Esposos arrollados en Riohacha murieron con horas de diferencia
Se trata de Juan de Dios Vargas Useche y su esposa Griseida María Yepes Cruz, quienes murieron tras accidente que protagonizó un menor de edad.
En la madrugada del pasado lunes 11 de abril, Juan de Dios Vargas Useche y su esposa Griseida María Yepes Cruz, él de 43 años y ella de 41 años de edad, salieron del trabajo tomados de las manos cuando eran aproximadamente las dos de la mañana; llegaron a un restaurante de comidas rápidas del sector La Virgencita y un automóvil que iba a gran velocidad se llevó por delante un grupo de comensales.
Juan de Dios y Griseida María fueron los pacientes más graves y juntos fueron evacuados a sendas clínicas de Riohacha. Juan de Dios presentó cerca de diez costillas fracturadas, fracturas en una pierna y un brazo; la mujer presentaba un grave trauma craneoencefálico severo, fracturas y traumas en el cuerpo. Los estabilizaron en estos centros asistenciales y, al requerir un centro de mayor complejidad, se ordenó su traslado a Valledupar.
Juan de Dios y Griseida María salieron juntos para la clínica de la capital de Cesar, estuvieron varios días en tratamiento, pero no fue suficiente, ella falleció cuando promediaban las 11 de la mañana de este viernes en la clínica Laura Daniela de la capital de Cesar, sitio en el que también estaba internado Juan de Dios.
Juan de Dios falleció cuando eran aproximadamente las dos de la madrugada de este sábado, según relato de uno de sus compañeros en el billar Francés donde laboraba en Riohacha.
El día de la tragedia los esposos fueron los pacientes con las peores lesiones, Vargas Useche tenía fracturas en todo el cuerpo y Yepes Cruz, un fuerte golpe en la cabeza que le generó trauma grave, lucharon durante 12 días para mantener la vida, pero no se pudo. En medio de las oraciones de la familia primero falleció ella y luego con menos de un día de diferencia, él también expiró.
Nelsy Morales, una de sus compañeras, en el billar donde él laboraba en oficios varios, lo recuerda como un hombre noble de gran sentido de humanitario que siempre estaba dispuesto al trabajo. Lo conoció cuando ambos estaban en otro negocio similar de Riohacha. “Fueron muchos años trabajando al lado de este muchacho que era muy bueno”, dice Nelsy, antes de romper en sollozos.
“Juan de Dios el día del accidente estuvo muy alegre, él era el primero en llegar a nuestro sitio de trabajo y recuerdo desde temprano se le vio entusiasmado, no se tomó ni una cerveza y así permaneció hasta la madrugada cuando cerramos y él se fue tomado de la mano con su esposa, en la mañana temprano fue que me enteré de la tragedia”, dice Angie Castro, una joven que no alcanzó a conocerlo durante muchos años, pero sostiene que era buena gente.
