prevenir la violencia contra las mujeres y niñas wayuu.

La lideresa Irama Movil asegura que defenderán el derecho que tienen a la justicia. “Nos vestimos de rojo, pero estamos de luto por esas mujeres asesinadas”, expresó durante la marcha.

También se pronunció Carmen Ramírez Boscán, quien consideró preocupante que no se reconozcan estos crímenes como feminicidios.

“Necesitamos denunciar ante organismos internacionales, movilizarnos para que realmente se investiguen y se esclarezcan los hechos, porque la impunidad es evidente. Además no podemos permitir que en estos casos se culpe a la víctima y esto entorpezca las investigaciones”, dijo.

Otra de las lideresas representativas de La Guajira es Jackeline Romero Epieyú, del colectivo y de Fuerza de Mujeres Wayuu, que propone crear una línea de tiempo y hacer seguimiento de respuesta a los casos que han surgido, y cómo se han abordado.

Recordó que hay casos aún en la impunidad como el de la niña de 12 años, cuyo cuerpo fue encontrado en descomposición en una fosa localizada en el resguardo Caicemapa, zona rural del municipio Distracción, sur de La Guajira. Esto sucedió en noviembre del 2020.

“Es necesario priorizar la atención y educación sexual de niños y niñas a través de estrategias desde las colectividades, organizaciones y personas naturales”, indicó.

Primeria Barros consideró que es lamentable que se sigan presentando este tipo de violencias y casos de feminicidios en La Guajira.

“Son tres casos más que se suman a las estadísticas. Pero nada de las acciones concretas que se necesitan para prevenirlos. ¡Ya basta!”, expresó.

El gobernador de La Guajira, Nemesio Roys, condenó los crímenes, y dijo que desde la Administración Departamental se rechaza cualquier acto de violencia en contra de la mujer.

“Hemos dispuesto de estrategias que permitan contribuir con la investigación de los tres homicidios perpetrados en contra de mujeres en La Guajira”, añadió.

La directora de Mujeres, Juventud, Infancia y Adolescencia de Riohacha, Karen Gómez, manifestó su preocupación por el aumento de la violencia contra las mujeres durante la pandemia por covid-19.

“La emergencia sanitaria nos hizo resguardarnos en nuestras casas, lugares que tristemente no han sido espacios seguros para muchas mujeres que experimentan una realidad caótica; no es justo que las mujeres víctimas además de cargar con golpes, malos tratos y, en el peor de los casos, la muerte, tengan que enfrentarse a la revictimización al ser expuestas públicamente”, señaló la funcionaria a través de un comunicado.

También explicó que en la Casa de Mujeres Empoderadas de Riohacha, se cuenta con toda la atención jurídica y psicosocial a las mujeres, e invita a las mujeres  a conocer las rutas de atención cuando identifiquen personas en riesgo.

A través de la casa de mujeres se brinda atención y apoyo a las mujeres víctimas, orientación en temas de violencia, cuenta con ruta de atención con enfoque diferencial, en español y wayuunaiki, así mismo se está trabajando en su difusión”, precisa.

El comandante de la Policía del departamento, coronel Wharlinton Iván Gualdrón, afirmó que hay un equipo de investigación dedicado a los tres casos y que esperan el apoyo de testigos y de la comunidad para obtener información relevante con el fin de dar con el paradero de los autores.

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